Más de 500 personas contribuyeron a un nuevo éxito de la Mitja con su participación altruista. Un ejemplo de ello lo tenemos en Fisioterapia Peñalver, que ya hace diez años que monta un stand para garantizar que los atletas entren y salgan de la carrera con las mejores condiciones musculares posibles. Durante dos horas y media atendió entre 300 y 400 corredores, corrigiendo pequeñas lesiones en el calentamiento, aplicando algún vendaje y tratando las cargas de después de la competición. “Lo hacemos para estar al lado de la ciudad y también nos sirve para que algunos de los alumnos de la escuela de masaje puedan hacer prácticas”, argumento el ex futbolista y máximo responsable de la empresa, Joaquín Peñalver. Otra tradiciòn es el bocadillo de butifarra para todos los atletas. “Este año hemos traído 3.800 unidades” explicó Manel Martín, que desde hace cuatro años coordina el voluntariado que ofrece este servicio. “Cada vez es más complicado calcular el número exacto de butifarras que se necesitan”, en referencia al creciente aumento de las personas que son vegetarianas. El punto de distribución de butifarras se ha adaptado a los nuevos tiempos, con el reparto de pan para celíacos o de bocadillos de queso para la notable representación magrebí.