El capitán de la selección española masculina de hockey, el egarense Sergi Enrique, vivirá en Río sus terceros Juegos Olímpicos consecutivos. El central egarense de 28 años, un producto de la cantera del Atlètic, está afincado en Bruselas. Milita en las filas del Royal Daring belga, club en el que vive su tercera temporada consecutiva. Debutó con 16 años en el primer equipo del Atlètic, un equipo con el que ha ganado ocho títulos de Liga.
¿Cómo se está desarrollando la preparación para los Juegos de Río?
La preparación y los entrenamientos están yendo muy bien. Estamos con muchísima ilusión porque es un año muy importante para todos, en el que muchos deportistas sueñan con estar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Todos los jugadores que estamos en la lista tenemos opciones de ir a los Juegos. Hay mucha competencia y todos vamos a luchar para estar en Río el próximo mes de agosto.
¿Qué valoración hace del primer stage del año, que se desarrolló el mes pasado en Ciudad del Cabo?
La verdad es que esa concentración tuvo dos caras. Fue una concentración muy física, en la que, después del parón navideño, empezamos a hacer pretemporada. Tuvimos la oportunidad de jugar varios partidos que nos sirvieron para probar cosas. La valoración global es positiva, pero necesitamos ser más regulares, tanto ante las selecciones "top" como ante equipos teóricamente inferiores a nosotros en el ránking internacional.
¿Qué significa para usted poder vivir los terceros Juegos Olímpicos de su trayectoria deportiva con solamente 28 años de edad?
Un deportista juega para intentar estar en competiciones importantes como esta. Para mí, jugar estos terceros Juegos significa una ilusión muy grande. Debemos trabajar mucho para intentar cumplir con nuestro objetivo o igualar lo que se consiguió en Pekín que fue jugar una final olímpica.
¿Cómo recuerda aquella medalla de plata conquistada hace casi ocho años en Pekín?
Fue algo fantástico. Jugar unos juegos es ya un sueño, pero disputar una final olímpica es algo inexplicable. En ese momento lo pasas mal porque pierdes la final pero luego con el tiempo lo valoras más y ahí tienes una medalla olímpica que nadie te va a quitar. En el hockey tienes que aprender que por muy poco puedes estar arriba o puedes estar abajo. Y el ejemplo lo tenemos en Londres 2012, donde por un gol no nos metimos en semifinales en aquel partido que empatamos con Inglaterra. Por eso debemos estar al cien por cien en todos los partidos y mejorar en esos aspectos.
¿Qué ha aportado Fred Soyez a la selección española?
Básicamente nos ha aportado mucha ilusión y trabajo. Esa es actualmente la base de nuestro hockey y es algo tremendamente positivo. Nos faltaba trabajar estos aspectos y con él los estamos trabajando mucho. Fred es un entrenador muy competitivo y le gusta jugar para ganar. No sólo para disfrutar.
Lleva ya tres temporadas en Bruselas. ¿Qué valoración hace de la decisión que tomó?
Estoy muy contento de la decisión que tomé de irme a jugar al extranjero para probar otra liga. Holanda y Alemania tienen un nivel superior. Pero en Bélgica, el hockey es también un deporte importante que la gente conoce y los medios difunden muchísimo. Es un hockey muy competitivo. La diferencia con la Liga española es que cada domingo puedes ganar o perder ante cualquiera. Y eso te obliga a estar siempre muy atento y te permite competir a un nivel alto.
Pero debe echar de menos el cariño de la gente del Atlètic.
La verdad que sí. Como en España no se vive en ningún sitio y la verdad que del Atlètic sólo tengo palabras de agradecimiento por todo lo que me han dado. He estado diez temporadas en el primer equipo y he ganado ocho ligas con ellos. Los recuerdos son inmejorables.
¿Qué recuerdos guarda de las diez temporadas que pasó en el primer equipo del Atlètic?
Obviamente, tengo muy buenos recuerdos. Recuerdo cada medalla, cada título, cada final que conseguimos disputar, cada partido, cada entrenamiento. Pero recuerdo siempre con una especial ilusión mi debut con 16 años, que se produjo la temporada en la que gané mi primera Liga. Debutar con esa edad en un equipo del nivel del Atlètic y luego irte con la selección española a jugar un Champions Trophy en Pakistán y ganarlo es, sin duda, debutar con muy buen pie. Es algo que nunca olvidaré.