Diari de Terrassa

Óscar Pallarols, de Mobile Word, habla sobre el futuro de internet en el foro Rius

Incorporar millennials a la empresa, tener una web "chula" y estar en las redes. También vestir informal (fuera corbata) y poseer espacio de "coworking", apostar por el marketing on e invertir en la empresa. "Parece que hay un decálogo de cinco o seis puntos que si los hacemos bien ya nos hemos transformamos digitalmente", afirmó Óscar Pallarols, director del programa Smart Living de Mobile Word Capital Barcelona. "Pero esto no es así. Realmente con esos puntos nos hemos transformado en un fantasma porque el proceso es mucho más complejo". Así de contundente se mostró este ejecutivo terrassense en su conferencia sobre la transformación digital, que protagonizó en el marco de una nueva edición del Meet in Jazz organizado por Rius Consultors en la Jazz Cava de Terrassa. Este año el foro, dirigido a los clientes de este despacho y donde se comparten experiencias profesionales en un entorno distendido y lúdico, coincidió con la celebración del 25 aniversario de la constitución de Rius Consultors.

Enric Rius, socio director de la consultoría, no paso por alto este hecho durante la presentación del acto. "Nos gusta mucho lo que hacemos y, por eso mismo, estos años han pasado volando. También es momento de hacer balance. Hemos hecho cosas bien y cometido errores, de los que hemos aprendido", dijo Rius, para luego agradecer el compromiso y profesionalidad al equipo humano de esta consultoría y la fidelidad de los clientes, algunos de ellos con 25 años de antigüedad. En su conferencia, el ejecutivo terrassense Óscar Pallarols apuntó que la transformación digital genera tensión porque se pisa con ella "tierra virgen", y además, no encaja con la extendida visión de los negocios del "beneficio a corto".

Desde la cúpula
Ese proceso debe empezar, añadió Pallarols, desde el nivel directivo más alto, donde se genera la visión y la estrategia de la empresa, dedicando "tiempo de calidad" para analizar cómo los nuevos instrumentos tecnológicos "pueden transformar nuestros modelo de procesos y aplicarse al producto". Y una de las claves es identificar la "densidad digital", es decir, el porcentaje de interacción on line que nuestro producto requiere para ganar competitividad. Por ejemplo, Spotify tiene una densidad digital del ciento por ciento con el cliente porque su producto, la música, lo permite; la densidad de Amazon también es muy alta pero no alcanza ese tope, ya que posee una parte de logística, que es la entrega física de artículo al usuario. "Hay que decidir qué densidad digital queremos dar a nuestra relación con los clientes respecto al modelo tradicional. Este equilibrio es el que nos hace más competitivos y nos transforma digitalmente", dijo este experto. Cualquier revolución tecnológica a lo largo de la historia afronta tres etapas, una fase disruptiva (rompe moldes), escalabilidad (sale de los centros tecnológicos) y democratización, cuando bajan los precios y llega a todo el mundo. Internet también ha seguido este modelo con la salvedad de que la velocidad en las transición de estas etapas es muchísimo más rápida. Por ejemplo, en 1983, el primer móvil, de Motorola, costaba 4 mil dólares y alcanzó unas ventas de 300 mil unidades. En 2014, el smartphone de Appel alcanzó los 75 millones de unidades a un coste de 749 dólares. Hoy en día, el móvil nos permite estar conectados a todas las tecnologías, excepto el satélite. Es algo cultural. "Es un extensión del individuo, lo consultamos 150 veces de manera impulsiva cada día".

Cuatro tendencias
Y dentro de esta revolución, Pallarolls apuntó cuatro tendencias que llegan para acelerar y profundizar los negocios; la identidad digital, internet de las cosas, inteligencia artificial y el big data. La huella digital permitirá al usuario olvidarse de las quince o veinte claves que tiene para acceder internet, aunque todavía "no se ha resuelto del todo". En cualquier caso, cuando la huella digital se consolide, generará una "explosión de servicios públicos y privados" en internet. La inteligencia artificial permitirá que las propias máquinas aprendan de su experiencia y la incorporen, con lo que oficios como el telemarketing, tienen los días contados.

El Big Data hace posible incorporar "nuevos elementos de análisis por encima de la endogamia del mi negocio". Por ejemplo, disponer de información tan precisa como que los rusos compran perlas cuando van a Barcelona y los americanos brillantes. Se trata de cambiar el escaparate cuando llegan unos u otros. Otra gran revolución en cierne es internet de las cosas. Permite, por ejemplo, "preguntar a un producto cuando está en casa del cliente". Si es una nevera, se podrá saber si faltan refrescos o detectar una futura avería.

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