Como si de un volcán se tratara, el Atlètic carburó, esperó y estalló de júbilo, esperando su momento, ante el Club de Campo. Los de Xero Gasol jugaron el encuentro casi perfecto y demostraron madera de equipo campeón cuando el contexto del encuentro así lo requirió. Y en ese contexto, colectivo, como mandan los cánones, apareció el desatascador ideal, un talento sin límite, con un descaro asombroso y una calidad que le debe llevar a cotas tan altas como él quiera. El Joan Tarrés, cabreado, protestón y un punto fuera del encuentro es el más peligroso. Es aquel tipo de jugador que no necesita el equipo para brillar, ni tan siquiera necesita el mismo partido. Brilla solo.
Con un ojo puesto en el Pla del Bon Aire, el Atlètic andaba obligado a ganar. El sábado, el Egara vencía al Polo con un par de semanas de retraso. Sin Copa, pero con orgullo, los madrileños ponían presión para la segunda posición. Y el Atlètic respondió.
Corría el minuto 44 cuando el Club de Campo ponía en jaque la Catedral. Sumaban buenos minutos los locales tras el descanso, pero en una contra, cuando más achicaba el Atlètic, los madrileños hincaron el diente en la defensa local. Quique González de Castejón conectó un sensacional pase atrás que Jose Basterra aprovechó para sumar el primer tanto del encuentro.
Pero nada más lejos de un par de minutos. Pol Parrilla filtró un pase sensacional, cruzado, que habilitaba a un Alan Andino que entró al área, intentó centrar, pero la bola cogió portería: 1 a 1, reacción brillante y nuevo encuentro con aún muchos minutos por jugar.
Duelo abierto
Con el 1 a 1 y ante la atenta de mirada de Fred Soyez, seleccionador nacional, apareció Joan Tarrés para dinamitar el trabajo del Club de Campo. Con el encuentro abierto, Tarrés recogió una bola en tres cuartos de campo, se zafó de todo aquel que quiso y de revés, potente, tenso y muy preciso, colocó un centro que Santi Morera, muy atento, se encargaba de rematar.
En este mar de idas, venidas y ocasiones, apareció, como no podía ser otra manera, un Marc Calzada que detuvo un par de bolas peligrosas que hubieran dado vida a los visitantes.
Con el encuentro abierto, Tarrés aún tenía un capítulo que escribir. Cazó una bola en la frontal, se la colocó de revés y con un potente disparo estableció el 3 a 1 definitivo. A partir de ahí, el Atlètic contempló, jugó y anestesió un encuentro en el que fue capaz de resurgir, sumando así tres puntos vitales.
Atlètic, 3
Calzada, Cortès, Peremiquel, Mooij, Pujal, Boltó, Tarrés, Morera, Andino, Dani Malgosa y Quim Malgosa, equipo inicial, Galí, Jan Malgosa, Van Der Horst, Parrilla, Ibañez y Melé.
Club de Campo, 1
Negrete, Zorita, Tilmann, Abajo, De Frutos, Sallés, González de Castejón, Wing-Chuen, Iglesias, Rodríguez y Kinder, equipo inicial, Molins, Lanfranconi, Tello, Basterra, Mir y González-Mesones.
Árbitros. Luis Mariano Martínez y José Luíz Sáez. Mostraron tarjeta verde a los locales Pol Parilla y Oriol Peremiquel y a los visitantes Marc Sallés, Andrés Mir, Ignacio Rodríguez y Gabriel Wing-Chuen Ho García. Amonestaron con tarjeta amarilla al local Joan Tarrés y a los visitantes Ignacio Rodríguez y Enrique Zorita.
Goles. 0-1, minuto 44, Jose Basterra; 1-1, minuto 46, Alan Andino; 2-1, minuto 48, Santi Morera; 3-1, minuto 61, Joan Tarrés.