Dani Olmo viajó a la Eurocopa sub-21 siendo casi un desconocido para el gran público y salió del torneo convertido en la gran revelación de la España campeona de Europa, mejor jugador de la final y uno de los máximos goleadores del torneo. Compitiendo contra los mejores fue uno de los mejores. Y confirmó las esperanzas que sobre él han depositado todos aquellos que le han visto crecer a fuego lento en Croacia, donde ha acumulado títulos, premios y parabienes. Lejos de los focos, pero acumulando trabajo para atraerlos todos ahora.
Dani Olmo fue el mejor jugador de la final de la Eurocopa sub-21 disputada en Udine, en la que España derrotó por 2 a 1 a Alemania en un partido portentoso del joven talento egarense de 21 años al que ahora se rifan algunos de los mejores clubs del continente. Con el gol inicial de Fabián, España gestionó el partido de forma acertada ante un rival que defendía el título y que acentuó su peligro en distintos momentos del partido. Dani Olmo ocupó la banda derecha del ataque español al comienzo, aunque con movilidad para ocupar espacios en otras zonas del apartado ofensivo. En la segunda mitad, el seleccionador sacó del terreno a Oyarzábal y centró la zona de acción de Dani, más cómodo en el terreno de juego siempre que juega en posiciones interiores. Actuó como falso nueve durante algunos minutos y en ese período se coronó como rey de la final. Atento a todas las circunstancias del juego, Olmo cazó un rechace del portero germano y en una extraordinaria acción técnica levantó el balón en una vaselina monumental que acabó en el fondo del marco. Y de ahí a la locura, a las puertas de la victoria aunque con sufrimiento final por el tanto de Alemania en el tramo final. "Ha sido un gran año a nivel colectivo e individual", dijo al final del encuentro, buscando en la tribuna a los suyos, con quienes ha compartido lágrimas de alegría y de felicidad. "Estoy muy contento de cómo ha acabado la temporada."
Un torneo ejemplar
A Dani Olmo, en todo caso, no le dieron el premio al MVP de la final por esa acción, sino por todo lo aportado hasta entonces y después de entonces. Porque no sólo desequilibró en ataque, sino que contribuyó con su sacrificio defensivo a mantener el equilibrio de una selección española que escribió una de las mejores páginas de su historia reciente.
"Somos un equipazo", dijo Dani tras la final, exultante por la victoria, por el éxito colectivo y por el triunfo personal de uno de los más jóvenes de la selección, madurado en Croacia durante años con generaciones de futbolistas de más edad, acariciando el fútbol de elite desde que salió de Terrassa y del FC Barcelona al acabar la etapa cadete porque ni él ni su familia vieron claro el camino que se le había diseñado en Can Barça. El día que se anunció su salida del FC Barcelona hacia el Dinamo de Zagreb, el teléfono de su padre, Miquel, se colapsó de llamadas y de mensajes de amigos y no tan amigos que casi le reprochaban una decisión que se calificaba, por la mayoría, de locura inadecuada. El tiempo, en cambio, les ha acabado dando la razón y Dani ha sido uno de los mejores en una selección española sin ningún futbolista de la cantera del FC Barcelona.
Su progresión durante la Eurocopa, además, ha sido extraordinaria. No jugó ni un minuto en el partido inicial contra Italia, el único que perdió España. Pero ya ante Bélgica el seleccionador le rescató para el equipo y desde entonces apareció en los cuatro encuentros jugados, sin perderse ni un minuto, anotando tres goles y creciendo cada día más hasta ser una de las claves del éxito.
El pequeño de la clase
Dani Olmo ha sabido crecer entre mayores durante buena parte de su carrera. Dio sus primeros pasos en el Terrassa FC, donde aterrizó de la mano de su hermano mayor Carlos cuando el club egarense inauguró las instalaciones de Las Palmeres. Pero era tan pequeño que estaba "descatalogado", no había categoría para él. Su inquietud hizo que le hicieran un hueco en el prebenjamín, pese a que ni lo era. Estuvo en el Terrassa hasta que en benjamín se marchó al Espanyol. Y de allí al Barça. Y del Barça al Dinamo de Zagreb, el club bandera del fútbol croata pero destino que nadie antes había elegido para hacerse futbolista lejos de España. Sus padres no escucharon las mejores ofertas económicas procedentes del fútbol británico, sino que apostaron por un entorno menos agresivo en lo futbolístico donde hacerse mayor entre profesionales.
En Croacia, sin embargo, el camino no ha sido sencillo. Ha encontrado muchas dificultades, pasó por momentos donde pensó en dejarlo todo y regresar buscando el abrigo de la familia. Pero no desistió y poco a poco se fue haciendo importante en el Dinamo. Y luchando contra el olvido, acabó llamando la atención del seleccionador sub-21 después de unos años sin entrar en las convocatorias de las selecciones españolas. Incluso resistió la tentación de la federación croata, que le ofreció la nacionalización con el aliciente que representaba, incluso, acudir a un Mundial. Dani dijo que su sueño era triunfar con España. Hasta que el domingo, en Udine, el cielo le abrió las puertas de la gloria, en un partido en el que aportó más trabajo que nadie y se lució con un detalle de crack: trabajo y talento.
El dato
3 goles
Son los que ha marcado Dani Olmo con la selección española sub-21 en la Eurocopa de Italia.