Con el cien por cien de los votos escrutados, el PP ha ganado las elecciones al lograr 123 diputados y el 28,7 % de los votos, seguido del PSOE con 90 escaños y el 22 %, un resultado que sitúa a Podemos como tercera fuerza con 69 escaños y el 20,6 % y a Ciudadanos cuarta con 40 diputados y el 13,9 %.
Le siguen ERC con 9 escaños y un 2,3 % de los sufragios; Democràcia y Llibertat con 8 y un 2,2 %; EAJ-PNV con 6 diputados y un 1,2 %; IU-Unidad Popular, con 2 y un 3,6 %; y EH Bildu con 2 escaños y un 0,8 % de los votos.
Y por último, Coalición Canaria logra un diputado y un 0,3 % de los votos.
En el caso de Podemos, el total de escaños y porcentaje corresponde a esta formación política y a sus candidaturas en tres comunidades: En Comú Podem en Cataluña (12 escaños y un 3,6 % de los votos), Compromís en la Comunidad Valenciana (9 y un 2,6 %) y En Marea en Galicia (6 y un 1,6 %).
Los resultados de las elecciones no han otorgado una clara mayoría a ningún partido y las alternativas que se abren son un segundo mandato de Mariano Rajoy en minoría, un pacto de izquierdas para intentar gobernar o la ausencia de acuerdos y, en consecuencia, la convocatoria de nuevos comicios.
Descartada la gran coalición, ni la suma de PP y Ciudadanos por un lado, ni la de PSOE y Podemos por otro logra la mayoría absoluta.
La suma de los diputados del PP y del partido de Albert Rivera da 163, cuatro más que la suma de los de PSOE (90) y Podemos (69).
En caso de que estos dos últimos partidos lograran ponerse de acuerdo en torno a un nombre para intentar ser presidente, necesitarían 17 diputados más para llegar a la mayoría absoluta.
Si les bastara con la mayoría relativa, es decir más votos a favor que en contra, tendrían que sumar cinco diputados de otras fuerzas políticas.
Podría ser factible que lograran el apoyo de los dos diputados de IU.
Pero queda la incógnita de qué harían fuerzas situadas en espectros ideológicos tan distintos como DiL (8 escaños), PNV (6) o Coalición Canaria (1), por un lado, y ERC (9 escaños) o EH Bildu (2) por otro.
La dificultad de todas esas negociaciones es lo que lleva a no descartar la hipótesis de una repetición de los comicios.
Los resultados también suponen el fin del bipartidismo en el mapa político español después de más de 30 años pero panorama incierto para la gobernabilidad donde la salida deberá ser un gobierno de coalición. Los resultados de las elecciones generales del 20D sitúan al PP de Mariano Rajoy como claro vencedor, pero sin mayoría suficiente para gobernar como pasara en 2011. Por detrás se sitúa el PSOE como segunda fuerza política y se consolida como principal partido de la oposición, mientras que Podemos es tercero gracias a la confluencia de las formaciones hermanas que se presentas en las diferentes comunidades autónomas. Por detrás, se sitúa Ciudadanos que vería recortadas drásticamente sus espectativas con un resultado decepcionante. La sopa de pactos está servida y dará que hablar a partir de este domingo, pero estará marcada por un empate entre la suma de los partidos de izquierda (PSOE, Podemos e IU), con 161 escaños, prácticamente lo mismo que suma el centro-derecha (PP y Ciudadanos): 163.
Los resultados arrojan esta disposición, pero sin el peligro que apuntaban los sondeos a pie de urna para los socialistas, que mantendrían en principio la categoría de segunda fuerza política. El PP ganaría con 123 diputados, seguido del PSOE (90 escaños), Podemos (69 diputados) y Ciudadanos (40). Así, el posible entente de izquierdas PSOE-Podemos sumarían 159 escaños (161 con los 2 escaños de IU), por lo que faltarían 16 diputados para lograr la mayoría necesaria de 175 para investir presidente y formar gobierno (14 con IU). Por su parte, la otra posibilidad de pacto entre PP y Ciudadanos sumarían 163. Será necesario por tanto un pacto con más de dos partidos con representación parlamentaria.
Por detrás de Ciudadanos obtendrían representación parlamentaria los soberanistas catalanes, que podrían ser llave de gobierno. ERC logra 2,39% de los sufragios y 9 escaños, Democràcia i Llibertat (2,25%) obtiene 8 escaños. Por su parte, el PNV reúne el 1,20% de las papeletas, lo que se traduce en 6 escaños, EH Bildu, 0,87% y 2 diputados, y Coalición Canaria, un 0,32% de los votos y 1 escaño. Unió Democràtica de Catalunya, el partido de Josep Antoni Duran Lleida, se quedaría por primera vez sin representación parlamentaria.
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El nacionalismo pierde peso pero puede ser clave para los pactos
Las fuerzas nacionalistas e independentistas históricas sumarán 26 escaños en el próximo Congreso de los Diputados lo que supone 12 escaños menos que hace cuatro años cuando cosecharon su mejor resultado histórico con 39 asientos en la Cámara Baja. Sin duda es un retroceso, pero los electores les siguen otorgando un papel clave en algunas combinaciones para la formación de Gobierno.
Una de las causas de este descenso es la irrupción con fuerza de Podemos.En Catalunya destaca el buen resultado de ERC, que crece y lo hace con fuerza para pasar de tres a nueve escaños y formará grupo parlamentario propio gracias a haber doblado sus votos. Todo lo contrario que CDC. Bajo las siglas de Democràcia i Llibertat, el partido de Artur Mas y su cabeza de lista, Frances Homs, pierden la mitad de su representación en el Congreso al pasar de 16 diputados a ocho. Presentes en todas las legislaturas, se trata del peor resultado de su historia igualando el cosechado en los comicios generales de 1979.
La formación de Pablo Iglesias se ha convertido en la más votada en comunidades de fuerte arraigo nacionalista como el País Vasco y Catalunya. En Euskadi ha logrado desplazar al PNV del primer puesto. Los nacionalistas vascos pierden 30.000 votos, pero suman seis escaños, uno más de los que ya tenían.
Quien parece haber acusado especialmente la entrada en escena de Podemos en una elecciones generales es Bildu, que pasa de seis escaños a tan sólo dos en el País Vasco, donde se ha dejado 100.000 votos con respecto a las pasadas generales donde se presentaron bajo las siglas de Amaiur.
Los abertzales también pierden el escaño que lograron hace cuatro años en Navarra, donde se han dejado 20.000 votos. En la comunidad foral tampoco logra mantener su escaño Geroa Bai pese a ser el principal partido de Gobierno en Navarra tras las elecciones autonómicas de mayo. Pierde 12.000 votos con respecto a hace cuatro años y se sitúa como quinta fuerza en una región donde Podemos se alza al segundo puesto por detrás de UPN. Los nacionalistas vascos tenían representación por Navarra desde hace 11 años.