La pesadilla 2015-16 ya es sólo pasado en la historia del Terrassa FC, que el domingo se aseguró la permanencia en Tercera División gracias al punto obtenido en el campo del Prat, campeón de Liga e invicto en su estadio durante todo el ejercicio. Han sido casi nueve meses de gestación de una frustración mayúscula que se ha resuelto con un objetivo de mínimos, encarecido este año por los descensos compensados (al final han sido dos) y de valor superlativo por el peso estratégico que tenía la permanencia para poder edificar un nuevo proyecto, alejado de los errores cometidos en el primer año de los nuevos gestores. El Terrassa sumó en el campo del Prat, campeón de Liga con una superioridad indiscutible, el punto que le faltaba para evitarse problemas de última hora. Y ahora ya puede empezar a tomar decisiones de futuro para no repetir errores y frustraciones. La primera, de peso estratégico indiscutible, referida al banquillo. Toni Rodríguez tiene el favor de la plantilla y de la grada por su magnífica aportación en uno de los períodos más incómodos de la historia reciente del club. Falta por ver si también cuenta con el de los responsables de la entidad, que parecen estar más por la labor de probar otras aventuras.
Aunque el Terrassa afrontaba esta última jornada en una posición envidiable, la inquietud a una mañana preñada de resultados inesperados era indisimulable. Por ello, los egarenses jugaron desde el primer momento con su principal ventaja, depender de ellos mismos. Jugaron con intensidad, marcaron territorio ante un rival más pendiente de la promoción que de los récords a batir (el empate permitió al Prat superar su registro de puntos y acabar la Liga invicto en casa) y minimizaron errores para estar siempre en un escenario favorable.
Sólidos
Toni Rodríguez confió de nuevo en el bloque que ha solventado de forma ejemplar las últimas finales a cara o cruz. Únicamente dio entrada esta vez a Chele en lugar de Samu en el lateral derecho de la defensa. La voluntad del Terrassa era no alterar en exceso el ritmo del partido, imponiendo unas reglas de orden y sacrificio que controlasen el imponente fútbol físico del campeón de Liga, cuyo componente atlético es muy superior al del Terrassa. El rendimiento defensivo de los egarenses fue más que notable en el primer período. De hecho, el Prat únicamente generó tres situaciones de riesgo: un saque de esquina que Burgos sacó casi en la línea; un remate de cabeza de Albarrán que no encontró portería; y un disparo de Elhadji desde fuera del área que se perdió junto al travesaño.
El principal déficit de los egarenses en la primera mitad fue su limitada capacidad ofensiva. Pese al elevado trabajo del centro del campo, en la zona de definición no hubo mucha actividad. Apenas un disparo de Maldonado al exterior de la red y otro de Óscar en el tramo final del primer período que se perdió junto al poste.
El Terrassa puso el partido patas arriba al empezar la segunda mitad, dado que en el minuto 50 se adelantó en el marcador. Y fue en una acción a balón parado, esas que tantos problemas le han creado esta temporada. Merchán lanzó una falta, Marc Burgos remató al travesaño y Joan Grasa, cuyo protagonismo ofensivo en esta recta final del campeonato ha sido determinante, marcó el 0 a 1. Diez minutos más tarde, el Terrassa volvió a inquietar el marco de Compte en una falta muy lejana lanzada por Boniquet que se estrelló en la parte superior del larguero.
Arreón final
El Prat reaccionó a ese escenario desfavorable, inconformista ante la posibilidad de perder en el último partido del curso regular. Empujó al Terrassa hacia su área y los egarenses empezaron a mirar el reloj, impacientes ante el inminente final de la pesadilla. Elhadji fue el primero en poner a prueba a Manu Martín. Los balones aéreos empezaron a sobrevolar el área egarense y en el minuto 76 el árbitro castigó una acción de Javi González con un penalti que permitió a Ignacio anotar el empate.
Fue el momento más acentuado de pánico de una jornada en la que el Terrassa nunca estuvo en posición de descenso compensado. El empate era suficiente, pero una derrota podía no serlo en función del resto de desenlaces. A dos minutos del final, Ignacio volvió a poner a prueba a Manu. Pero fue el último espasmo de la temporada para un Terrassa que pudo vivir su momento más dulce del año, desenchufar el desfibrilador y acomodarse en la butaca durante unas horas, a la espera de dibujar ya el futuro.
AE PRAT 1
TERRASSA FC 1
AE PRAT. Compte, Albarrán, Rovira, Ricarte, Fede, Putxi, Ignacio, Ion, Sascha, Javi Lara y Elhadji. Eric suplió a Albarrán en el minuto 29; Aitor a Ricarte en el 67; y Collado a Javi Lara en el 67.
TERRASSA FC. Manu Martín, Chele, Borges, Jou, Javi González, Burgos, Boniquet, Merchán, Maldonado, Grasa y Óscar. Ángel suplió a Maldonado en el minuto 68; Güell a Grasa en el 85; y Samu a Óscar en el 89.
Árbitro. Arnau Llopart Carbó.
Goles. 0-1, minuto 50, Joan Grasa; 1-1, minuto 76, Ignacio de penalti.