La Federació Catalana de Hockey convocará elecciones a la presidencia el próximo mes de marzo y su actual máximo mandatario, Narcís Carrió, no tiene previsto optar a la reelección. Tras tres mandatos y un total de doce años en el cargo, Carrió ha decidido poner el punto y final a su etapa en la presidencia. El pasado viernes, en Mataró, presidió su última cena del hockey catalán.
¿Qué motivos le han llevado a no optar a la reelección?
En marzo convocaremos elecciones y habrá un nuevo presidente. Después de doce años ya toca. Inicialmente dije que estaría sólo ocho años en la presidencia, pero los clubs me pidieron que siguiera otros cuatro y lo hice. Tenía ilusión y ganas y decidí continuar.
¿Ha perdido esa ilusión y esas ganas?
En absoluto. Sigo teniendo las mismas, pero entiendo que para el hockey es bueno que lleguen nuevas personas con nuevas ideas para renovar las instituciones. Es ley de vida. Es lo que toca hacer.
¿Y que hará a partir del año que viene?
Seguiré trabajando para el hockey. Lo he hecho toda mi vida y eso no va a cambiar. Comencé a jugar a hockey con 11 años y después he hecho muchas más cosas desde diferentes cargos. Pero a nivel de Federació Catalana se cierra una etapa. Y así debe ser.
¿Se vé haciendo algo en concreto?
Hay proyectos muy ilusionantes, como el de Hockey Plus. Me interesan mucho los proyectos que permiten hacer llegar el hockey a otros colectivos. Las etapas de club y Federació son etapas ya superadas para mí. He pasado ya de los 60 y es importante que el nuevo presidente sea alguien más joven.
¿Cree que hará falta convocar elecciones a la presidencia en marzo de 2017?
Creo que no. El hockey catalán ha funcionado siempre mucho mejor yendo junto. Además, en este momento la relación entre los clubs es muy buena.
¿Quién será el nuevo presidente?
No lo sé. Yo puedo tener mis ideas, pero al final quienes deciden son las personas.
¿Qué es lo que más valora de estos doce años en que ha presidido la Federació Catalana de Hockey?
Valoro muchas cosas. En primer lugar, la capacidad que hemos tenido para mantener unido el hockey catalán. Hemos pasado por momentos difíciles, con crisis importantes, tanto técnicas como económicas. Pero hemos sabido mantener un equilibrio adecuado entre los intereses de todos y creo que eso nos ha fortalecido.
Siempre habla bien de la gestión económica que se ha desarrollado.
Sí. Estoy muy contento en este sentido. Pese a la crisis, la Federació Catalana ha tenido siempre solvencia y ha podido acometer las actividades que se ha propuesto. No hemos tenido que pedir ayuda a nadie; ni a clubs ni a padres ni a jugadores. Hemos tenido la capacidad de poder ayudar a los clubs y en los últimos años hemos repartido unas ayudas bastante importantes a los clubs, que el año psado fueron de 20.000 euros y este año rondarán los 30.000. Eso es algo que me enorgullece.
O sea, que deja una federación con las cuentas saneadas.
Sí. Cada vez hay más federaciones que están saneadas. Tras la crisis de 2012 hubo unos recortes muy importantes. Como otros muchos, nosotros nos dimos cuenta de que no podíamos estar supeditados a las ayudas y tuvimos que mejorar y optimizar la gestión. Se han reducido gastos y actividades. Hay federaciones que lo han pasado muy mal, pero el nuevo modelo pasa por gestionar bien, cada vez con mayor eficacia. Las federaciones somos entidades privadas y sólo debemos recurrir al dinero público cuando realmente tenemos un proyecto que nos interese mucho, como organizar un gran acontecimiento o cambiar el césped de algún campo. Las subvenciones no pueden servir para pagar gastos ordinarios. Debemos entender que hoy en día la sociedad tiene otras necesidades.
Le ha tocado lidiar con momentos no demasiado fáciles a nivel económico.
Sí, pero hemos salido adelante. Seguramente porque teníamos una dinámica muy clara y una línea muy marcada. Siempre habíamos dicho que no gastaríamos más de lo que tuviéramos. En este sentido ha sido fácil. No lo hemos notado demasiado y hemos podido hacer muchas cosas. Nadie pensaba, por ejemplo, que Barcelona podría organizar una “final four” de la EHL. Y lo hemos hecho.
Abundando en el tema de la Euro Hockey League, ¿sigue adelante el proyecto de cuatro años entre Barcelona y Terrassa para acoger tres primeras fases y una “final four”?
Sí, pero no será hasta la temporada 2017-2018. Para la próxima temporada el tema está ya cerrado. Estamos hablando con el Ayuntamiento de Barcelona y se está estudiando la posibilidad de que Terrassa y Barcelona compartan un convenio de cuatro añpos como el que suscribió en su día Barcelona. En los próximos días debemos reunirnos con el Ayuntamiento y los clubs de Terrassa para ver si esta iniciativa puede salir adelante.
¿Cómo se estructuraría?
Seguiríamos el mismo modelo que hicimos con Barcelona: un contrato de cuatro años que nos permitiría organizar la primera fase durante tres años y una “final four” el cuarto. La fase más lucida es el KO16, por el volumen de equipos y el movimiento que genera, pero sabemos que esa es inamovible para Holanda. La idea sería repetir la experiencia de Barcelona. La “final four” no necesariamente debería celebrarse el último año, sino que podría adelantarse en función de la clasificación de nuestros equipos.
¿Cómo han sido las relaciones con la Federación Española en estos años?
Buenas. He coincidido con dos presidentes que han tenido dos maneras de hacer también muy diferentes. A Martí Colomer no hace falta descubrirlo ahora. Marcó un antes y un después, con un liderazgo incontestable dentro del hockey y también más allá. Y tuvo la suerte de que se encontró quizás con la mejor generación de jugadores de la historia del hockey español. Tuvo también la capacidad económica de traer al que en esos momentos era el mejor técnico del mundo (Maurits Hendriks). Y los resultados están ahí.
¿Y Santi Deó, que también convocará elecciones en breve?
No lo ha tenido fácil. Cuando llegó empezaron a caerle bofetadas. Tuvo que lidiar con problemas económicos y recortes de subvenciones. Y esos jugadores ya no estaban en su mejor momento. Pero en su segundo mandato ha sabido reconducir muy bien la situación. Es evidente que el hockey español ha perdido potencial. Los ránkings internacionales así lo dicen. Pero creo que se han mantenido los mínimos exigibles. Estamos donde tenemos que estar. Tenemos los dos equipos en Río. Eso es importantísimo. Ha costado, pero es que los jugadores de antes eran irrepetibles.
¿Mejores que los de ahora?
No. Yo siempre digo que tenemos mejores jugadores ahora que en 2008. Lo que no tenemos son los 5 o 6 “cracks” que teníamos en ese momento. Desde que presido la Catalana no me he perdido ningún Campeonato de España sub-16 y sub-18. Y puedo decir que no tiene nada que ver la calidad actual con la de hace doce años. Pero entonces había estrellas que ahora no tenemos, como Santi Freixa, Pol Amat, Edi Tubau, Àlex Fàbregas, Kiko Fàbregas, Quico Cortès, los hermanos Alegre o Mane Terraza. Es difícil juntar catorce jugadores de gran nivel en un mismo equipo. Entonces, además, había jugadores de fuera de Catalunya que marcaban diferencias, como Juan Escarré, Rodrigo Garza o Víctor Sojo. Hoy, lo que no aporten los jugadores catalanes no lo aportará nadie.
¿Esta preponderancia del hockey catalán se vé luego trasladada a nivel de poder en los despachos?
No. No existe porque es muy difícil mantener los equilibrios. Hace poco, alquien me preguntaba si en la Federación Española era mejor tener un presidente no catalán que necesite los votos de los catalanes o tener un presidente catalán que necesite hacer contentos a los de fuera. Es la eterna dinámica. Es difícil que teniendo un presidente catalán puedas ejercer toda la capacidad del hockey catalán. He dicho muchas veces que el hockey español no tiene en cuenta el potencial del hockey catalán. Pero me pongo en la piel del presidente y entiendo que hay que contar con todos.
¿Le falta poder al hockey catalán?
En categorías inferiores es distinto. Se puede repartir todo mucho más. Pero cuando hablamos de élite, el hockey catalán debe mandar. De los cuatro equipos grandes, tres son catalanes. Y el otro trabaja con gente de fuera y no ha ganado nunca una Liga.
Y a nivel de despachos, el dominio catalán es incontestable. El presidente de la Internacional, el vicepresidente de la Europea y el presidente de la Española son catalanes. Además de usted, claro.
Sí. Eso es algo realmente increíble. Hace poco cenamos con gente de la Federación Europea y de la EHL. Hablamos de eso y decían que era algo increíble, muy poco usual en otros deportes.
¿Qué futuro le vé al hockey catalán?
Muy esperanzador. Lo tenemos todo para triunfar: la base, los recursos y la capacidad. Lo único que les pediría a los clubs es que no miren sólo hacia su casa. Lo que nos ha hecho grandes es trabajar en favor de todo el hockey catalán. En estos momentos, los clubs tienen muchos problemas, pero necesitan un estamento superior, que es la Federació. Deben ser un poco generosos y ceder algunos de sus potencialidades y sus directivos a la Federació Catalana. Si trabajamos juntos llegaremos muy lejos.
¿Algún pronóstico para Río?
El equipo femenino hará algo bueno, mejor de lo que pensamos. En chicos, el objetivo es entrar en cuartos de final y esperar. A un partido puede pasar cualquier cosa.