La altura es el terreno en que más cómodo se siente el escalador egarense Bru Busom, de 27 años de edad. Este destacado casteller de Minyons de Terrassa tuvo su primer contacto con la montaña haciendo tresmiles con su padre desde bien pequeño. Cuando alcanzó la mayoría de edad entró a formar parte del Centre de Tecnificació d’Alpinisme de Catalunya, dependiente de la Federació d’Entitats Excursionistes (FEEC). Su última proeza la ha protagonizado en los últimos días en Alaska. Junto al santcugatense Marc Toralles culminaron con éxito el primer ascenso de una cordada nacional por la vía eslovaca directa al Denali (6.190 metros), la montaña más alta de Norteamérica, que atacaron por la cara sur. Se trata de una vía de 2.700 metros. Es una ruta de altísimo riesgo que cruza la montaña prácticamente por la mitad, con escasísimos desvíos.
La expedición de Busom y Toralles se desarrolló entre los días 16 de mayo y 11 de junio. Este mismo martes regresaron procedentes de Estados Unidos. Lo hicieron exhaustos pero tremendamente satisfechos por la gesta conseguida. “La verdad es que todo fue rodado. Estamos tremendamente satisfechos de haber conseguido un objetivo tan complicado”, explicaba ayer Busom después de tan magna experiencia. El ataque al Denali por la cara sur se desarrolló en sólo cuatro días, entre el lunes y el viernes de la semana pasada.
Grandes dificultades
Más allá de la altura de la montaña y de las condiciones meteorológicas (entre -15 y -20 grados centígrados de media), la gran dificultad de la vía eslovaca es su fuerte pendiente y verticalidad. Justo al lado se encuentra la vía italiana, mucho más sencilla. “Queríamos probar suerte por la vía eslovaca y la verdad es que salió perfecto. Lo más complicado fueron los largos de escalada mixta por entre el hielo y la roca. Mientras avanzábamos estaba nevando muchísimo, lo que dificultaba considerablemte nuestra tarea. Las paredes quedaban completamente tapizadas de nieve. No fue nada sencillo, pero pudimos completar la aventura”, explica Busom.
Cerca del círculo polar ártico
El frío fue una de las peores sensaciones que el egarense y el santcugatense tuvieron que compartir en su aventura norteamericana. De día estaban a -10 grados, pero la temperatura bajaba por la noche hasta los -30. No en vano, el Denali (antiguo McKinley) está situado en la cordillera de Alaska, en el centro-sur de ese estado estadounidense. Requiere superar un desnivel de 4.000 metros desde el campo base y está situado muy cerca del círculo polar ártico.
En el último año, Busom ha abandonado un poco su ocupación de casteller, ya que la montaña le roba demasiado tiempo. Entró en la colla en el año 2007 y desde entonces compagina ambas aficiones. Fue su padre, el exjugador de hockey patines Barto Busom quien le inoculó el veneno por la montaña.
Grandes amantes de los retos extremos, el pasado mes de octubre, Busom y Toralles consiguieron escalar en un solo día el Corredor de los Japoneses, en el mazizo del Montblanc. Hace cuatro años escaló Cerro Torre, una montaña de 3.133 situada en el sur de la Patagonia. Y en 2017 se atrevió con el Eiger, en los Alpes suizos. Tras menos de tres semanas en Terrassa, Bru Busom se marchará el martes 9 de julio a trabajar a Perú realizando un trekking. Esta es actualmente su principal ocupación además de los castells y la escalada. Y se quedará en Perú para intentar abrir a partir del 28 de julio una nueva vía en el Siula Grande (6.260 metros de altura), una montaña de la cordillera Huayhuash, en los Andes peruanos. Se trata de la misma cumbre que aparece en el angustioso documental británico “Tocando el vacío” (Kevin MacDonald, 2003).
Próximo reto
Siula Grande
El 28 de julio, el alpinista egarense Bru Busom intentará abrir una nueva vía en la montaña andina.