Como si de un gran desfile de Carnaval se tratase, Terrassa FC y Martinenc mutaron sus ropajes este domingo para transformase durante un tiempo en quienes no son. Los egarenses, esplendidos hasta hace poco menos de un mes, se empeñaron en dar imagen de colista, de equipo deshecho y sin personalidad, de grupo menor sin más ambición que dejar pasar el tiempo en espera de tiempos mejores. El Martinenc, que sólo había ganado un partido hasta este domingo, asumió la personalidad pasada de los egarenses, atrevidos en su juego, letales en ataque y desinhibidos en su fútbol. Las apariencias, tan discutibles en tiempos de carnaval, hacían creer que el colista era el Terrassa y el aspirante a "play off" el Martinenc. Pero no era así y de ahí la gravedad del mayúsculo error de los locales, que siguen siendo cuartos gracias a la derrota del Horta pero que ya sienten el aliento no sólo del quinto, que sigue a un punto, sino de un Sant Andreu que ya está a dos puntos de diferencia.
Siendo el Carnaval tiempo de descontrol e irreverencia, el Terrassa supo adaptarse a la celebración de un modo impecable. Cuajó un partido indescriptible en modo negativo, cargado de errores, repleto de actitudes incomprensibles, altamente preocupante por su falta de fútbol, asfixiado incluso en la parcela física. Este Terrassa no tiene nada que ver con el que ilusionaba hace pocas semanas, lanzado como parecía no sólo hacia el "play off" sino incluso a la disputa del título. Ha perdido la frescura, se ha cargado de vicios y se ha salido de su libro de estilo. Hasta convertirse en una duda constante ante el colista del campeonato, un equipo que le sacó los colores y le ridiculizó en una de las peores tardes en el Camp Olímpic de los últimos tiempos.
Escenario complicado
Ese bochornoso desenlace, además, cambia la percepción del presente y del futuro inmediato del Terrassa en la Liga. Después de una racha histórica de 14 partidos sin perder, sumar un punto de los últimos nueve en juego se entendía como un bache comprensible que tenía como capítulo menos agradable el baño del Horta en el último partido en casa. Ganar al Martinenc, que era lo que parecía escrito en todos los manuales, permitía recuperar los cuatro puntos de diferencia sobre el quinto, analizar el pasado reciente en forma ascendente (cuatro puntos en las dos últimas jornadas) y cerrar las últimas dudas con un resultado convincente. Perder, sin embargo, sitúa al Terrassa en una posición totalmente distinta y abre una crisis inesperada en un equipo que se sostiene en zona de "play off" aunque su fútbol parece haber desaparecido.
Cristian había insistido en que al colista sólo se le iba a ganar desde la seriedad, la concentración y el respeto. Sabía que cualquier distracción en algunas de esas facetas podía ser letal contra un Martinenc que en las últimas semanas había coleccionado resultados esperanzadores. Pese a las bajas (Savall, Imaz y Adri Díaz), presentó un equipo de garantías con Daisuke de regreso al once titular y Serramitja ubicado en esta ocasión en el centro del campo dado que Carreón arrastraba molestias físicas. La puesta en escena del Terrassa pareció ir en el buen camino, con un disparo de Nils que puso en aprietos al ex terrassista Uri Vives, portero del conjunto barcelonés. Sin embargo, la primera señal negativa de la tarde llegó con el 0 a 1 en el minuto 20. Rovira estrelló un espectacular remate en el poste y el rechace lo aprovechó Joel para anotar el 0 a 1. Sólo siete minutos después, el Terrassa normalizó el escenario al empatar el encuentro gracias a un tanto de Coro, que remató en el primer palo un buen centro de Daisuke. Pese a que la apatía se iba adueñando del juego, Serramitja desperdició una oportunidad en el minuto 33.
Cristian cambió a Àlex Fernández por Guti en el descanso. Reubicó a Nils en el lateral izquierdo y puso a Serramitja en la punta izquierda del ataque. Pero las alarmas se dispararon pronto, cuando Jimmy hizo el 1 a 2 en el minuto 50. Aquello ya no era una anécdota y obligaba al Terrassa a asumir responsabilidades. Debutó José Juan como revulsivo y se produjeron ocasiones para empatar: un remate a la media vuelta de Arranz que sacó un defensa, un disparo de Daisuke que repelió Uri, una acción de Coro que resolvió también el portero visitante y un gol mal anulado a Arranz que hubiese supuesto el empate.
Lo peor
La ineficacia del Terrassa desesperaba cada vez más al propio equipo y a la afición, ahora sí ya verdaderamente inquieta. Pero el último cuarto de hora resultó catastrófico. El Martinenc anotó dos goles más en cinco minutos y situó un bochornoso 1 a 4 en el marcador, impropio de las realidades de unos y de otros. Un sector de la afición puso a Cristian en el centro de la diana pidiendo su dimisión, el ambiente se caldeó y el último gol de Arranz, con el tiempo casi cumplido, fue el menos celebrado en muchos años por insignificante. Al Terrassa se le cayó hasta su máscara carnavalesca.
TERRASSA FC, 2
FC MARTINENC, 4
TERRASSA FC. Ortega, Yayá, Pallàs, Sergi Valls, Guti, Guzmán, Coro, Serramitja, Daisuke, Arranz y Nils. Àlex Fernández suplió a Guti en el minuto 46; José Juan a Serramitja en el 50; y Dani Sánchez a Pallàs en el 55.
FC MARTINENC. Uri, Villegas, Sosa, Kilian, Rovira, Eric Ruiz, Joel, Jimmy, Marçal, Edgar Tejada e Iván Rodríguez. Mario sustituyó a Jimmy en el minuto 65; Kamal a Edgar Tejada en el 67; y Roland Garrós a Joel en el 71.
Árbitro. Víctor Manuel Sánchez Rico. Amonestó a Guzmán, Arranz, Daisuke y Yayá, del Terrassa FC; y a Kilian, Joel, Jimmy y Kamal, del Martinenc.
Goles. 0-1, minuto 20, Joel; 1-1, minuto 27, Coro; 1-2, minuto 50, Jimmy; 1-3, minuto 75, Marçal; 1-4, minuto 80, Roland Garrós; 2-4, minuto 90, Arranz.