El Síndic de Greuges de Catalunya, Rafael Ribó, ha abierto una actuación de oficio para saber qué hizo la Generalitat con anterioridad al suicidio de Alan, el joven transexual de 17 años y vecino de Rubí que se suicidó hace unos días por el acoso escolar que padecía, según ha denunciado su familia. En un comunicado, el Síndic aseguró el lunes de que ha solicitado información a los departamentos de Enseñanza, Bienestar Social y Familia y al de Salud, para conocer qué medidas tomaron a raíz del presunto acoso escolar sufrido por el menor.
La asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales, anunció el día 25 de este mes en su página web el suicidio del joven, que atribuye a “la presión e incomprensión en el ámbito escolar”. Alan cambió de instituto tras sufrir un acoso por su transexualidad que le costó una depresión, aunque la madre aseguró a la asociación de que siguió sufriendo “situaciones de ‘bulling'” en el nuevo centro. Este menor fue uno de los primeros en Cataluña a los que, a principios de mes, un juez autorizó a cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales, tras un proceso en el que contó con el apoyo de su familia.
El Síndic lamenta “profundamente” el suicidio del joven y “quiere evitar que situaciones como ésta se vuelvan a producir”, se indica en la nota, en la que hace llegar a la familia afectada su pésame y su compromiso de que se actuará con celeridad en el análisis de los hechos para evitar su repetición. La Ley 11/2014, aprobada el pasado año en el Parlament de Catalunya, de garantía de los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, trangéneros e intersexuales y para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia, otorga a esta figura la función relativa a la defensa de derechos y libertades en materia de no-discriminación de las personas LGBTI.
A raíz de una queja recibida anteriormente, el Síndic ya estudió la situación de los adolescentes LGTBI en las escuelas e institutos de Catalunya, y sugirió que se promovieran actuaciones específicas para abordar estas situaciones. En concreto, recomendó que se establecieran mecanismos de protocolo de detección y seguimiento, que se establecieran programas de formación específica para acoso homofóbico y transfóbico dirigidos al profesorado, así como programas de intervención y de sensibilización hacia la problemática que padecen los alumnos LGTBI.
Frente a la casa consistorial de Rubí, localidad donde residía Alan, cerca de un centenar de personas guardaron el lunes un minuto de silencio en memoria del joven. “Desde el ayuntamiento ponemos a disposición los recursos municipales para trabajar, evitar y prevenir que esto vuelva a suceder; nosotros no teníamos conocimiento de este caso”, aseguró la alcaldesa del municipio, Ana María Martínez (PSC). La primera edil también recordó que, si bien las administraciones locales no tienen competencia en este ámbito, en Rubí existe, desde hace once años, un servicio de orientación e información para personas homosexuales, bisexuales y transexuales que es gratuito y público.