Después de la jornada de descanso de la semana pasada, el Terrassa FC regresa mañana a la competición en el campo del Castelldefels. Los egarenses afrontan este partido en una posición incómoda dado que las esperanzas de "play off" han quedado finiquitadas demasiado pronto. A 11 puntos de la cuarta posición, el objetivo de esta temporada queda demasiado lejos de las posibilidades del conjunto egarense que deberá afrontar sus seis últimos partidos con el único propósito de mejorar su decepcionante décima plaza actual. Enfrente se encontrará con un rival que lucha por asegurarse la permanencia y que afronta un final de campeonato infernal.
"Cuando no tienes un objetivo al alcance se hace difícil todo, pero quedan seis partidos y hay que trabajar para quedar lo más arriba posible. Es mejor acabar quintos que octavos", señala el técnico terrassista, Cristian García. "La exigencia hacia el equipo va a ser la misma."
El técnico terrassista tendrá las bajas por sanción de Guzmán y Sergi Valls y es casi seguro que José Juan no podrá alinearse por lesión. Nils e Imaz, que también arrastran problemas, podrían entrar en la convocatoria igual que Savall y Guti tras dejar atrás sus lesiones. Cristian, además, ha perdido esta semana a Daisuke tras obtener la carta de libertad para jugar en la Segunda División finlandesa. "Yo no me iría de un equipo faltando seis partidos", dice Cristian sobre la marcha del japonés. "Los compromisos están para cumplirse por las dos partes. En todo caso llevaba tres semanas queriendo salir y si se hubiese quedado conmigo no habría vuelto a jugar."
Pendientes del futuro
En todo caso, la atención en el Terrassa FC está más centrada en el futuro que en el presente. Se conoce que el club prepara una reducción del presupuesto, que el presidente va a continuar al frente de la entidad y falta por resolver de un modo oficial la posición de Cristian en el banquillo. Aunque todo apunta a que el futuro del técnico está lejos del club egarense, después de Semana Santa está programada una reunión con el presidente para abordar el asunto. "Clarificar el escenario pienso que es bueno para todos", señala el entrenador. "Los clubs tienen que marcar las líneas de trabajo y tomar sus decisiones. Nos sentaremos y hablaremos. Ellos saben mi situación, yo conozco la del club y hay que evaluarlo todo. Es sabido que mi posición ha quedado deteriorada por algunas actitudes que hemos vivido."
Cristian admite que en estos momentos no valora una posible continuidad en el banquillo egarense. "Tendrían que cambiar muchas cosas", señala. "Pero debo admitir que me gustaría seguir porque esta es mi casa y sacrifiqué muchas cosas por regresar al Terrassa." En esa dirección, apunta que una reducción presupuestaria no le asusta. "Me siento cómodo con un presupuesto menor, porque al fin y al cabo este año nos hemos puesto una presión muy alta." El técnico añade que incorporar un director deportivo que libere al entrenador de esa función será una buena solución. "Yo me quiero dedicar a entrenar. Y este año me he tenido que comer muchas cosas por compatibilizar las dos funciones. La fórmula ha tenido éxito durante dos años, pero la exigencia es elevada".