Primero sí sopló, en el alcoholímetro de orientación, pero luego, una vez en la Jefatura policial, se negó a hacer las pruebas de alcoholemia de precisión, y se quedó en los calabozos. El conductor implicado fue detenido por esa negativa, ayer de madrugada.
Una patrulla de la Policía Municipal paró el coche en la avenida del Vallès a las 4.20 de la madrugada, pues los agentes apreciaron una circulación anómala. Instaron al conductor a realizar la prueba de alcoholemia orientativa, y ésta arrojó un resultado positivo que duplicaba la tasa máxima permitida en la conducción. El nivel fue de 0,51 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. El individuo fue trasladado a la central de policía, a la avenida de Les Glòries Catalanes, para la realización de los tests de precisión.
Sin seguro
Pero allí, en la Jefatura, rechazó soplar, según la policía. Y acabó detenido, pues la negativa es constitutiva de delito. El coche fue inmovilizado porque, además, carecía de seguro, y la policía cursó la pertinente denuncia para el Servei Català de Trànsit.
Hubo más diligencias penales en el mismo ámbito de infracciones ayer mismo. Poco antes, entre la 1.30 y las 3.35 de la madrugada, otros dos conductores fueron imputados por delitos contra la seguridad del tráfico. Uno dio 0,85 y 0,83 miligramos en los test de alcoholemia tras ser parado en un control policial efectuado en la Rambleta del Pare Alegre. Otro arrojó tasas de 0,76 y 0,72; lo había interceptado la policía en la carretera de Matadepera porque su coche transitaba de modo errático.