Sant Cugat se ha convertido en una ciudad cardioprotegida con la instalación de hasta treinta desfibriladores repartidos por toda la localidad para poder actuar con rapidez en caso de parada cardiaca. Los aparatos se encuentran ubicados en equipamientos deportivos y culturales, casales, centros cívicos, mercados y lugares de la vía pública, intentando cubrir geográficamente la máxima superficie posible. A estos treinta desfibriladores estáticos hay que sumar cinco más móviles que posee Policía Local y Protección Civil.
Campaña
La instalación de estos aparatos por toda la ciudad se enmarca dentro de la campaña "Sant Cugat pensa amb el cor", que difundirá hábitos de vida saludable para prevenir cardiopatías. En este sentido, la alcaldesa, Mercè Conesa, puntualizó que "es necesario trabajar todos estos hábitos saludables desde la infancia porque estas herramientas sólo sirven para evitar la muerte en situaciones de máxima emergencia".
La instalación de los treinta desfibriladores, que se ha realizado de forma progresiva, supone una inversión municipal de 30 mil euros al año y va acompañada de una campaña de sensibilización ciudadana y de cursos de formación dirigidos a personal especializado.
