Los integrantes del futuro grupo municipal del PSC celebraron ayer su primera reunión de trabajo y fijaron la estrategia postelectoral, que en las filas socialistas pasa por explorar un acuerdo de las izquierdas. "La ciudadanía ha hablado claro y las urnas dicen que Terrassa quiere un gobierno de izquierdas", comentaba ayer Jordi Ballart.
El candidato del PSC inicia hoy mismo una ronda de contactos "con todas las formaciones políticas" que tendrán representación en el pleno. "Hablaré de todo y con todos", afirma.
A tres semanas de la investidura, el líder quiere explorar acuerdos que le garanticen un gobierno estable o, si no es posible, pactos programáticos que le permitan un mandato en minoría sin demasiados sobresaltos.
La piroridad, la "opción ideal", pasa por "un pacto con Terrassa en Comú o con ERC. Podemos explorar acuerdos puntuales o avanzar hacia un futuro gobierno", apunta el líder socialista. Los 9 concejales del PSC y los 6 de TeC suman mayoría absoluta (15 en un consistorio de 27). Con ERC los socialistas continuarían en una minoría más cómoda.
El PSC intentará los próximos días seducir a dos partidos que en campaña han hecho una clara apuesta por el cambio y la regeneración política, propugnando el fin a 36 años de gobierno socialista en la ciudad. Tras el pronunciamiento de las urnas, esas formaciones exploran ahora futuras alianzas y, entre las distintas opciones, la posibilidad de cerrar un acuerdo que desbanque a Ballart de la alcaldía. Para ello necesitan a CiU, que pese al descalabro electoral (ha perdido 6 de sus nueve concejales), se ha convertido en clave del cambio en la ciudad. A las izquierdas les faltan tres regidores para sumar mayoría alternativa en el pleno.
Ballart tilda ese acuerdo de "pacto antinatura" y recuerda que "no son 4, sino 10" las formaciones que deben sellar la alianza para un gobierno alternativo. "Yo exploraré un acuerdo y, si no, intentaré gobernar en minoría. Si acaban sumando me iré a la oposición antes que perder la coherencia", en alusión a un virtual acuerdo de las izquierdas con Convergència i Unió.
Ballart descarta así una sociovergencia en Terrassa, donde un acuerdo PSC-CiU desactivaría esa candidatura alternativa a la alcaldía. Con Miquel Sàmper, sin embargo, el PSC estaría dispuesto a explorar acuerdos de ciudad en temas como la revisión del Plan de Ordenación, el concurso del agua o la reactivación económica.
Las negociaciones postelectorales serán un plato de cocción lenta en la ciudad. Los partidos tienen tres semanas para cerrar alianzas y Ballart está convencido de que el acuerdo en mayúsculas podría llegar "después del 27S. Algunas formaciones como ERC pueden cerrar puertas a la espera de esa convocatoria", sugiere, dibujando un escenario municipal marcado por la provisionalidad los próximos meses.
Ballart afrontará en primera persona las negociaciones que ahora arrancan. "Hablaré con los líderes de todas las formaciones. A partir de ese momento Alfredo Vega tomará el relevo como líder de una comisión negociadora en la que estarán los miembros de la candidatura".
De momento los partidos políticos cruzan llamadas telefónicas y fijan citas para los próximos días. Hoy mismo empiezan las primeras entrevistas.
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