La atmósfera se estaba haciendo casi irrespirable en el Terrassa FC. Por dentro y por fuera. Tres derrotas consecutivas para un equipo que ya rozaba la zona de descenso, un desastre defensivo sin precedentes en la historia del club, declaraciones cruzadas entre entrenador y presidente en relación a los propósitos reales o supuestos de este equipo, y otro incendio social por la ruptura entre los dos principales accionistas de la sociedad anónima eran argumentos suficientes para hacer explotar una crisis en distintas direcciones. Y, además, a todo ello se unía un debate abierto en relación a la conveniencia de la apuesta futbolística de David Pirri en una categoría como la Tercera División donde algunos entienden que debe prevalecer el músculo por encima de la estética. Un escenario, sin duda, inadecuado para un equipo imberbe y con visibles signos de ansiedad teniendo como oponente a un Vilafranca en línea ascendente que llegaba opositando ya a las plazas de promoción.
A esa exigencia, el Terrassa FC dio una respuesta madura y esperanzadora. Goleó, jugó a un magnífico nivel en la segunda parte y lo hizo sin apartarse del libro de estilo que Pirri mantiene inalterable, aunque los resultados disminuyan su número de acólitos en las peores épocas. Y por si el nivel previo de dificultad no fuese ya mayúsculo, un gol del Vilafranca en el minuto 12 elevó aún más el riesgo de catástrofe. Otro tanto encajado a balón parado, esta vez en un saque de esquina, que revivió las peores pesadillas de las últimas semanas.
El peor inicio posible
Ese tanto ahogó la buena salida de un Terrassa que entró en el partido con el tono recuperado, aislándose de todo el ruido externo de la semana. Carles Güell, con un disparo que salió ajustado al poste, y Óscar que chutó por encima del travesaño tras un excelente pase de Boniquet, dieron los dos primeros avisos. Pero el desequilibrio defensivo de este equipo apareció en el minuto 10, en una clarísima ocasión de Oribe que el delantero visitante erró en una posición inmejorable. Y después con el 0 a 1.
Un gol en el arranque que modificaba el discurso de los egarenses, con algunas variantes en la alineación: Barragán recuperó la titularidad en el marco tras ser suplente en Ascó; Montero ejerció de lateral izquierdo debido a unas molestias físicas de Javi González; Jou regresó al once en lugar de Uri Serra; y Óscar relevó esta semana a Ángel de la Torre en la banda derecha del ataque. El fútbol del Terrassa tuvo más voluntad que capacidad después del gol visitante, sin generar situaciones de peligro más que una llegada de Chele que casi acaba en gol en propia puerta de Fonta.
Pero a seis minutos del descanso, Óscar cambió el desarrollo de los acontecimientos. El extremo local, que cuajó un partido extraordinario, forzó una buena acción en el área en la que acabó siendo derribado por el ex terrassista Víctor Merchán. Un penalti claro que Aarón Bueno transformó en el empate a uno. Un buen modo de acabar un primer tiempo discreto que estaba arrastrando al Terrassa a recientes historias de final infeliz.
Ese cambio de registro se visualizó nada más empezar el segundo período. Aarón Bueno aprovechó un error defensivo del Vilafranca y el balón fue a parar a Boniquet, que batió a Miguel Ramos con un excelente remate. En diez minutos el Terrassa le dio la vuelta al marcador, cargó el depósito de confianza, se rebeló contra el pasado y dio un paso adelante en todas las facetas. Fue en ese momento cuando explotaron las individualidades en beneficio del colectivo. Eric capitalizó el liderazgo defensivo; Carles Güell y Boniquet agigantaron su presencia en el centro del campo; Óscar enloqueció a la defensa del Vilafranca con su desequilibrio constante; y Aarón Bueno cuajó su mejor partido con la camiseta egarense.
Gol de videoteca
El tercer gol del Terrassa resumió en unos segundos el ideario de este equipo. Una jugada iniciada por Barragán, con tránsito por todas las líneas en acciones al primer toque y acabada en banda, donde Óscar puso un perfecto balón en el segundo palo que Aarón Bueno cabeceó al fondo del marco del Vilafranca. Un éxtasis extraordinario para acallar determinados debates.
El Vilafranca pudo haber reducido la diferencia en un buen disparo de Oribe al que respondió Barragán con una parada sobresaliente. El portero terrassista salió reforzado con una buena actuación personal que rubricó con otra buena intervención ante Bernat. El Terrassa le puso el celofán al regalo que supuso su segunda parte con otro magnífico gol, esta vez de Ángel de la Torre tras una excelente acción combinada con Xavi Boniquet.
TERRASSA, FC, 4
FC VILAFRANCA, 1
TERRASSA FC. Barragán, Chele, Jou, Eric, Montero, Miki, Carles Güell, Boniquet, Óscar, Marc Vilajosana y Aarón Bueno. Uri Serra suplió a Jou en el minuto 46; Samu a Montero en el 71; y Ángel a Güell en el 83.
FC VILAFRANCA. Miguel Ramos, Durán, Guti, Fonta, Joan Castillo, Medina, Gestí, Oribe, Merchán, Bueno y Triguero. Maldonado suplió a Merchán en el minuto 61; Bernat a Guti en el 71; e Illescas a Durán en el 80.
Árbitro. Bruno Montoro Ferreiro. Amonestó a Eric, Guti, Oribe y Merchán.
Goles. 0-1, minuto 12, Medina; 1-1, minuto 39, Aarón Bueno de penalti; 2-1, minuto 50, Boniquet; 3-1, minuto 64, Aarón Bueno; 4-1, minuto 88, Ángel.
Público. Unos quinientos espectadores.
Incidencias. Presenció el partido en el palco el presidente de honor del Terrassa FC, Josep Vall, que acompañó al presidente de la entidad, Jordi Cuesta.