La natalidad continúa con la tendencia al descenso iniciada hace ya seis años, aunque esta vez la caída no ha sido tan drástica como en temporadas anteriores. Así lo hace publico el último estudio sobre el movimiento natural de la población realizado por el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), que revela que en la comunidad catalana nacieron 255 niños menos en 2014, lo que representa una disminución del 0,5 por ciento respecto al año anterior.
Terrassa se sitúa por encima de la media catalana, con una reducción del 1,3% de nacimientos respecto al 2013. El año pasado nacieron 2.361 bebés (1.242 niños y 1.119 niñas), lo que significa 32 neonatos menos. Este número varía un poco de los datos recogidos en el padrón municipal, que sitúan los natalicios en 2.343 -algo que suele ocurrir por las fechas de cierre de ambos documentos.
A diferencia del 2013, cuado la mayoría de los partos tuvieron lugar en meses de entretiempo (otoño y primavera), en 2014 se dieron en periodos más fríos, siendo septiembre el que más alumbramientos registró (228) seguido por diciembre, con 223, y octubre (207).
Esta cifra se acerca bastante a la de 2003, cuando en la ciudad se registraron 2.372 alumbramientos, aunque queda lejos del boom de 2008, cuando llegaron a haber 3.106 recién nacidos. Desde entonces, y coincidiendo con el inicio de la crisis económica, los partos no han hecho más que disminuir año tras año. Y parece que esta tendencia amenaza con consolidarse estrechando aún más la base de la pirámide de población, que cada vez está más envejecida.
Primer hijo, a los 30
Esto contribuye a que la edad de mujeres en edad fértil (15-49 años) también disminuya, reduciéndose en 29.119 mujeres, así como las mujeres en edad de máxima fecundidad (25-39 años). Además, con la disminución de la natalidad sufrida desde hace una larga temporada, se continuará reduciendo el número de potenciales partos durante las próximas décadas, ya que llegaran a edades fértiles las mujeres de generaciones menos numerosas nacidas a partir de los noventa y finales de los ochenta. A este factor se le debe sumar otro también muy importante: el aumento de población emigrante. Esto significa que el colectivo de mujeres en edades fértiles disminuya aún más.
Además, esta reducción de la fecundidad va acompañada de la edad media de las madres a la hora de tener su primer hijo, que actualmente se sitúa en 30,4 años. Por otro lado, la edad media de maternidad se mantiene prácticamente igual que el año anterior, situándose en los 31,7 años. De hecho, desde el año 2012 las mujeres superan la media de los 30 años para su primera maternidad.
No obstante hay un factor al que se empieza a dar la vuelta. Pese a esta caída en la cifra de alumbramientos, el número de hijos por mujer ha aumentado en Catalunya, pasando del 1,33 al 1,37, una cuestión que al menos ha mitigado el descenso de nacimientos y ha evitado la fuerte caída que se ha registrado en años anteriores. La crisis económica, sumada a la inestabilidad laboral y la alta tasa de paro especialmente entre los más jóvenes, provocan que muchas mujeres aplacen la decisión de ser madres.
En cuanto a las defunciones, la cifra también ha disminuido. En 2013 se registraron 1.672 fallecimientos, mientras que el año anterior fueron 1.583. En 2014 el número de defunciones fue más alto en mujeres que en hombres, siendo 806 las de ellas y 777 las del colectivo masculino. Pese a ello, en Terrassa sigue habiendo más mujeres que hombres, una tendencia que siempre ha seguido el mismo patrón en la ciudad egarense. En 2014 las féminas superaban a los hombres en 2.488 habitantes, mientras que en datos de 2015 ya son 3.001.