La selección española paralímpica de tenis de mesa, cuya responsabilidad técnica está a cargo del terrassense Ramon Mampel, inicia hoy en la ciudad eslovena de Lasko el Campeonato del Mundo de la especialidad. Y lo hace después de un viaje que se ha convertido en una pesadilla para los componentes del equipo, perjudicados primero por la anulación y los retrasos en sus vuelos a cargo de la compañía Vueling y posteriormente por la pérdida de sus equipajes. La expedición se ha quejado del perjuicio que ha supuesto toda esta problemática en deportistas con unas necesidades especiales.
"La pala la llevan todos en su equipaje de mano. Pero muchos de ellos necesitan material adaptado, sondas y otros artículos que iban en sus maletas, como los propios equipajes para disputar el campeonato", explica el seleccionador Ramon Mampel. "En mis tres últimos viajes con Vueling me han perdido las maletas en dos oportunidades", señala el técnico terrassense. "Nuestra participación no está en peligro, pero estamos con lo puesto. Y estos problemas también afectan mentalmente a los jugadores, que están pendientes de otros asuntos que no tienen que ver con la competición. Muchos de ellos se juegan sus becas en este Mundial, tienen presión y situaciones de este tipo tienen una incidencia. Intentaremos trabajar para que nada de ello se note en el juego pero es indiscutible que no es la mejor manera de preparar el campeonato.."
Aunque Vueling garantizó a la expedición que las maletas extraviadas llegarían ayer por la noche a Eslovenia, a la hora del cierre de esta edición todavía no se había producido. Los contactos entre el Comité Paralímpico y la compañía aérea de sucedieron durante toda la jornada con el fin de resolver la problemárica, que tuvo un gran econ mediático.
Muchos problemas
Los problemas en el viaje que tenía que conducir al equipo español al Campeonato del Mundo fueron múltiples. Se iniciaron con la cancelación del primer vuelo que les tenía que conducir a Viena a las 7.55 de la mañana del lunes. Les ubicaron para unas horas más tarde en otro vuelo a la capital austriaca, de donde viajaban en autocar a Eslovenia, pero en el mismo también había problemas de overbooking. Los jugadores y los técnicos subieron al avión, pero no así el equipaje de la expedición. "Las maletas se quedaron en Barcelona, imagino que por un problema de sobrepeso", explica Mampel a la hora de valorar el caótico desplazamiento. "Tenían localizadas 8 de las 12 maletas, pero las otras cuatro no sabían dónde se encontraban. Esparamos una solución".