El tráfico de jugadores norteamericanos al básquet europeo ha sido siempre fluido y constante. Pero en los últimos tiempos se ha ampliado su campo de actividad en Ligas menores del continente y no sólo en el ámbito profesional. En Catalunya, sin ir más lejos, la llegada de jugadores procedentes de Estados Unidos con destino a campeonatos de carácter territorial o en las Ligas LEB o EBA ha experimentado un ascenso apreciable.
Ese nuevo mercado despertó la inquietud del entrenador terrassense Pedro Argachal por ofrecer una formación específica a los jugadores que tenían interés en emigrar al continente en busca de nuevas experiencias y posibilidades. Y ahí nació el proyecto IBC Academy que ha dado sus primeros pasos. Las diferencias entre el básquet europeo y norteamericano son tan notables en muchos apartados del juego que no siempre la calidad individual tiene una correspondencia positiva para el juego de los equipos europeos. En España y en otros países han proliferado las academias de formación para jugadores norteamericanos, pero el aspecto diferencial de IBC Academy es que desarrolla su actividad en Estados Unidos.
Rasgos diferenciales
"Nosotros vamos allí, donde están los jugadores, y les ofrecemos los conceptos del básquet europeo que ellos no tienen", explica Pedro Argachal. "Hay muchos jugadores que quieren venir a Europa porque entienden que pueden hacer una carrera profesional y después se quedan en un segundo plano, bien porque no se adaptan al juego o porque tampoco encuentran salidas interesantes a nivel económico. Nosotros les formamos en un juego más colectivo del que están acostumbrados y trabajamos aspectos que les serán de utilidad. No podemos garantizar que al finalizar el paso por IBC Academy nuestros jugadores dispongan de un contrato profesional pero sí que podemos asegurar que estarán más preparados para afrontar ese reto con garantías, ya que durante su estancia en la academia se abordarán aquellos aspectos que pueden marcar la diferencia con otros aspirantes."
Argachal contactó en Estados Unidos con Brandon Dean, un técnico norteamericano con quien ya ha desarrollado los primeros talleres individuales y colectivos en Miami. La primera experiencia conjunta la desarrollaron el pasado verano con Stefen Ugochukwu, un jugador que después del trabajo en IBC Academy encontró aposento no en Europa pero sí en un equipo de la Primera División de México, el Soles Mexicali. A partir de ahí, se han abierto dos ventanas más de trabajo a nivel grupal. Una tuvo lugar en noviembre, con diez jugadores, y la segunda se desarrollará entre marzo y abril. En verano está previsto ampliar el plazo y el número de jugadores participantes después de la buena acogida que han tenido. Claudio Prieto ha reforzado el grupo de entrenadores de la academia.
Características propias
"No somos una agencia de jugadores", precisa Pedro Argachal. "Damos un servicio al jugador y el informe que elaboramos lo pasamos a los clubs donde puede tener plaza de forma gratuita. Sólo cobramos por la formación y por la elaboración del informe técnico." Ese detallado informe técnico es uno de los rasgos en que más incide la dirección del centro, dado que se trata de un trabajo en formato digital que recoge todas las características del jugador, tanto a nivel técnico como personal, que sirve de herramienta de gran utilidad para los clubs interesados en incorporar al jugador. "Es una herramienta excelente para conseguir promocionarse y ofrecer a entrenadores y agentes una completa y detallada información sobre él."
"Poner en marcha un proyecto de básquet en Estados Unidos es complicado, porque estamos hablando de la primera potencia mundial en este deporte", señala Argachal. "Pero se nos está valorando mucho el hecho de ir allí, a trabajar en su país sin necesidad de que tengan que viajar a Europa con los ojos cerrados. La respuesta está siendo muy positiva y eso nos anima. Que técnicos europeos vayan a Estados Unidos a formar jugadores no es habitual, ni tampoco que lo hagan sin buscar comisiones por posibles fichajes. Eso genera confianza."
Argachal señala que a pesar de la calidad técnica del jugador norteamericano, las diferencias con el juego europeo son tan apreciables que el éxito no está garantizado. "Estamos hablando de conceptos de juego totalmente distintos que deben aprender y trabajar. Se trata de jugadores que son portentosos en el aspecto físico y técnico, pero los entrenadores aquí buscan y piden otras cosas: visión de juego, capacidad de liderazgo, juego sin balón, sentido colectivo, defensa. Y todo ello deben saberlo".
