El primer partido del año acostumbra a ser un obstáculo incómodo, sobre todo para los equipos que interrumpen la competición en un buen estado de forma, como era el caso del Terrassa FC. Llega después de un período de desconexión y desatención deportiva que puede acarrear sorpresas inesperadas. Para el Terrassa suponía una prueba exigente su regreso a la competición, superados los peores momentos de una temporada que toma camino ascendente. Y el conjunto de Cristian García no falló ante el Sants en una demostración más de que su nivel de fiabilidad está en el mejor momento de la temporada. Si bien su fútbol tuvo los altibajos propios del empacho navideño, el marcador final supuso un excelente regalo de Reyes adelantado para una afición que empieza la segunda vuelta ilusionada con una tercera presencia consecutiva en la promoción de ascenso.
Rebasado el ecuador de la Liga, el Terrassa parece muy definido en todos sus rasgos. Ha pasado las turbulencias de un período de construcción algo más largo de lo previsto, tiene perfectamente definidos los papeles de todos sus integrantes y su fútbol se ha asentado gracias a la prevalencia del colectivo y a la progresiva aparición de algunos de los futbolistas relevantes de su plantilla. Coro es el ejemplo más claro en ese apartado, con cuatro goles en las tres últimas jornadas.
En la buena línea
Pese a las sacudidas que ha tenido su equipo durante buena parte de la primera vuelta, Cristian García no ha variado su ideario futbolístico. Convencido de que ganará más partidos cuanto mejor sea el fútbol de su equipo, ha sorteado momentos delicados sin apartarse de un modelo en el que cree fervientemente aunque en la Tercera División no sea de fácil aplicación. Sostenido por los resultados en los inicios, cuando el fútbol no aparecía, y cuestionado por la falta de los mismos más tarde, el técnico parece haber encontrado ahora el equilibrio deseado en el terreno de juego. El Terrassa suma tres victorias consecutivas, diez partidos sin perder y su fútbol se conjuga con los números en una ecuación más que prometedora.
Ese añadido estético que otorga al Terrassa una personalidad diferenciada de la mayor parte de equipos del campeonato, salió a relucir en la primera parte de su partido contra el Sants. Afeado el partido por el juego áspero de los visitantes, que confundieron la intensidad con la dureza, y por la mala praxis de un árbitro que no supo sancionar esa conducta, los egarenses se refugiaron siempre en el balón para contestar a una escenografía incómoda. Cristian mantuvo el dibujo y el grupo de jugadores que le han conducido al buen momento actual, con Nils como lateral izquierdo para resolver la ausencia de Guti. El Terrassa dispuso de la posesión de forma abrumadora, aunque tampoco transformó esa superioridad en un gran número de oportunidades de gol. Pero, por el contrario, su nivel de eficacia resultó extraordinario. Anotó el primer gol en el minuto 15, después de una excelente acción que nació en un pase extraordinario de Àlex Fernández que habilitó la aparición de Daisuke en la banda derecha del ataque para que el delantero japonés pusiese un balón de gol en el área pequeña que Arranz empujó al fondo del marco barcelonés.
Con ventaja en el marcador y en el terreno de juego, el Terrassa manejó el partido con buen criterio y en el minuto 28 aumentó la diferencia con un tanto extraordinario de Coro. El futbolista local transformó de forma soberbia una falta en la frontal del área que envió a la escuadra de la portería defendida por Yamandú. El Sants no tuvo presencia ofensiva, a excepción de una aparición de Fran en el minuto 36 que Ortega resolvió con el pie.
Dificultades
El fútbol del Terrassa en la segunda parte anduvo alejado de su mejor versión. Cristian cambió a Àlex Fernández por Ferreira, temeroso de que el primero pudiese verse castigado con una segunda tarjeta. Los egarenses bajaron su nivel de intensidad y dieron pie a que el Sants fuese ganando protagonismo. Mario Canti, en un remate por encima del marco local, y Crivi, en una acción que resolvió de forma eficaz Ortega, dieron los primeros avisos. Y en el minuto 67, Luis redujo las diferencias en el marcador. El Terrassa jugó con fuego durante algunos minutos y Fran, en el minuto 75, casi marca el tanto del empate en un remate de cabeza que salió junto al poste.
El Sants perdió a Aleix, por doble amonestación, a ocho minutos del final. Y en ese nuevo escenario el Terrassa recuperó el aliento. Coro probó fortuna en una falta lateral que se le fue por encima del travesañio y Balboa anduvo cerca del gol en el minuto 89 en una contra que Yamandú resolvió con acierto. Pero en el minuto 92, Óscar Imaz protagonizó una excepcional galopada desde campo propio que resolvió de forma brillante anotando el definitivo 3 a 1 en el marcador.
TERRASSA FC, 3
UE SANTS, 1
TERRASSA FC. Ortega, Dani Sánchez, Pallàs, Sergi Valls, Nils, Guzmán, Coro, Àlex Fernández, Daisuke, Arranz y Carreón. Ferreira sustituyó a Àlex Fernández en el minuto 46; Balboa a Daisuke en el 62; e Imaz a Coro en el 86.
UE SANTS. Yamandú, Brians, Picolo, Aleix, Juli, Guille, Fabregat, David Cura, Mario Cantí, Luis y Fran. Crivi suplió a Guille en el minuto 46; Monfort a Picolo en el 73; y Gala a Fran en el 78.
Árbitro. Pau Serrat Susi. Amonestó a Pallàs, Àlex Fernández y Daisuke, del Terrassa; y a Guille, Fabregat, David Cura, Mario Cantí y Luis, del Sants. Expulsó a Aleix en el minuto 82 por doble amonestación.
Goles. 1-0, minuto 15, Arranz; 2-0, minuto 28, Coro; 2-1, minuto 67, Luis; 3-1, minuto 90, Imaz.
Público. 1.075 espectadores.