Este innovador grupo funerario nació hace 18 años gracias a una iniciativa del empresario Santi Bach, que poseía un establecimiento de arte en la Placeta de la Creu, en Terrassa. El primer producto de Marcs Urnas Bach, que fue la empresa originaria del holding, fue un cuadro-urna funerario que albergaba cenizas de difuntos. El proyecto siguió creciendo después de constatar el deseo de muchas personas de pasar la eternidad en espacios donde lo habían pasado bien en vida. De ahí nació la primera experiencia del grupo, vinculada con templos como iglesias en Reus, Tarragona o Oviedo, con el pretexto de permitir a los feligreses poder ser enterrados en el lugar donde habían practicado su devoción. Este mismo vínculo es lo que se replicó en el mundo del deporte. La idea, la misma: ofrecer espacios donde guardar las cenizas una vez se hubiera pasado a mejor vida, para establecer el vínculo con la afición, el deporte o el club que se había llevado en las venas durante toda la vida. Después de estar vinculado profesionalmente durante todos estos años a Giem, Bach se está replanteando su futuro. "Han sido diecisiete años de mucha intensidad. Me he tomado unos meses de descanso y he realizado algunas consultorías en plan "free lance" para diversas compañías del sector. A nivel empresarial, estoy a la expectativa y quiero encontrar algún proyecto que me ilusione. De hecho, dispongo de un par de ofertas sobre la mesa relacionadas con el sector funerario pero no tengo prisa por tomar una decisión", dijo Bach.