El Ayuntamiento de Terrassa quiere revisar a fondo el modelo de los mercados municipales para modernizarlos, afrontar el reto de la apertura de nuevas superficies comerciales y dotarlos de un proyecto renovado, acorde con la realidad de la demanda. El primero en abordar el proceso será el Mercat de la Independència, que a partir de este mes de octubre se entrega a un calendario de debates en busca de las claves para la dinamización del equipamiento.
“Partimos de dos premisas -explica Amadeu Aguado, concejal de Comercio-. Los mercados son una apuesta de la ciudad y cualquier decisión se tomará de forma consensuada con los paradistas, la única manera de que sea exitosa”. El teniente de alcalde asegura que el proceso arranca “del kilómetro 0”, de manera que “todo es posible” en una iniciativa que “debemos afrontar pensando en el éxito del mercado y no en los intereses de uno u otro”.
El debate parte del retrato actualizado de un mercado que ve como aumenta la media de edad de sus clientes y crece cada vez más el porcentaje de los vecinos del centro de la ciudad, en detrimento del proyecto de un mercado de ciudad, al que acuden compradores de todos los barrios.
El proceso pretende darle un vuelco a esa situación y para ello entrará a fondo en el tema de los horarios. En este momento el mercado abre los jueves (sólo la mitad de las paradas) y los viernes por la tarde, pero los hábitos de compra han cambiado y hoy buena parte de la población está habituada a una realidad en la que la oferta de alimentación fresca es mucho más amplia. A ello ha contribuido la proliferación de nuevos supermercados e hipermercados en plena trama urbana, algunos a pocos minutos del Mercat.
Apertura a la Rambla
En la agenda de los debates destaca también la apertura del edificio del Mercat de la Independència a la Rambla. Las cocheras del mercado ya se han abierto para acoger actividades gastronómicas por Festa Major, en la Fira Modernista y, hace dos semanas, con motivo de la feria Denim Shop Art.
El recinto se ha revelado como un lugar versátil, acogedor y popular que “en el futuro puede ser un espacio de restauración, comercial….el debate está abierto -explica Aguado-. El mercado dispone de alternativas para trasladar las cámaras y el obrador, de manera que liberar espacios no sería un problema”.
Renovar el perfil del cliente es otro de los hándicaps a los que se enfrenta el Mercat, que necesita incorporar a su demanda gente joven y sobre todo compradores procedentes de otros puntos de la ciudad. Las últimas encuestas confirman que en este momento la mayoría acuden a pie.
Los comerciantes se reunirán en asamblea el próximo 26 de octubre para afrontar la primera sesión de debate. El Ayuntamiento no ha fijado un calendario para el proceso, pero la intención es que no se alargue excesivamente en el tiempo y “el próximo año podamos aplicar las primeras medidas”, apunta Aguado.
El proyecto continuará más adelante con el Mercat del Triompf, en Sant Pere. Aunque más reducido, el equipamiento juega también un papel dinamizador en su entorno y, a diferencia del Mercat de la Independencia, que registra un alto índice de ocupación, cuenta con casi un 30 por ciento de paradas libres.
En este caso, la opinión de los comerciantes también será clave para dibujar el futuro del popular mercado.