Diari de Terrassa

Vacarisses podría sufrir restricciones de agua este verano

Vacarisses podría sufrir restricciones de agua este verano después de que el pozo principal de abastecimiento del municipio, en Can Serra, haya registrado en el último año un fuerte descenso de su reserva. Lo explicó ayer a este diario la concejal de Servicios Municipales, Laura Sánchez, quien advirtió de que la situación es delicada. Por ello, el Ayuntamiento está tomando medidas informativas y disuasorias para rebajar el consumo de agua entre la población.

Con el agua que se capta ahora de los pozos (el municipio se abastece a través de acuíferos) no podrá cubrirse la demanda para los meses de verano si no se rebaja el consumo. Por eso, el Ayuntamiento ya ha empezado a tomar medidas: ha enviado cartas a todos los domicilios explicando la situación; ha publicado consejos para ahorrar agua; ha añadido en el recibo un cuarto tramo para gravar el consumo excesivo; ha cerrado las fuentes públicas con escapes, y ha dictado un bando de restricciones para llenar piscinas, lavar coches y regar aceras y caminos. En función de la evolución de la problemática, no se descartan más restricciones.

El municipio se abastece básicamente de tres pozos de captación de aguas subterráneas, cuyas columnas han empezado a descender de forma “alarmante”, alertó Sánchez. Y concretó que el pozo principal ha registrado un descenso de su columna de agua de 20 metros en un año, con el problema añadido de que sigue la tendencia a la baja: a día de hoy, dispone de una columna de agua de 4,5 metros por encima de la bomba extractora, que, en el caso de este pozo, no se puede profundizar más.

Fugas
El Ayuntamiento lleva unos meses gestionando esta situación y analizando las posibles causas. Una de ellas son las pocas lluvias registradas en 2015 (425,9 mm) -inferiores incluso a las de 2006 que provocaron la gran sequía 2007-, lo que ha comprometido de forma preocupante la recarga de los acuíferos.

Otro motivo: las fugas en la red. La diferencia entre los caudales extraídos y los facturados hace suponer que pueden haber escapes importantes. Localizarlos es difícil por dos motivos: se desconoce el trazado de las principales tuberías de impulsión porque nunca han sido descritas y digitalizadas, y además transcurren campo a través.

El suministro de agua en el municipio históricamente ha representado un handicap por tratarse de una red “muy compleja por la disposición geográfica” de la localidad, apuntó Sánchez, y por abastecerse únicamente de acuíferos, lo que representa una limitación importante al desconocer muchas veces la procedencia de éstos.

No en vano y dada la situación actual, se está trabajando a contrarreloj en una nueva captación de aguas subterráneas en la zona de Can Còdol. Los trabajos están en su primera fase, esto es, averiguar si hay agua suficiente para construir un nuevo pozo.

En paralelo a la búsqueda de agua en Can Còdol, se ha solicitado a la Diputació de Barcelona un estudio sobre los escapes que sufre la red, que se presumen numerosos, y un plan director de agua que marque las pautas a seguir.

La solución a la gestión del agua es “amplia y compleja”, afirmó Sánchez, que fue a la raíz del problema al señalar “la falta de inversiones y mantenimiento de la red y los contadores domésticos”. Y puso ejemplos: en el primer trimestre de este año se ha descubierto que 500 contadores están “clavados”, o lo que es lo mismo, no funcionan, no registran consumos. Por tanto, el Ayuntamiento no ingresa lo que debería. Urge, dice Sánchez, una revisión a conciencia de los contadores domésticos, algunos muy antiguos que es necesario renovar.

Servicio deficitario
Respecto a la red, el Ayuntamiento tiene sospechas fundadas sobre escapes en las tuberías (incluyendo las de impulsión, por donde más agua se pierde). ¿Las causas? “Pueden ser diversas”, dice la concejal. “Una red antigua, instalaciones de poca calidad…”, pone como ejemplo. El pez que se muerde la cola: otra vez falta de inversiones y mantenimiento.

Los datos que resumen que en el municipio hay mucho trabajo pendiente para mejorar la gestión del agua -que Sánchez definió de “problema grave e histórico”- los dio la propia edil: en 2014 la gestión municipal del agua se cerró con un déficit de 180 mil euros; en 2015 fue de 155 mil. “Tenemos una asignatura pendiente”, alertó.

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