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Del bostezo al éxtasis colectivo 

Adjetivar lo ocurrido el domingo en el Camp Olímpic no resulta sencillo: épico, sublime, extraordinario, mágico, descomunal… Con nada de ello se falta a la verdad. Pero resumir con una palabra la catarata de emociones que despertó el final del partido entre el Terrassa y el Sant Andreu no resulta la herramienta adecuada. Porque en los cinco minutos finales la emoción, el desorden y la irracionalidad incendiaron un Camp Olímpic que, hasta entonces, andaba sumido en la depresión de observar el desangelado devenir de un Terrassa aburrido y totalmente superado por un Sant Andreu que mereció ganar y que hasta el minuto 85 no se puso por delante en el marcador, cuando Josu cabeceó con toda la intención un buen lanzamiento de falta de Ton Alcover para establecer el 0 a 1. A partir de entonces, toque de corneta en el Terrassa, fútbol sin cinturón de seguridad y dos goles de Sergi Arranz en dos minutos ( 87 y 89) para convertir el Olímpic en una fiesta descomunal, más desatada por inesperada.

Si a los 854 espectadores que acudieron al estadio alguien les hubiese advertido lo que iba a suceder a partir del gol de Josu, se hubiesen ahorrado una tarde de bostezo y cabreo. También deberían haber advertido a los que se marcharon con el 0 a 1, desconfiados de que el equipo pudiese protagonizar una hazaña semejante cuando ni había chutado a portería en todo el segundo tiempo. Ya se habían escuchado en la grada los primeros silbidos de la temporada cuando el Sant Andreu se puso por delante en el marcador, mucho mejor en todas las facetas el conjunto visitante que un Terrassa desconcertado y desorientado casi desde el arranque. Pero mucho debió apretarle la navaja en el cuello a los egarenses para que reaccionasen de la forma en que lo hicieron, soltando dos sopapos extraordinarios a cargo de Sergi Arranz, el único delantero que todavía no había marcado, que ocultaron las deficiencias estructurales que se observaron durante toda la tarde. Con ello, el Terrassa se sitúa tercero en la clasificación. Desde esas alturas, y con el susto aún en el cuerpo, debe ser más sencillo regenerar a este magnífico grupo de futbolistas que ha reunido este año el club en su vestuario. Victorias como las del domingo, basadas más en la emoción que en el fútbol, ayudan a crecer a los equipos en todas las direcciones y a encontrar atajos más rápidos hacia su consolidación.

Mandar en el desorden
Ante el déficit de fútbol, el Terrassa se refugió en los argumentos emocionales para solventar la delicada situación que se le produjo en el tramo final del partido. Cristian García buscó soluciones a base de meter delanteros en el campo, hasta que en el minuto 75 juntó a Balboa, Serramitja y Arranz, los tres "nueves" de la plantilla. Como sucede a menudo, no por jugar con muchos delanteros se acaban generando más situaciones de gol. Y el Terrassa vio penalizado su fútbol y el resultado con el tanto de Josu a cinco minutos de la conclusión. Pero a raíz del 0 a 1, los egarenses fueron los mejores en el desorden, en el caos, en la anarquía. El Sant Andreu, hercúleo hasta entonces, se deshizo por el centro de su defensa, donde primero Àlex Fernández encontró un hueco para ponerle un balón a Sergi Arranz que significó el 1 a 1 y después Serramitja volvió a seguir el mismo atajo para darle el pase del 2 a 1 a un Arranz desatado que reivindicó su papel de presente y de futuro en este equipo.

Pese al subidón de adrenalina que supuso el modo en que se produjo la victoria, el Terrassa se resguardó en la prudencia a la hora de valorar lo ocurrido. Y es que a nadie se le escapa que la tarde dejó, por encima del resultado, muchas dudas en el aire. Era el primer partido de los grandes de esta temporada y en el cómputo global el Sant Andreu estuvo mejor. El Terrassa, como ya le ha sucedido en otros partidos, desaprovechó una buena ocasión nada más empezar (esta vez a cargo de Carreón) y a partir de entonces anduvo alejado del área visitante. Con menos posesión de la que se le supone, el conjunto de Cristian García actuó estresado debido a la presión del Sant Andreu en sus zonas de creación. Un par de centros de Yaya y de Pallàs que no encontraron rematador, fueron sus mejores acciones de ataque, mientras que el Sant Andreu, menos adornado en la elaboración, exigió a Ortega en un disparo de Juanan y anduvo cerca del gol en un disparo de Josu ajustado a la escuadra.

Superados
En la segunda parte el Terrassa salió con el propósito de disponer de más tiempo del balón, pero su lenta velocidad de ejecución y su fútbol previsible en grado superlativo hicieron virar el partido en favor de los andresenses. Aparte de un remate alto de Yaya al inicio de la segunda parte, lo más relevante estuvo a cargo del conjunto cuatribarrado. El ex terrassista Carlos Martínez fue el protagonista de las dos primeras acciones de peligro, aunque fue con la entrada de Elhadji cuando el equipo de Mikel Azparren arrinconó al Terrassa. Juanan, Ferran y el propio Elhadji, en una posición inmejorable, tuvieron ocasiones para hacer el 0 a 1. El gol se hizo esperar hasta el minuto 85 y nadie puso en duda la justicia de ese marcador, que se presumía casi definitivo.

Y cuando todo hacía presagiar que se iba a producir una derrota de aquellas que encienden las alarmas, el Terrassa le dio la vuelta al partido con un par de golpes de riñón extraordinarios que sacaron sus vísceras al sol. Seguramente sin el gol del Sant Andreu el partido hubiese acabado empatado a cero, pero ese mazazo despertó de golpe al Terrassa de un letargo de 85 minutos. Sin las formas que indican su libro de estilo, trazando caminos más directos hacia el área rival y agarrados del discurso de la épica, los egarenses superaron ese momento de crisis ganando cuando ninguna apuesta les favorecía.

TERRASSA FC 2
UE SANT ANDREU 1

TERRASSA FC. Ortega, Yaya, Sergi Valls, Savall, Pallàs, Guzmán, Àlex Fernández, Carreón, Coro, Toledo y Serramitja. Balboa e Imaz suplieron a Toledo y Carreón en el minuto 63; y Arranz a Coro en el 75.

SANT ANDREU. Segovia, Llamas, Jaume, Noguera, David López, Ton Alcover, Juanan, Carlos Martínez, Felipe, Carroza y Josu. Elhadji suplió a Carlos Martínez en el minuto 63; Ferran a Juanan en el 70; y Dani Guerrero a Jaume en el 77.

Árbitro. Rubén Mancera Antón. Amonestó a Sergi Valls, Arranz, Segovia, Noguera, Jaume, David López, Juanan y Dani Guerrero.

Goles. 0-1, minuto 85, Josu; 1-1, minuto 87, Arranz; 2-1, minuto 89, Arranz.

Público. 854 espectadores.

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