El Terrassa FC cumple esta semana jornada de descanso. Un período para tomar aire después de la última decepción en el campo del Reus "B" que prácticamente ha acabado con las escasas posibilidades que mantenía el conjunto egarense de optar a la cuarta plaza de la clasificación. Si el Horta gana, esa posición quedaría a 11 puntos de distancia. En todo caso, la sensación en el conjunto egarense es que la Liga está virtualmente cerrada en cuanto a esas aspiraciones se refiere.
Y ante ese escenario, el vestuario intenta recuperarse de las profundas heridas emocionales que han dejado los resultados negativos de las últimas jornadas, después de sumar cinco puntos de 27 posibles. "Hay que ser realistas. No hemos estado a la altura de la exigencia de esta temporada. Nos hemos visto superados por las circunstancias", señala el capitán de la primera plantilla, el portero Jose Ortega. "Ahora la situación es difícil, porque hay que seguir trabajando cada semana, preparando los partidos para ganarlos pero sabiendo que el objetivo es casi inalcanzable. Y te sientes frustado." En todo caso, Ortega señala que "hay que intentar ganar todos los partidos que quedan, por nosotros y por el club".
Razones diversas
A la hora de buscar razones, el capitán de la plantilla terrassista no acierta a señalar los motivos concretos que han conducido a la situación actual. "No sé por qué se ha producido un bajón como el que hemos tenido. Hemos hecho lo de siempre y los resultados no han llegado. ¿Presión? Yo no he sentido ninguna presión."
Ortega entiende que la bola ha ido creciendo de un modo inesperado, a medida que se iban acumulando los malos resultados. "Perdimos con Sant Andreu y Horta y ya no volvimos a ganar. Y a cada mal resultado crecía la sensación de que se mascaba la tragedia. Después te ganan en casa los dos últimos clasificados y eso significa un golpe muy duro." El capitán terrassista admite que esos seis puntos perdidos contra Martinenc y Santboià son claves para entender la crisis actual. "Si se hubiesen ganado esos dos partidos veríamos el futuro de otra forma."
Pese a que en situaciones de este calibre siempre aparecen sospechas en relación a la convivencia del vestuario, Ortega señala que por ahí no se ha producido ningún problema. "No voy a salir a proteger a nadie. Pero en el equipo no se ha producido ningún conflicto. El ambiente entre nosotros es buenísmo." Tampoco ha observado ningún distanciamiento con el entrenador a raíz de las críticas hacia la plantilla tras perder contra el Santboià. "Si no le ganas a ninguno de los dos últimos es lógico que asumamos nuestra culpa. Estamos hablando de un equipo con muchas expectativas que, como mínimo, hay que exigirle ganar esos partidos. El entrenador siempre nos ha defendido, pero es de cajón que ante esos resultados se hable del rendimiento de los jugadores."
Pese a todo, Ortega no quiere hablar de fracaso. "Yo diría que estamos viviendo una gran decepción. Fracasar es cuando no lo intentas o cuando tienes algo conseguido que no luchas por mantener. No hay que olvidar que hay grandes equipos en la Liga y que se hizo una gran inversión, pero yo no hablaría de fracaso".