Si ya fue insólito que CiU se presentase a las últimas elecciones municipales con una lista formada por siete miembros cuyas primeras cuatro posiciones las ocupaban habitantes de fuera del municipio -entonces la formación esgrimió que sus candidatos naturales no concurrían en los primeros puestos porque se sentían “acosados y amenazados”-, más sorprendente es que ahora, transcurridos casi seis meses desde el inicio de la nueva legislatura, el grupo municipal aún no levante el vuelo, con su portavoz, la terrassense Eva Salvador, ejerciendo en solitario. Esto es así porque todos los miembros de la lista han renunciado a ocupar un acta de concejal todavía vacante, incluyendo en esta rocambolesca historia incluso un episodio de transfuguismo.
En las pasadas elecciones, CiU obtuvo tres concejales, los mismos que ya tenía en el anterior mandato. ERC, que repite al frente del equipo de gobierno, mantuvo también los tres de que ya disponía, mientras que entró por primera vez en el Consistorio ICV con un edil.
Exalcaldes
Tras los comicios, Eva Salvador, exconcejal en el Ayuntamiento de Terrassa, formó grupo municipal con Maria Lluïsa Ponce, de Ullastrell, y el terrassense Ignasi Freixa, segunda y tercero en la lista, respectivamente. Sólo un mes después de que se constituyese el nuevo Ayuntamiento, en concreto el 13 de julio, Ponce comunicaba su salida de CiU para pasar a ser edil no adscrita. Y apenas tres meses después, se convirtió en tránsfuga con su entrada en las filas del equipo de gobierno.
Ignasi Freixa, por su lado, ni siquiera recogió su acta de concejal, por lo que fue sustituido por la también terrassense Carme Arcas (cuarto en la lista), aunque por motivos de salud renunció al cargo a los pocos meses.
A partir de ese momento, quedaban tres nombres en la lista para sustituir a Arcas, que ocupaban los exalcaldes de CiU en Rellinars Albert Ferrer (número 5 de la candidatura), Àngel Puig (6) y Mariano Sellarés (7). Pues bien, ninguno de ellos ha querido ocupar la silla aún vacante de CiU.
Los motivos son diversos: Sellarés, de 80 años, por su avanzada edad; Puig, por cuestiones profesionales, y Albert Ferrer, el último alcalde que tuvo CiU en el municipio, porque tras su experiencia negativa la pasada legislatura -a mitad de mandato perdió la vara de mando al ser objeto de una moción de censura- no quiere volver al Ayuntamiento.
Los motivos los explica Eva Salvador, quien resalta sobre los tres exalcaldes que “no quieren ejercer su cargo de concejal porque prefieren dar su apoyo trabajando por el partido sin serlo”.
Durante estos casi seis meses como portavoz municipal, Salvador únicamente estuvo acompañada por la concejal tránsfuga Maria Lluïsa Ponce y Carme Arcas en el primer pleno del mandato. El resto del tiempo hasta la actualidad ha estado sola representando a CiU en el Consistorio, transmitiendo una imagen muy débil del grupo municipal (una fragilidad que cobra su máxima expresión en los plenos, con una solitaria Salvador ejerciendo desde la oposición).
A estas alturas, ya se puede interpretar que la lista que presentó CiU en las municipales era un despropósito, como deja patente su situación actual, con la renuncia de seis de sus siete miembros a ejercer como concejales y el no menos grave episodio de transfuguismo.
Dinámica
Así las cosas, a la formación no le ha quedado otro remedio que tirar de militancia para cubrir el acta de regidora que dejó vacante Arcas a inicios de mandato. Siguiendo el mismo criterio con el que se elaboró la lista electoral, su sustituto no reside en Rellinars. Se trata del terrassense Miquel Soriano, economista de 48 años que toda su vida ha veraneado en el municipio (donde sus padres tienen residencia, en concreto en la urbanización de El Soley). Militante de CiU desde hace dos décadas, Soriano “ya colabora con nosotros y conoce la dinámica del Ayuntamiento y del pueblo”, apunta Salvador. La intención es que se estrene como concejal en el pleno del próximo mes de diciembre.