El Terrassa FC hace tanto tiempo que anda instalado en el disparate que ningún episodio, por inverosímil que parezca, se hace extraño en su trayectoria. Por escapar de la normalidad, este equipo ha sido capaz de destrozar en mil pedazos el refranero futbolístico español que asegura que a entrenador nuevo, victoria segura. Porque el debut de Duque en el banquillo no sólo no vino acompañado de un triunfo, sino que lo hizo de la peor humillación sufrida esta temporada en un terreno de juego, superando capítulos tan delirantes como los 5 a 0 contra Europa y Granollers o el 0 a 4 del Cerdanyola. Un marcador, contra el colista del campeonato, con efectos tan atómicos que ha destrozado los argumentos de unos y de otros: ha dejado en evidencia al consejo de administración, presuroso a la hora de despedir a Pirri sin valorar el apoyo incondicional que le brindaba el vestuario; ha puesto en un serio aprieto el futuro en el banquillo de José Luis Duque, probablemente el menos culpable del momento actual pero ya cuestionado por un desastre de tanta magnitud; y ha situado en el foco de las críticas a una plantilla que tras cuestionar la decisión del consejo de administración ha sido incapaz de reivindicarse en el terreno de juego. Todo el mundo señalado.
Jordi Cuesta y su equipo asumieron una decisión de riesgo despidiendo a Pirri. Priorizaron el divorcio existente entre banquillo y palco por encima de la buena sintonía del vestuario, única agarradera a la que sujetarse en una temporada con muchas penalizaciones. Y con ello el grado de crispación interna se ha disparado. El club ha encomendado a Duque la responsabilidad de imponer un nuevo orden pero el equipo anda confundido y alterado, además de ser incapaz de reconducir deportivamente una caída que pone en serio riesgo su futuro en el campeonato, ahora a siete puntos de distancia de las plazas de promoción.
Cambios
El desconocimiento mutuo e incluso la falta de confianza fueron elementos muy visibles en el desastre del domingo. José Luis Duque quiere aplicar un libro de estilo en el que la plantilla no parece confiar y el técnico tampoco anda sobrado de fe en lo que le puede deparar el equipo, cuya personalidad anda distante de lo que exige el entrenador. Duque introdujo cambios en el dibujo y en los nombres de su primer once titular, pero el fracaso resultó indiscutible. Se pasó del conocido 4-3-3 de Pirri a un nuevo 4-2-3-1, recuperando a Miki Martínez en el centro del campo con Boniquet como segundo elemento de ese nuevo doble pivote. Merchán pasó a moverse en la posición de media punta y la baja de Javi González quedó cubierta con Adri Peña. Antes de que el Terrassa entablase una discusión futbolística con el Peralada, un equipo que sólo había ganado dos partidos esta temporada, el encuentro estaba prácticamente decidido con tres goles en 18 minutos.
La puesta en escena del Terrassa resultó inconcebible para quien quiere reivindicarse en un terreno de juego. El Peralada marcó en sus tres primeras aproximaciones al área en tres acciones seriamente penalizadas por errores propios de los egarenses. El primer gol se produjo en el minuto 8, cuando Albert Moñino aprovechó un mal rechace de Barragán para cabecear el balón rebotado; el segundo llegó en otra acción en la que Moñino le ganó la partida a un pasivo Miki Martínez y que finalizó con un remate del jugador local que se introdujo en la portería tras rebotar en un defensa del Terrassa; y el tercero nació en un centro al área en el que Kike Sánchez ganó la espalda a la defensa para superar por alto a Barragán con un buen remate de cabeza. Duque había pedido a sus jugadores no encajar más de dos goles en los próximos cinco partidos para estar entre los mejores y en menos de veinte minutos había recibido tres. Otro mensaje a la basura.
Un agujero defensivo
La calamitosa defensa del Terrassa, convertida en un agujero con una frecuencia injustificable, condicionó de forma superlativa todo lo posterior. Los egarenses intentaron engancharse al partido haciendo suyo un discurso heroico poco propicio para quien anda emocionalmente desequilibrado. Hubo un tiempo para la esperanza, con algún arranque de amor propio que permitió obtener el 3 a 1, obra de Aarón Bueno al cazar de cabeza un despeje de Ureña tras un disparo de Merchán. Incluso la fortuna le dio la espalda al Terrassa a un minuto del descanso, cuando Óscar estuvo a punto de anotar el segundo gol en otro remate de cabeza tras un rechace del portero que salió muy ajustado al poste. El Peralada, en todo caso, puso en evidencia a la defensa del Terrassa siempre que pisó el área. Kike Sánchez estrelló un balón en el larguero y Barragán salvó dos claras situaciones de gol.
Duque intentó cambiar la dinámica dando entrada en el descanso a Carles Güell en lugar de Miki Martínez. Pero el equipo andaba ya demasiado partido en todos los sentidos. El Peralada le atizó tres golpes descomunales que acabaron con el Terrassa en la lona, moribundo. Ferrón anotó dos goles, el primero penetrando como un puñal por el centro de la defensa y el segundo corriendo más que nadie en un contragolpe. Y para acabar Argi hizo la media docena de goles culminando una excelente acción colectiva de los gerundeses, atrevidos ya a cualquier aventura ante tan pequeño rival.
El Peralada se apiadó del Terrassa en el tramo final, levantó el pie del acelerador y dejó que transcurriesen los minutos mientras los egarenses se lamían las heridas y clamaban por el final del calvario.
CF PERALADA, 6
TERRASSA FC, 1
CF PERALADA. Ureña, Sergio García, Argi, Lluís Banús, Botxi, Iván Fernández, Kike Sánchez, Guillem Cornellà, Marc Mas, Jaume Duran y Albert Moñino. Xavi Ferrón sustituyó a Kike Sánchez en el minuto 46; Borja a Iván Fernández en el 50; y Joan Pons a Jaume Duran en el 75.
TERRASSA FC. Barragán, Chele, Jou, Eric, Peña, Miki Martínez, Merchán, Maldonado, Óscar, Boniquet y Aarón Bueno. Güell sustituyó a Miki en el minuto 46; Adri a Merchán en el 68; y Manu a Óscar en el 82.
Árbitro. Arnau Llopart Carbó.
Goles. 1-0minuto 8, Albert Moñino; 2-0, minuto 12, Albert Moñino; 3-0, minuto 18, Kike Sánchez; 3-1, minuto 27, Aarón Bueno; 4-1, minuto 57, Ferrón; 5-1, minuto 69, Ferrón; 6-1, minuto 73, Argi.