Un transeúnte que caminaba el jueves por el paseo del Vint-i-dos de Juliol recibió el impacto de un proyectil en la espalda. Alguien le había disparado con una especie de arma de aire comprimido; se desconoce si el tirador tenía intención de alcanzar a la víctima o si erró el tiro mientras ensayaba con otro objetivo en la mira. La policía indagó y horas después dio con un posible sospechoso, un joven.
La agresión fue cometida a las dos de la tarde en el tramo del paseo del Vint-i-dos de Juliol perteneciente a Ca n’Aurell, cerca de la confluencia con la calle de Beethoven. De repente, un peatón se dolió de la espalda. Fue algo súbito, como una pedrada, un zurriagazo. El hombre, de 40 años, se llevó la mano a la espalda y no tardó en darse cuenta de que había sido víctima de un disparo que no le había causado una herida sangrante, sino un hematoma. La Policía Municipal fue advertida de la agresión y mandó a una dotación al sector donde se encontraba el herido.
El transeúnte padecía, en efecto, un moratón de aproximadamente un centímetro de diámetro, pero declinó recibir asistencia sanitaria. De los indicios se infería que el proyectil (no ha trascendido si fue hallado en la calle) era una bola, no tanto un balín. Una bola seguramente disparada por una escopeta de "airsoft", modalidad lúdico-deportiva en la que se usan réplicas de armas de fuego con munición esférica de materiales plásticos o biodegradables de entre seis y ocho milímetros de diámetro.
Los agentes inspeccionaron los alrededores y encontraron un árbol que, al parecer, presentaba señales de impactos, como si alguien lo hubiera utilizado de diana disparando desde una ventana próxima. Tras una serie de averiguaciones, los policías identificaron a un joven de 20 años, vecino de la zona. En marzo pasado un menor de 17 años fue identificado como sospechoso de disparar balines en el Centre. Un proyectil alcanzó en la pierna a una joven que transitaba por la plaza del Vapor Ventalló.