Lesbos es una de las mayores islas de Grecia. Y la puerta de entrada a Europa de miles de personas que escapan del horror y de la guerra en Síria, Irak o Afganistán. Situada a pocos kilómetros de las costas turcas, Lesbos es un sorbo de esperanza para quienes buscan una nueva vida en una Europa que observa la tragedia de los refugiados con la sensibilidad de muchas de sus gentes y la frialdad de buena parte de sus estados. Aunque también es la tumba de cientos de sueños de quienes nunca llegan a las costas y se dejan sus vidas en botes precarios que intentan, sin fortuna, cubrir la travesía que separa las costas turcas de esta isla griega.
Esa corriente imparable de refugiados hacia Europa y la pasividad de los gobiernos occidentales ha hecho crecer la solidaridad de pueblos e individuos que aportan su ayuda para facilitar la llegada a Europa de esas personas sin presente y con el pasado arruinado. Desde Catalunya se han impulsado distintas alternativas de ayuda, una de las cuales promueve la ONG Proactiva Open Arms. Esta entidad, con sede en Badalona, trabaja desde septiembre del año pasado en Lesbos con sus equipos de socorristas ayudando a los refugiados que llegan por mar a la isla griega. Los equipos de esta ONG cubren 17 kilómetros de costa ayudando a que los refugiados desembarquen con seguridad en sus embarcaciones precarias. La entidad cifra en 1.000 las personas diarias que ayuda a pisar tierra en la isla.
Cada quince días los equipos de socorristas voluntarios se relevan en los trabajos de ayuda a los refugiados. La tarea contiene una carga emocional y una dureza psicológica tan notable que es preciso marcar unos tiempos determinados a quienes la desarrollan. En uno de esos equipos de socorristas voluntarios se integró hace unas semanas el futbolista del Terrassa FC Samu, componente de la primera plantilla del club egarense desde esta misma temporada. Samu es socorrista de la empresa que ha promovido esta ONG y no dudó en sumarse a la propuesta que le hicieron, pese a que ello significaba dejar el equipo durante unas semanas. "Cuando me lo propusieron no tuve dudas. Había que ir. El fútbol siempre lo tienes", explica el jugador del Terrassa. En Lesbos se iba a encontrar un escenario bien distinto al de su trabajo estival en las playas de Ibiza.
Cara a cara con la realidad
"En estas semanas he visto la realidad de uno de los dramas más importantes que se están produciendo en el mundo. Nosotros, desde aquí, observamos en la televisión una parte de lo que sucede. Y cuando llegas allí te encuentras a personas que están huyendo de la guerra, que están viviendo una situación muy trágica." Desde el agua y desde tierra, los equipos de socorristas de Proactiva Open Arms trabajan para salvar vidas y esperanzas. "Son situaciones muy duras las que te encuentras, pero no nos da tiempo a involucrarnos en las historias personales de quienes desembarcan en la isla. La llegada de embarcaciones es constante y no te da tiempo a nada, hay que trabajar. Eso ayuda a que no te quedes atrapado en las historias personales y te empapes de todo el drama. Y te ayuda a estar a tope en el trabajo."
Samu explica que las condiciones de las embarcaciones son extremadamente precarias en su mayoría. "Funcionan muchas mafias en Turquía que hacen negocio con las vidas de estas personas. Se aprovechan de su tragedia. Eso sí que es duro." El jugador del Terrassa explica que uno entiende en esas situaciones el valor de las cosas importantes. "Viajan con lo puesto. Meten su vida en una mochila y se llevan a la familia. Las embarcaciones llegan repletas de personas de todas las edades que viajan sin ninguna medida de seguridad. Por ejemplo, llevan chalecos que se pueden comprar en una carnicería y que más que ayudarles a flotar les hunde en el agua. La obsesión de todos es la familia, proteger a los suyos. Cuando desembarcan incluso se dejan algunos valores materiales porque no es lo fundamental."
Quiere regresar
Pese a la dureza de la experiencia, Samu ya piensa en regresar. "Volveré más adelante. Porque lamentablemente esto va para largo." Y con la autoridad moral que le proporciona la experiencia, espera que el escenario mejore. "Quienes tienen el poder de cambiarlo no están colaborando demasiado. Aunque la solidaridad de la gente es impactante porque hay muchas entidades trabajando en la zona. Y los habitantes de la isla también están ayudando en todo lo que pueden."
En sus dos semanas de estancia no ha tenido que vivir ninguna situación trágica. Recuerda el agradecimiento de quienes llegaron hacinados en un barco con más de 200 pasajeros. "Nos costó más de cinco horas localizarlos y conducirlos a la costa", explica. Y sólo un sobresalto. "El último día pensábamos que se hundía delante nuestro un bote repleto de gente. Pero se trataba de cientos de chalecos que habían atado y que estaban en el agua."
Samuel Pérez Cáceres se incorporó esta temporada al Terrassa FC después de acabar su temporada como socorrista en Ibiza. Ha intervenido en nueve partidos del campeonato de Liga, formando parte del once titular en cuatro oportunidades.