Hace tres años, el Club Egara confió el banquillo de su primer equipo masculino a un técnico argentino que venía de entrenar al Línia 22 y al equipo femenino del Pla del Bon Aire. La apuesta resultó acertada. En tres años, Patricio Keenan ha disputado tres finales de la Liga de División de Honor. Perdió las dos primeras ante el RC Polo en la tanda de “shoot-outs”, pero esta tarde en Madrid tocó el cielo con las manos. Quince años después de la decimotercera Liga, Keenan condujo al Egara a ganar la decimocuarta. También por “shoot-outs” y también con el Polo como rival. El Egara, un equipo que deja para entrenar en las categorías inferiores de la entidad del Pla del Bon Aire, un Egara que será siempre su Egara, volvió a ganar una Liga tras quince años de sequía. Para el argentino, este trofeo es la culminación de tres años de trabajo bien hecho, tres años en que el equipo se ha endurecido, se ha hecho más competitivo y ha ganado en autoexigencia y también en autoestima.
“Es el final soñado. Estoy tremendamente contento de haber hecho las cosas como las hicimos. Han sido dos días muy intensos. Esta vez el deporte dio la raón a la cantera, al trabajo y al esfuerzo de todo este grupo de enormes jugadores. Esperábamos una recompensa que al final llegó. Termino mi ciclo tremendamente contento. Por suerte, la balnza se decantó esta vez de nuestro lado”, apuntó Keenan.
El entrenador no vio el partido perdido en ningún momento. “Tanto nosotros como ellos pudimos ganar antes de llegar a los “shoot-outs”. Uno de nuestros objetivos era jugar sin exclusiones todo el partido e hicimos lo necesario para ello”, dijo. En relación a la temporada comentó: “Ha sido fantástica. Nos faltó la Copa, pero eso se lo dejo para Siso”, bromeó el entrenador del Egra en relación a su sustituto.
Entiende Keenan que su principal legado al club es el trabajo, la tenacidad y el esfuerzo. “Desde que llegué al club cambiamos algunas cosas, primero con las chicas y después con lo chicos. Y ahora estamos recogiendo los frutos. He trabajado con plena libertad y ahora m dedicaré a formar chicos en la escuela del Egara”, subrayó Keenan, que no descarta regresar a los banquillos en un futuro no demasiado lejano.