El ejecutivo municipal no está dispuesto a implantar una moratoria comercial y mucho menos en un momento como el actual, en el que la ciudad de Terrassa está en el punto de mira de estrategia de implantación comercial de las grandes cadenas.
Así lo expresó el gobierno de Jordi Ballart el pasado jueves en el pleno municipal, rechazando con sus votos, junto a los del PP y C,s, una propuesta de resolución de la CUP que proponía paralizar las licencias durante 3 años, así como prohibir la concentración de solares y locales comerciales. La moción no prosperó, pero dio pie a un interesante debate sobre el modelo comercial de Terrassa en el que gobierno y oposición confrontaron proyectos.
Efecto locomotora
Miquel Sàmper, teniente de alcalde de Promoció Económica, defendió el “efecto locomotora” que las grandes cadenas ejercen allí donde se implantan y rechazó la viabilidad de una moratoria en el marco de la actual Llei de Comerç. En el mismo sentido se expresó el concejal de Comercio, Amadeu Aguado, convencido de que el gran comercio “dinamiza la ciudad, la hace capital”, además de garantizar cobertura laboral y sindical a sus empleados, dijo.
El debate llegó al pleno tras la apertura, en pocos meses, de nuevos comercios de las firmas Aldi y Mercadona, del estreno de Media Markt en Parc Vallès y de la implantación del hipermercado Esclat en la antigua fábrica Agut, además del anuncio de la cadena Bon Preu de abrir otro supermercado en la calle del Portal Nou.
La CUP tilda el fenómeno de “proceso de colonización comercial” y el jueves pidió al gobierno un nuevo plan de comercio que defina la estrategia municipal en plena irrupción de las grandes cadenas.
La respuesta la dió el concejal Aguado, por boca del pequeño comercio: “Hablando con los ejes nos dicen que no quieren ningún plan estratégico porque las leyes cambian. Nos piden que solucionemos el dia a dia, y eso es lo que estamos haciendo”.
Para la TeC, la elaboración de un plan estratégico comercial es la garantía de que las nuevas implantaciones no impactan de manera negativa en la ciudad, provocando el cierre del pequeño comercio y la pérdida de puestos de trabajo. “Nos preocupa -dijo Xavier Matilla- que no haya planificación ni criterio, porque el comercio es un valor estratégico altísimo. Invitamos a esa reflexión y a darle valor más allá de los puestos de trabajo que las nuevas implantaciones generan”.
El republicano Isaac Albert, diputado de Comercio en la Diputació de Barcelona, recordó que el Ayuntamiento tiene herramientas para forzar una moratoria, por ejemplo, via reforma del POUM. “No vale decir que no podemos hacer nada. Hay mucho trabajo por delante, como el de conectar los ejes comerciales existentes y reflexionar sobre el hecho de que una ciudad como Terrassa, de estructura redonda, no da para muchas centralidades comerciales”.
ERC-MES se abstuvo en la moción de la CUP y el PP votó en contra porque “estamos de acuerdo, por ejemplo, con la implantación de El Corte Inglés. Porque genera actividad, puestos de trabajo y promociona la ciudad”. Para Gabriel Turmo, las nuevas implantaciones son una buena noticia: “Abren tiendas -dijo- y eso tiene una nombre, recuperación económica”.