El discurso repetido es una fórmula que se utiliza en los cuentos infantiles para que, a través de la rutina del mensaje, los niños asocien el inicio o el final de un cuento a unas frases repetidas de forma sistemática: el "érase una vez" al inicio o el "colorín colorado" al final. Una fórmula sencilla para saber cuándo empieza y acaba una historia. La afición del Terrassa FC también ha aprendido a asociar desde hace años mensajes repetitivos que se relacionan con la ilusión en el "erase una vez" y con la decepción más absoluta en el "colorín colorado". Y este año no parece que vaya a ser una excepción, multiplicada la decepción por su adelanto en el calendario. La historia de esta temporada se empezó a gestar poco después de la decepción de Santiago de Compostela, epílogo del penúltimo proyecto de ascenso fallido, donde se inició el diseño de una apuesta más ambiciosa que nunca para no volver a fracasar. Pero esta vez el "colorín colorado" se ha anticipado si no lo remedia un milagro, sin pasar ni siquiera por la promoción de ascenso y fallando de un modo estrepitoso cuando el escenario era inmejorable. El 1 a 2 de este domingo ante el Santboià prácticamente borra al Terrassa de las quinielas de favoritos y abre un cisma de consecuencias impredecibles.
Injustificable
El Terrassa, hasta ahora, se había distinguido por ser débil ante los poderosos y poderoso contra los débiles. Y con esa fórmula había tenido suficiente para instalarse en la zona de privilegio del grupo, no sin algunos altibajos significativos. Ahora se ha convertido en un equipo vulnerable contra toda clase de rival como muestra su paupérrimo balance de las últimas semanas (tres puntos en ocho partidos), inconsistente en su estadio, donde suma cuatro derrotas seguidas, y de bochornoso rendimiento contra los dos últimos clasificados del campeonato, que le han arruinado la temporada ganándole en ambos casos a domicilio. Esos seis puntos cedidos en casa resultan injustificables en cualquier análisis de la temporada.
Reincidir en el mismo error cometido ante el Martinenc hace unas semanas fue lo más sonrojante de una tarde que estaba destinada a sumar tres puntos que mantuviesen al Terrassa a una distancia prudente del Horta, infalible una semana más. El conjunto de Cristian García había detenido su hemorragia de derrotas con un triunfo convincente en el derbi ante el San Cristóbal y se había rearmado emocionalmente para dar batalla en el tramo final de la temporada. El Santboià, un equipo que estaba a nueve puntos de la zona de salvación antes de empezar la jornada y que llegaba descosido por las bajas, no parecía un obstáculo serio en el camino de la reconstrucción del mejor Terrassa. Además, ese escenario favorable se reforzó con el 1 a 0 a los cinco minutos, obra de Jonatan Toledo después de un magnífico pase en profundidad de Marcel Serramitja.
La tarde se presumía tranquila, pero ese adjetivo no tiene cabida en el lenguaje de este Terrassa bipolar al que le falló hasta el desfibrilador en el último minuto, cuando Arranz erró un penalti que hubiese salvado un punto, también insuficiente pero mal menor en todo caso. Los egarenses anduvieron cerca del 2 a 0 en el minuto 13, en una doble ocasión de Serramitja y de Imaz que abortaron entre el portero y la defensa visitante. Después Yaya tuvo una buena aparición desde el costado derecho que nadie acertó a aprovechar.
Buen arranque
Sin grandes alardes, el Terrassa estaba aireando las carencias defensivas del Santboià y su más que notable superioridad con algunos latigazos al contragolpe que parecía que iban a bastarle para resolver más pronto que tarde. Cristian había apostado por mantener el mismo dibujo que tan buen resultado le dio en el derbi, dando entrada a Imaz por el sancionado Adri Díaz. Pero de forma inesperada, el Santboià empató en un córner que Kilian remató al fondo del marco de Ortega. Y ahí aparecieron los fantasmas del pasado. El Terrassa empezó a sentirse inseguro, surgió el miedo a la derrota y en el minuto 56 el Santboià marcó el segundo gol, por mediación de Jota, en otra acción donde la defensa local mostró su cara más vulnerable. Otra vez había que buscar soluciones con prisas, acudir al discurso épico, a remontar con las vísceras un partido ya por entonces desgobernado en el sentido más ámplio de la palabra. Pero el Terrassa actual tampoco está para demasiadas exigencias en ese capítulo.
Cristian, que ya había dado entrada a Arranz, también sacó a José Juan y a Coro. Reordenó el equipo en un 3-5-2 con Guzmán en defensa para mejorar la salida del balón. Pero el Terrassa entró en una espiral de errores continuada, cada vez más confundido en sus ideas y ansioso en la ejecución de las mismas. Arranz generó un par de situaciones de peligro, marcó un gol que le anularon por fuera de juego y dio un balón magnífico a Toledo, que falló en el control.
En el último arreón, Coro probó fortuna en una falta en la línea frontal del área que Espinet rechazó. Y en el minuto 90, el colegiado castigó al Santboià con un penalti sobre Àlex Fernádez. Arranz envió el disparo al poste para despedir una jornada para el olvido, pero que quedará en la memoria de la temporada como el día en que prácticamente se cerró la carpeta.
Terrassa FC, 1
FC Santboià, 2
TERRASSA FC. Ortega, Yaya, Pallàs, Sergi Valls, Dani Sánchez, Guzmán, Àlex Fernández, Imaz, Carreón, Serramitja y Toledo. Arranz sustituyó a Imaz en el minuto 54; José Juan a Dani Sánchez en el 58; y Coro a Serramitja en el 59.
FC SANTBOIÀ. Espinet, Àlex Ruiz, Borges, Jota, Carlos González, Escamilla, Killian, Torres, Castellano, Caba y Dani Martínez. Víctor Márquez suplió a Dani Martínez en el minuto 46; Libo a Escamilla en el 71; y Juanlu a Kilian en el 78
Árbitro. Edwar Miguel Gonzáles Moreno. Amonestó a Dani Sánchez, Pallàs, Espinet, Caba, Dani Martínez y Víctor Márquez
Goles. 1-0, minuto 5, Toledo; 1-1, minuto 21, Kilian; 1-2, minuto 56, Jota.
Público. 604 espectadores en el Camp Olímpic.