Diari de Terrassa

Grave bajada de tensión en Sant Feliu

Llegaba el Terrassa al municipal de Les Grases con inmejorables sensaciones y la tranquilidad de saberse lejos tanto del descenso directo como de posibles descensos compensados. Llegaba también el equipo en un más que aceptable estado anímico e inmerso en una dinámica de excelentes resultados que invitaba al optimismo. Con tres victorias y dos empates a cuestas, el técnico Toni Rodríguez había insuflado a la plantilla otro aire, otra actitud, otra creencia futbolística a la que aferrarse. Pero es este Terrassa un equipo demasiado amante de transitar por el filo, de disfrutar con aventuras arriesgadas que tanto pueden dañarle como engrandecerle. Lo hizo en anteriores partidos y le salió bien. En Sant Feliu de Llobregat, ante un rival directo por la permanencia, volvió a desafiar la gravedad, pero en esta ocasión se cayó. La ventaja, la gran ventaja para el cuadro terrassista, es que aún había red. No fue la derrota del domingo un salto al vacío sino una advertencia, o algo muy parecido a una advertencia; una luz de alarma para abrir los ojos ante las tres finales que se avecinan.

El equipo se mantiene a cinco puntos de un descenso directo que parece ya superado, pero deberá lidiar en las tres jornadas que restan con el peligro de los descensos compensados, que pueden convertirse en un serio quebradero de cabeza, más cuando hay nada más y nada menos que seis equipos (Terrassa, Palamós, Santfeliuenc, Peralada, Granollers y Ascó) separados por solamente tres puntos metidos en esa guerra particular. A partir de ahora cualquier resbalón puede resultar letal y dejar al equipo a expensas de terceros, algo que quiere evitar a toda costa un Terrassa que tras haber sumado 11 de los 15 últimos puntos en juego se las prometía muy felices. Demasiado, quizás.

Un baño de realismo
Tras cinco jornadas esquivándola, la derrota parecía cada vez más cerca. Y llegó en uno de los partidos a los que mejor había entrado el Terrassa. Sin practicar un fútbol primoroso, los de Toni Rodríguez supieron madurar el partido durante la primera parte, se defendieron con orden y tuvieron la fortuna de encontrar incluso un gol, obra de Ángel de la Torre a centro de Carles Güell al filo del descanso. Quiso más el balón el Terrassa y tuvo la paciencia necesaria para ir madurando el partido, sin prisas innecesarias ni precipitaciones que no acostumbran a conducir a ningún sitio más que a vivir sin aliento. A los mediocentros (Adri Gimeno y Merchán) les costaba encontrar a sus compañeros, mientras que Carles Güell tampoco generaba superioridades. El equipo no jugaba cómodo ni por dentro ni por fuera. Con el tiempo cumplido, Óscar marcó tras robar un balón en el saque del portero y el árbitro lo anuló de forma injustificada.

En la reanudación, el Terrassa fue otro, peor todavía. Se transformó sin solución de continuidad en ese conjunto irreconocible, desesperante y plano de jornadas pretéritas, un equipo que divaga por el campo, que parece tener el balón por tenerlo y no sabe qué hacer con él, que llega tarde a todas las segundas jugadas, que no sabe, o no puede o no quiere, o parece no querer ni poder, entender el fútbol que su técnico propone.

Y el Santfeliuenc, tan necesitado como los egarenses, olió ese temor, vio a ese equipo descosido, amodorrado, agarrotado e inseguro y le saltó a la yugular. Sin necesitar de grandes dosis de calidad, levantó un partido que se le había complicado en el primer acto. Tardaron siete minutos los locales, jaleados por su entusiasta y ruidosa afición, en empatar gracias a un golazo de falta de su capitán Joserra que se coló por la escuadra. A partir de entonces, la crisis del Terrassa se agudizó. Y el Santfeliuenc siguió creyendo. Y le salió a pedir de boca.

Una expulsión clave
A falta de un cuarto de hora, el lateral derecho Chele vio una rigurosa segunda amarilla. Ya tenía el equipo la excusa para descentrarse y desdibujarse definitivamente. Y en medio de ese desgobierno, un cabezazo de Ortiz tras un saque de falta y un disparo desde la izquierda de Eric que se coló por el palo corto de un Manu Martín desafortunado acabó derivando en un 3 a 1 que la plantilla del Terrassa prefiere leer como una advertencia que como una tragedia. Lo estuvo intentando el equipo de Toni Rodríguez hasta el final, más por amor propio que por convencimiento de que la remontada fuera algo plausible. Si bien al Terrassa no le salió nada, también lo es que se dejó la piel en el campo.

En ese momento en que el Terrassa parecía haberse dejado ir, Toni Rodríguez tuvo la sangre fría de reaccionar desde el banquillo y a falta de ocho minutos, perdiendo por 2 a 1, cambió al delantero centro Óscar Hernando por un renqueante Samu para reforzar la defensa. Si se había perdido la batalla, convenía no poner en peligro la guerra. El objetivo no era otro que mantener el "goal average" con el Santfeliuenc, una posibilidad más que plausible. En el Camp Olímpic, los santfeliuenses cayeron por 3 a 0. En Les Grases se impusieron por 3 goles a 1, con lo que por lo menos el "average" quedó a salvo.

SANTFELIUENC FC 3
TERRASSA FC 1

SANTFELIUENC FC. Santi, Víctor, Ortiz, Joserra, Alberto, Tena, Edgar, Bolaños, Guille, Toro y Eric. Berlanga sustituyó a Guille en el minuto 69; Maldo a Alberto en el 76; e Imanol a Eric en el 87.

TERRASSA FC. Manu Martín, Chele, Jou, Borges, Javi González, Adri Gimeno, Merchán, Carles Güell, Maldonado, Óscar Hernando y Ángel de la Torre. Sergi Estrada sustituyó a Maldonado en el minuto 60; Cabaleiro a Carles Güell en el 82; y Samu a Óscar Hernando en el 85.

Árbitro. Bruno Montoro Ferreiro, de Barcelona. Mostró tarjetas amarillas a los jugadores locales Ortiz, JoserraEric y Berlanga y a los visitantes Borges y Merchán. Expulsó, por doble amonestación, en el minuto 78, al visitante Chele.

Goles. 0-1, minuto 41, Ángel de la Torre; 1-1, minuto 53, Joserra; 2-1, minuto 79, Ortiz; 3-1, minuto 83, Eric.

Público. Unos 800 espectadores se dieron cita en el campo municipal de Les Grases, en Sant Feliu de Llobregat.

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