Xavi Hernández acaba de cerrar su etapa como futbolista en activo en las filas del Al Sadd de Qatar. Lo ha hecho con una vitrina repleta de títulos, donde destacan un Mundial, dos Eurocopas y cuatro Champions. Ahora prepara con calma e ilusión su tránsito hacia la figura de entrenador, también en el Al Sadd qatarí, rodeado de terrassenses (Sergio Alegre, Òscar Hernández e Iván Torres) en su cuerpo técnico y con la ilusión futura de sentarse en el banquillo del Camp Nou. Ayer acabó el curso que le concede la licencia UEFA Pro como entrenador.
¿Aún se siente jugador o ya está en pleno período de metamorfosis hacia su nueva realidad como entrenador?
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Ahora mismo me siento un jugador retirado. Y estoy feliz porque la vida me ha ido muy bien. Seguro que si todo volviese a empezar no iría tan bien. Me marcho satisfecho de lo que he vivido, de lo que he aprendido. Y he disfrutado mucho en el campo. No podía ni imaginar al principio que jugaría una final de un Mundial, de una Eurocopa o de una Champions. Yo quería ser profesional y jugar en el Barça. Pero he superado mis sueños. La gente me pregunta si estoy triste y les digo que no, que estoy contento porque empiezo una etapa muy interesante. Igual si no tuviese ese objetivo por delante estaría más apenado, pero ya estoy preparando la plantilla, la temporada y eso me hace estar muy activo. Me ilusiona esta etapa, con gente tan cercana en el cuerpo técnico como mi hermano, Sergio Alegre, Iván Torres, David Prats, Toni Lobo, Sergio García o el doctor Toni Tramullas. Es verdad que pensaba que podría haber seguido hasta los 40 años o igual un poco más, pero ya está todo hecho.
Vamos, que se ha tenido que forzar un poco a usted mismo para despegarse del campo.
La idea cuando me fui a Qatar era jugar dos años. Y al final han sido cuatro y con la sensación de que podría haber seguido. Pero este año, por ejemplo, me he lesionado un par de veces cuando me había pasado muy poco durante mi carrera. A mí me pagan por jugar y si no rindo me hubiese sentido mal conmigo mismo. Además, me marcho contento porque hemos ganado la Liga, nos hemos clasificado para los octavos de final de la Champions asiática y estuvimos en la final de Copa. Pienso que he rendido a un buen nivel. He acabado mi carrera disfrutando en el campo. Era el momento.
¿El banquillo le genera vértigo?
Cruyff me dijo que lo más cerca del campo que podría estar cuando lo dejase era el banquillo. No me da miedo, al contrario. Estaré con los cinco sentidos puestos en esta función, quiero disfrutar como lo he hecho jugando. Yo cuando era pequeño no tenía la intención de ser entrenador, lo que quería era jugar. El sueño de mi vida ya lo he cumplido. Ahora lo que quiero es pasármelo bien, aprender. Si veo que no disfruto y que sufro en el banquillo me marcho a casa. Ya no estoy para sufrir.
Se ha rodeado de gente muy cercana en su staff . Serán cuatro terrassenses en ese equipo.
Eso me ilusiona mucho. Tenemos una buena sintonía, pero sobre todo se trata de gente muy capacitada. Yo empiezo de cero, no tengo experiencia como entrenador y necesito personas con una trayectoria contrastada. Tengo muy clara mi idea de juego, que es la que he vivido en el Barça y en la selección, pero necesito personas que me ayuden y que me guíen. Sergio Alegre lleva más de quince años trabajando en el fútbol, mi hermano Òscar hace cuatro que está en la Academia Aspire en Qatar, Iván Torres ha estado en el Leeds y en Chipre. Y todo eso suma, porque yo no tengo ese bagaje.
¿Se ha establecido un libro de ruta personal, unas etapas a cubrir en el banquillo?
En el curso de entrenador que estoy acabando nos dicen que uno sabe cuándo empieza una etapa, pero no cuando la acabará. Ahora empiezo en el Al Sadd y me ilusiona, porque conozco el club y el país. Pienso que es el lugar idóneo para empezar, coger experiencia y probarme a mí mismo. Y debo agradecer que hayan confiado en mí, porque tampoco es fácil poner el equipo en manos de una persona que empieza de cero. Me han visto preparado y con ganas y espero no defraudarles. En todo caso, le diré que el entrenador, ahora mismo, es más un acompañador que no una figura como las de antes. Debes ayudar al jugador a mejorar, a guiarlo con lo que yo he vivido como profesonal.
¿Esta etapa en Qatar tiene fecha, al menos, hasta 2022?
Esa es la idea que tienen, pero nunca se sabe. Cuando eres jugador firmas por cinco años y lo normal es que los cumplas. Como entrenador es distinto. Yo tengo contrato con el país hasta 2022, pero como entrenador firmo un año y después veremos.
Seguro que algunos querrán acelerar su llegada al banquillo del Barça cada vez que se presuman cambios.
Yo no me veo preparado para entrenar al Barça. Un entrenador sin experiencia no puede coger un transatlántico como el Barça. Hay muchos entrenadores mucho más capacitados que yo para esa tarea. No es el momento. Los tiempos son muy importantes en la vida y en el fútbol. En todo caso, no me planteo calendarios.
Usted ha visualizado su buena relación con Víctor Font, uno de los aspirantes de futuro a la presidencia del Barça. ¿Su llegada al banquillo azulgrana sólo se produciría de su mano?
No, en absoluto. Yo no me caso con nadie. Soy una persona transversal en el club y aunque tengo una muy buena relación con Víctor Font eso tampoco quiere decir nada. Me parece una persona muy preparada, tiene experiencia empresarial, es muy culé, nos hemos visto mucho porque ha vivido en Dubai y tiene una idea de futuro del Barça muy interesante. He dicho que el socio debería escucharle, porque piensa por el bien del club y tiene una gran capacidad de liderazgo. Sería un presidente muy válido. Pero yo estoy al margen, porque también tengo una gran amistad con Joan Laporta y muy buena relación con Bartomeu. He dado una opinión, pero no voy con nadie.
Cuando empezó a jugar en el Barça, las comparaciones con Guardiola fueron descarnadas en muchos casos. Y me temo que si algún dia se sienta en el banquillo azulgrana le van a poner delante del mismo espejo.
Por una parte ya me gusta que sea así, porque eso quiere decir que las perspectivas son buenas. Me deben ver preparado y con potencial. Pero es verdad que significa una presión añadida. En todo caso, estoy acostumbrado, he vivido con eso desde los 17 años. El nombre de Guardiola siempre va ligado a mi carrera y es un honor. Ocupé su plaza como futbolista pero ahora es otra historia que veremos qué caminos toma. Guardiola es el mejor entrenador del mundo y yo estoy lejísimos.
¿Que le ha parecido el final de temporada del Barça?
Ha sido una lástima porque parecía estar todo muy encaminado a conseguir el triplete y no se ha podido lograr. En estos duelos contra rivales muy fuertes no tiene el dominio de los partidos. En la eliminatoria contra el Liverpool no existió ese dominio y el resultado del Camp Nou no fue un resultado real. El Barça tiene un equipazo pero debe recuperar ese dominio del juego para llegar a las finales. Este año hacía olor a triplete y no ha podido ser. En todo caso, eso sirve también para valorar lo que se ha hecho en el pasado. Igual que sucede con la selección, donde todo el mundo espera que se ganen títulos y no da para eso.
¿En ese escenario entiende las críticas hacia Ernesto Valverde?
En el Barça está todo cuestionado, absolutamente todo. El Barça es eso. Por eso hay que valorar si en el futuro queremos entrar, porque se sufre. Hay mucha presión, te juzgan, te critican. Es normal que Valverde esté cuestionado, porque se esperaban más títulos, más éxitos y no se han conseguido. No queda otra que ser fuerte mentalmente porque en caso contrario este club se te come.
¿Por qué no domina ahora el Barça los partidos como en el pasado?
No lo sé, porque no estoy en el día a día. Los jugadores dicen que la idea es la misma, tener la pelota e ir al ataque. A nosotros también nos costaba, no era sencillo. En algunos partidos, y recuerdo al Bayern de Munich, nos habían pasado por encima. Y era el mejor Barça de la historia. En todo caso, hay que recuperar ese dominio de los partidos.
¿Cómo será el Xavi Hernández entrenador?
Intentar ser natural, con capacidad para convencer a mis jugadores de mi idea de juego. En eso no voy a engañar a nadie, todos me conocen. Intentaré tener la pelota, dominar el juego, ser protagonista, tener ambición siempre por ganar. Un poco como soy yo, porque los equipos son un reflejo de sus entrenadores. No es fácil transmitir tu personalidad a los jugadores, ahora lo estoy viendo. Tienes que controlar muchas cosas, pero tengo ganas de probarlo.
Messi ha dicho recientemente que añora los tiempos con Xavi e Iniesta. Igual no llega a tiempo de entrenarlo.
No lo sé, ojalá pudiera hacerlo. Pero me debo ver preparado para entrenar al Barça y el Barça debe verme preparado a mí. Aquí no se trata de levantar la mano y sentarme en ese banquillo. Pero desde luego sería magnífico entrenar al mejor jugador de la historia. Tengo una gran relación con él y ha sido un placer compartir vestuario con futbolistas como él, como Iniesta, Puyol, Busquets o Piqué. Ha sido una generación brutal. Messi aún tiene tres o cuatro años para seguir siendo el mejor.
¿A Messi le faltan Champions en su carrera?
La era Messi aún no ha acabado. Es un futbolista que se cuida, es muy fuerte física y mentalmente y por eso es el número uno. Aún va a dar muchos frutos. Como los ha dado, porque aunque ahora hace un tiempo que no se gana la Champions se han ganado Ligas, Copas y otros títulos. ¿Por qué no se va a ganar la próxima Champions con Messi en el campo?
¿Ficharía a Griezmann y a Neymar?
Claro, son futbolistas top. Pero hay que ver su situación, el modo en el que encajarían… Son dos futbolistas caros, pero que se adaptarían a cualquier equipo del mundo. El Barça es un club difícil, una trituradora, donde algunos futbolistas top no rinden como en otros equipos.
En su etapa en Qatar ha sido padre. De una niña, Asia, y de un niño, Dan.
Ser padre es una responsabilidad muy grande y he madurado en ese sentido. Me ha hecho ser más familiar, entender mejor a mis padres. Ahora piensas más en tus hijos que en tí mismo. Son maravillosos y lo estamos disfrutando mucho.