El fútbol es una de las actividades humanas menos predecibles, ajeno a lógicas que marcan las estadísticas o las tendencias de los equipos. En esa capacidad de sorpresa radica uno de sus grandes atractivos, capaz de romper la normalidad y la rutina. Este domingo se dieron cita en La Bòbila de Gavà dos equipos con tendencias totalmente opuestas, el mejor de la segunda vuelta (el Gavà) y el peor del mismo tramo de la competición (el Terrassa). Los locales encadenaban ocho victorias consecutivas; los egarenses sólo habían sumado cinco puntos de 33 posibles. Una diferencia abismal a nivel numérico y también futbolístico. Pero el Terrassa fue capaz de sumar un punto ante el adversario más en forma, fortaleciendo su tradicional fragilidad defensiva ante una de las delanteras más temibles del grupo. Y jugándole de cara a quien muchos temían que devolviese a los egarenses a la realidad después de su trascendente victoria de la semana anterior contra el Figueres. Las distancias teóricas se ajustaron en noventa minutos de equilibrio indiscutible.
El Terrassa alteró la normalidad del escenario atendiendo a una fortaleza colectiva que anda construyendo al mismo tiempo que sutura las heridas del pasado más reciente. Esta vez su rendimiento fue más prolongado en el tiempo, sin los altibajos anteriores, sin las lagunas temporales que tantos puntos le han costado en el camino. Con mejor componente físico, una idea de juego definida y un discurso adecuado a las reclamaciones del vestuario, el conjunto egarense no le perdió la cara al partido en momento alguno. E incluso acabó metido en el campo del Gavà buscando el más difícil todavía, un gol que le hubiese otorgado los tres puntos. Una muestra de la nueva personalidad de estos futbolistas.
Otro estilo
Toni Rodríguez armó esta semana una alineación de mayor componente físico, conocedor de la fortaleza del Gavà en el juego directo y adaptando el repertorio a un campo encharcado que reclamaba músculo y esfuerzo. Dibujó un 4-2-3-1 robusto a nivel táctico, dando entrada a un Marc Burgos gigantesco en el centro del campo, ubicando a Óscar en la banda para sustituir al sancionado Maldonado y sacando de la línea de centrocampistas a Boniquet y a Merchán, el primero acomodado a una banda y el segundo en la media punta.
El Terrassa desactivó en buena medida el fútbol del Gavà durante el primer período. Los locales no consiguieron llevar buenos balones a sus fenomenales delanteros y el partido transcurrió fundamentalmente en el centro del campo, donde los riesgos para los egarenses eran menores. El Gavà únicamente intimidó en dos acciones, la primera a balón parado (una falta de David Jiménez por encima del travesaño) y la segunda en una llegada del mismo jugador que Manu Martín resolvió adelantándose en la acción. El Terrassa, excelente en la parcela defensiva con un Jou impecable y Chele dando recorrido al equipo, no estuvo tan exuberante a la hora de atacar y únicamente inquietó a su rival en una llegada de Joan Grasa en el minuto 6 en la que Boniquet no alcanzó el centro por alto.
En la segunda parte aparecieron las versiones más atrevidas de los dos equipos. El Terrassa se apoyó en la excelente aportación de Manu Martín para mantener el empate durante el primer cuarto de hora. Iu y David Jiménez intimidaron a los egarenses en dos buenos remates desde fuera del área que tuvieron una buena respuesta por parte del guardameta terrassista. Joan Grasa contestó con una interesante acción en el minuto 58 que finalizó con un disparo que Eric Alcaraz desvió con aplomo.
Un gol desafortunado
El Gavà se encontró con el gol en el minuto 67. En una acción poco elaborada, repleta de rebotes y que acabó con un rechace en la espalda de Chele que cayó en una posición inmejorable a Nico Kata, que resolvió sin demasiada dificultad. El Terrassa pasó por unos minutos de desconcierto y de nuevo Manu Martín ejerció de elemento corrector, resolviendo dos acciones comprometidas ante Boris, el delantero más en forma del Gavà.
Los egarenses sobrevivieron a ese momento crítico y con la mochila anímica más cargada tras su victoria de la jornada anterior, emprendieron la carga final. A once minutos de la conclusión Borges puso en apuros al Gavà al peinar con peligro un buen servicio de banda de Chele. Y poco después, en el minuto 84, se produjo el tanto del empate. Ángel penetró en el área rival, puso un balón en el corazón del área pequeña y Boniquet lo recogió para batir al portero local con un disparo a la media vuelta. Los egarenses, con los miedos enterrados y la autoestima por las nubes, se atrevieron a encerrar al Gavà en un par de oportunidades en ese tramo final del partido, insatisfechos con ese soberbio empate.
CF GAVÀ 1
TERRASSA FC 1
CF GAVÀ. Eric Alcaraz, Joel, Roger, Pujol, Cazorla, Pla, Nico Kata, Iu, Raíllo, Boris y David Jiménez. Marco sustituyó a Joel en el minuto 57; Fortià a Iu en el 66; y Jaime Hernández a Nico Kata en el 76.,
TERRASSA FC. Manu Martín, Chele, Javi González, Jou, Borges, Burgos, Óscar, Adri, Joan Grasa, Merchán y Boniquet. Ángel sustituyó a Óscar en el minuto 71; Güell a Adri en el 77.
Árbitro. Carlos Ferrero Mansilla. Amonestó a Cazorla, Pla, Jaime Hernández, Javi González, Óscar, Joan Grasa y Ángel. Expulsó a Marco en el minuto 90.
Goles. 1-0, minuto 67, Nico Kata; 1-1, minuto 84, Boniquet.