El Terrassa FC hizo oficial ayer el acuerdo alcanzado con Sebastián Fernández que le permite recuperar los derechos de uso del escudo y de la marca del club. Las conversaciones estaban cerradas desde hace unas semanas, como adelantó Diari de Terrassa, pero hasta ayer no se dio oficialidad una vez firmados todos los documentos. Sebastián Fernández era quien tenía registrado el escudo del club, operación que realizó hace unos años en una etapa de vacío administrativo a todos los niveles. Esta situación inusual impedía al club explotar comercialmente tanto el uso del escudo como la marca. "Desde hoy, el escudo y la marca no pertenecen a una persona física, sino que son propiedad del club", señaló el Terrassa en un comunicado. "Como debería haber sido siempre y como será a partir de ahora."
Este acuerdo completa la operación de recuperación de los signos de identidad del Terrassa FC que ha llevado a cabo el consejo de administración. Hace unas semanas, se anunció la recuperación del nombre de Terrassa FC SAD. A finales de este mes se producirá una junta de accionistas de la sociedad anónima Terrassa Olímpica 2010 en la cual se debe aprobar su cambio de denominación. Una vez cumplido ese trámite administrativo, se solicitará a las federaciones catalana y española la adopción oficial de la denominación histórica. Cabe recordar que esta temporada, la Federació Catalana había asignado el nombre de Terrassa Olímpica al primer equipo en sus competiciones oficiales.
El presidente del Terrassa FC, Jordi Cuesta, se ha mostrado muy satisfecho con estas últimas operaciones. "Era un objetivo básico. El Terrassa FC vuelve a tener todas sus señas de identidad y nadie podrá discutir ni nuestro escudo ni nuestro nombre", ha señalado.
Agradecido
Cuesta también quisi agradecer las facilidades encontradas por parte de Sebastián Fernández para alcanzar un acuerdo. "Debo darle las gracias por el apoyo que nos ha dado y por las facilidades que hemos encontrado para obtener un acuerdo." Fernández formó parte del equipo de Jordi Cuesta en su primera etapa, aunque posteriormente las relaciones empeoraron y se abrió una brecha en relación a la propiedad de los derechos de uso del escudo, problemática que se ha resuelto ahora.