Tras diez años presidiendo el Atlètic Terrassa Hockey Club, Josep Maria Biosca (66 años) fue reelegido por cuatro años más. Biosca se siente muy cómodo en el cargo y afronta con la máxima ilusión los que con toda probabilidad serán sus cuatro últimos años al frente de la entidad de Can Salas.
¿Qué le ha movido a optar a la reelección?
El único motivo es que entiendo que la misma junta que ha trabajado tan intensamente durante año y medio para llevar al club hacia una dimensión diferente de la actual debe ser la que continúe para poder aplicar estas medidas. Hay que terminar el trabajo en el club.
¿Ese plan estratégico era imprescindible para la entidad?
Era absolutamente vital. El Atlètic necesitaba dar un salto al frente. Quizás deberíamos haberlo hecho antes. Hasta ahora, el club estaba en una dinámica de supervivencia. No se veía futuro. Habían bajado los socios y los ingresos. Perdimos patrocinadores y se redujeron las subvenciones. Nos limitábamos a administrar. El hockey tenía un coste elevadísimo y todo eso ha habido que reconducirlo a niveles de hace 30 años, cuando yo jugaba.
¿Qué club deberá gestionar estos cuatro años?
La situación está bien encarrilada. Tenemos un club moderno, preparado para el futuro. Tenemos unas extraordinarias instalaciones. Ya hemos renovado el campo de hockey y tenemos dos nuevas pistas de tenis. Existe la previsión de hacer más pistas de pádel. Y somos el único club que dispone de párking. Necesitamos lavarse la cara al club.
¿Hubiera seguido en la presidencia si no hubiera sido por ese plan estratégico?
La verdad es que no lo sé. Yo me siento muy cómodo como presidente del Atlètic. Fundamentalmente porque estoy rodeado de gente joven importantísima, como el director general Oriol Cortada, que llegó con 29 años y está realizando un trabajo extraordinario. O el vicepresidente Òscar Pallarols, que es un auténtico "crack" en todos los sentidos. Y Miquel de Paz. Sin ellos dos, yo no hubiera seguido. Hay otra mucha gente, que ronda los 40 años. Es una generación muy preparada. Juntos hemos dedicado muchas horas a preparar todo ese plan. Y parece lógico que nos volvamos a presentar. Sigo porque tengo este equipo al lado.
¿Esperaba la aparición de alguna otra candidatura?
Los clubs de hockey tenemos nuestra propia idiosincrasia. Que yo recuerde, en ninguno de los clubs se han producido nunca elecciones. Expliqué mi proyecto al "senado" de la entidad y lo acogieron muy bien. Igual que después los socios.
¿Este será su último mandato?
Casi seguro. No quiero ser como Josep Marquès, que fue presidente durante 36 años. Eran también otros tiempos. Yo voy casi cada día al club, lo vivo, me gusta. Nunca puede decirse, pero prácticamente afirmaría que en 2020 lo dejaré. Todos los cargos necesitan relevos. Y catorce años ya son suficientes.
¿De qué está más satisfecho de sus diez primeros años de mandato?
De mantener el club entre los mejores de España. De haber llegado hasta aquí en una situación que ahora me permite presentarme otros cuatro años. Si hubiera fracasado me retiraría. Nosotros llegamos en 2006 y lo primero que hicimos fue organizar un Champions Trophy. Jamás volveremos a organizar algo de ese calibre. Necesitábamos tres campos de hockey reglamentarios. Y ahora los tenemos.
¿Y como está el Atlètic a nivel social e institucional?
Mejor que nunca. La construcción del chalet, que supuso una inversión muy importante, fue fundamental. Lo empezamos en 2008, cuando aún no había crisis. Es una pieza imprescindible para la vida social y para el futuro de un club tan familiar como el nuestro.
¿Cuáles son actualmente los principales déficits del Atlètic?
Tenemos una serie de instalaciones, realizadas en 1995, como la piscina cubierta y el área de fitness, que necesitamos renovar. Hoy en día están obsoletas. Y la primera fase del plan estratégico contempla la construcción de la nueva sala de fitness de 400 metros cuadrados y maquinaria de última generación. Es una apuesta de futuro. Hay una competencia importantísima en el mercado. Este es un club que aporta un "plus", como la vida social y el entorno natural.
¿Está satisfecho de cómo evolucionan las secciones?
Muchísimo. No hace falta comentar el auge del pádel. Pero tenemos también una gran escuela de natación. Y tenis. Y running. Y bike-trial. Nuestras secciones son tremendamente dinámicas.
El hockey sigue siendo el deporte más importante del club. ¿En qué momento se encuentra?
Cuando yo entré de presidente teníamos 750 fichas y ahora estamos en más de 800. A causa de la crisis hemos perdido socios, pero hemos ganado practicantes de hockey. Hay muchos motivos que explican porqué somos el club con más Ligas de hockey. Uno de ellos es que siempre hemos estado arriba. Nuestra base sigue siendo la gente de la casa. La mayoría de los jugadores del primer equipo ha empezado en la escuela de iniciación deportiva del club.
¿Cómo funciona la comisión técnica de hockey del club?
Tenemos la suerte de contar con mucha gente sabia, como Dani Martín, Roger Pallarols, Andreu Enrich, Andreu Gómez y Quim Malgosa. Conocen este deporte y saben hacia donde hay que ir.
Últimamente, sin embargo, cuesta más levantar títulos.
Sí, pero tampoco estamos en blanco. El año pasado ganamos la Copa del Rey. Pero es cierto que llevamos cuatro años sin ganar ninguna Liga. Veinte títulos son muchos. Antes parecía fácil ganar la Liga. Aunque no lo parezca, yo en diez años he ganado seis Ligas.
¿Qué objetivo se ha fijado para estos cuatro próximos años?
Poder aplicar el Pla Estratègic es nuestro objetivo fundamental como junta directiva.
¿Qué le gustaría dejar como herencia tras estos cuatro años en la presidencia del Atlètic?
Todos los presidentes dicen lo mismo ante esta pregunta. Me gustaría dejar el club un poco mejor de como me lo encontré. Yo empecé de presidente hace ya diez años y hoy creo que el Atlètic está mejor de como lo encontré. Hemos pasado una crisis durísima y hemos atravesado por dificultades económicas. Pero el balance es positivo.
¿Quién sería su sustituto ideal?
Miquel de Paz o Andreu Gómez reúnen el perfil, pero prefieren estar en la sombra. También Òscar Pallarols, nuevo vicepresidente primero. Miquel Cunill le ha sustituido en la presidencia del hockey. En la junta hay gente muy capacitada.
¿Se siente en su mejor momento como presidente?
Me siento muy cómodo. Sigo porque disfruto. Si no, me marcharía. Nadie hace las cosas a disgusto. Sigo porque me gusta. Considero que he ganado en experiencia.
Roger Pallarols deja el primer equipo. ¿Cómo valora su trabajo?
No hay nadie tan de club como él. Es imposible encontrarlo. Lo vive y lo siente de una manera muy especial. Apuesto por él como seleccionador español. En 2006, cuando entrenaba al Vallès, le propuse que se ocupara de las actividades sociales. Dijo que no. Quería entrenar al primer equipo. Dani Martín acababa de llegar, pero él ya lo tenía en la cabeza. Su trayectoria ha sido un éxito. Ahora entiende que hace falta un cambio, pero tenemos a Dani Martín, que es toda una garantía.