Diari de Terrassa

Los “bolets” que no llegan

La tradición boletaire en Catalunya es bien conocida y viene de lejos. Son muchos los que esperan con ganas la llegada del otoño para salir al bosque en busca de alguna seta tempranera. Los fines de semana son los días escogidos por antonomasia por los habitantes de las urbes, que deciden ir a pasar un buen rato con la familia o los amigos y, si además tienen suerte, llenar las cestas de este preciado manjar.

Pero de momento los boletaires del Vallès Occidental tendrán que esperar. Por ahora ya se han tenido que despedir de las denominadas setas primerizas que suelen aparecer por esta época. Oronjas, congrios, “rossinyols” son especies que ya no se encontrarán en la montaña de Sant Llorenç y sus alrededores, pues no ha llovido lo suficiente durante los meses de verano para que crezcan ahora que empieza la temporada. Además, las temperaturas han sido muy altas, especialmente en julio, y también ha hecho mucho viento. Este último factor es realmente malo. Según dice Antonio García “Pintoret”, un experto micólogo de Matadepera, “el viento es el principal enemigo de la seta”.

El mismo boletaire indica que, pese a que normalmente se diga que la temporada para recoger setas empieza en septiembre y acaba en febrero o marzo, “la seta no depende del calendario, sino del ambiente. Por eso hay veces que incluso en junio se pueden encontrar rossinyols, ya que ha hecho la misma temperatura y se han dado las mismas condiciones ambientales que en septiembre”.

En plena temporada

Se distinguen entre tres tipos de setas según la época del año: las primerizas -citadas anteriormente-, las medianas y las tardías. Ahora deberían empezar a crecer las segundas, siempre y cuando llueva lo suficiente los próximos días y las condiciones de frío sean las adecuadas (unas temperaturas que se sitúen entre los 10 y los 20 grados centígrados, llegando a soportar un máximo de 24ºC). Si se cumplen todos estos requisitos ambientales, pronto se podrá disfrutar de rovellons, trompetas, llanegas, congrios de sangre de buey e incluso alguna negrilla avanzada. Son las setas de plena temporada, y según “Pintoret”, “las más apreciadas por el consumidor catalán”. Un consumidor que fue de los primeros de todo el Estado en apreciar esta delícia. De hecho, hace más de 40 años se puso tanto de moda que se generó un déficit en Catalunya y se empezaron a exportar setas de otros lugares de España, comenzando por Soria y Teruel, pues allí no se consumían y por tanto habián en grandes cantidades.

Pero, ¿hasta cuándo se pueden encontrar setas? Esto depende del frío. Si la temperatura no baja de los 5 grados se pueden coger negrillas (fredolics) hasta febrero o marzo. Aunque normalmente, dura hasta diciembre e incluso entonces la tienes que saber buscar. Como su propio nombre indica en catalán, son setas que aguantan bien el frío y necesita pocos recursos para sobrevivir. Esta seta es la tardía por excelencia.

De calidad

Dicen los expertos que las setas de Matadepera son de las más buenas. El motivo principal es que en la zona no llueve en exceso, y por tanto la seta no queda aguada. En cambio, según explica Pintoret, “pese a que en el Pirineo se hagan muchas más setas, con las nevadas y las lluvias constantes, se llenan de agua y por tanto se pudren muy pronto”.

No obstante, aunque la “caza del bolet” sea una practica cada vez más extendida, hay que ir con mucho cuidado, pues algunas especies son tóxicas y muy peligrosas. El desconocimiento provoca temporada tras temporada que se produzcan intoxicaciones, algunas de las cuales han llegado a ser mortales. La Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPCAT) subraya que desde el 2010 hasta el 2014 se han notificado 30 brotes de intoxicación por setas, con 92 afectados, 23 hospitalizados y 3 fallecimientos. Además, y de acuerdo con el registro de altas hospitalarias en Catalunya, se atendieron 190 personas por este motivo. L’ASPCAT también alerta que, debido a la lluvia y en función del grado de maduración, se pueden modificar algunas características de los hongos, como su color o el aspecto de las láminas y el pie, lo que puede inducir a error.

Es por eso que recomienda no recoger setas que crezcan en parques y jardines de las ciudades, así como en las cercanías de caminos y carreteras cerca de zonas industriales, ya que pueden acumular componentes químicos. Por su parte, Bombers de la Generalitat remarcan que solo se consuman únicamente aquellas especies que se saben identificar sin lugar a dudas. En caso de sospecha de intoxicación es importante acudir a un centro sanitario ante los primeros síntomas. Conviene llevar los restos de las setas, tanto si son los trozos que se han quitado para limpiar como si están cocinados, pues eso permitirá a los expertos identificar la especie y facilitará la aplicación del tratamiento más eficaz.

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