La compañía especializada en congelados La Sirena ha culminado su último ejercicio fiscal, cerrado el 30 abril, con un beneficio de 53,2 millones de euros (frente a unas pérdidas de 52 millones en 2014) en buena parte gracias a la capitalización de un préstamo participativo de 62 millones aprobada por OpCapita, su nuevo propietario. En un comunicado, La Sirena, con sede central en Viladecavalls, informó ayer de que cerró este ejercicio fiscal con una facturación de 145,5 millones de euros, lo que supuso un descenso del 0,3% respecto al ejercicio anterior, “si bien, a superficie comparable, se ha incrementado ligeramente”, puntualiza.
La compañía señaló que esta estabilización de las ventas se ha conseguido sin haber realizado aperturas de nuevas tiendas en los dos últimos ejercicios y bajo la fuerte presión de nuevas aperturas de otros operadores tanto en Catalunya como en Madrid, las dos zonas en que opera.
El fondo de capital riesgo británico OpCapita adquirió el 100% del capital de La Sirena en el último trimestre del año pasado por una cifra cercana a los 45 millones de euros y nombró presidente de la compañía catalana a Stephen Alexander, socio de la firma del Reino Unido. Con la entrada de OpCapita, especializado en el sector retail, la compañía vallesana culminó la reestructuración de su situación financiera. Así, la deuda financiera ha pasado de 96 millones de euros a 24,5, es decir, ha experimentado un descenso cifrado en 71,5 millones “reflejándose a cierre de ejercicio una deuda financiera neta de 10,7 millones de euros”, se comenta en el citado comunicado.
Recorte de gastos
Esta reducción ha supuesto una mejora “muy significativa” de los ratios financieros y de solvencia de la compañía, así como una importante reducción de los gastos financieros que, junto a la aportación de fondos del nuevo accionista, “permitirá asentar el modelo de negocio e iniciar una nueva etapa de expansión y crecimiento”.
Esta nueva etapa de La Sirena se inició en 2012, año en que el equipo directivo asumió el control de la compañía con el objetivo a medio plazo de fortalecer el negocio y reestructurar el balance, reduciendo significativamente el endeudamiento de la compañía, mediante la entrada de un nuevo socio financiero que apoyase el proyecto.
Tres años
Con este objetivo diseñó un plan a tres años que incluía un agresivo plan de ajuste en costes, cambios organizativos importantes y una remodelación del modelo comercial con distintas iniciativas de valor como La Sirena Club, la tarjeta de fidelización de la cadena de congelados, que actualmente cuenta con casi un millón de miembros. “Nuestro afán es buscar siempre una mayor competitividad de precios y con la calidad y el surtido como fundamentos de éxito”, dice.
Según el comunicado de la compañía, esta revisión estratégica y operativa ha aportado a La Sirena una mejora notable de la eficiencia de las operaciones y un modelo comercial mucho más sólido que ha llevado a la empresa vallesana a mantener e incluso incrementar ligeramente su cuota de mercado en los últimos trimestres, en un sector “muy competido”.