El conductor de un vehículo fue imputado ayer tras multiplicar por cuatro la tasa máxima de alcoholemia permitida. Unos agentes de la Policía Municipal pararon el coche a la 1.35 de la madrugada al observar que cometía una infracción de tráfico en la calle de Colom. Tan pronto lo vieron y hablaron con él, los guardias apreciaron síntomas evidentes de embriaguez en el conductor. Las pruebas de alcoholemia que efectuó corroboraron la ebriedad intuida: uno de los tests de precisión arrojó un resultado de un miligramo; otro, uno de 0,96.