El “efecto debutante” volvió a darle un resultado óptimo al Terrassa FC. Si en la jornada anterior Balboa marcó el tanto del empate contra el Santfeliuenc cinco minutos después de saltar al terreno de juego, este sábado Serramitja copió a su compañero al anotar el gol de la victoria egarense cuando apenas llevaba ese mismo tiempo sobre el terreno de juego. El delantero local se anticipó a una mala salida del portero del Vilafranca y cabeceó con acierto un excelente envío de Carlos Guzmán al interior del área visitante. De ese modo, el conjunto de Cristian García abatió la resistencia de un oponente cuyo propósito principal durante el encuentro consistió en defender el empate inicial. Ese tanto de Serramitja sitúa al Terrassa en la tercera plaza de la tabla clasificatoria, una posición que le permite seguir creciendo en el plano futbolístico sin las apreturas de una clasificación que no estuviese acorde con su condición de favorito a la promoción de ascenso.
El catálogo de soluciones que Cristian García tiene este año a su disposición es tan amplio y variado que enriquece de forma más que notable su discurso táctico. Pese a que el Terrassa de esta temporada sigue los parámetros de juego que su técnico implantó en la campaña anterior, es capaz también de resolver problemas con aportaciones alternativas. Sin ir más lejos, el gol de la victoria de este sábado poco tuvo que ver con las herramientas ofensivas que son propias de su libro de estilo: Guzmán metió un pelotazo en el área rival y Serramitja ganó a todos en el juego aéreo. Cristian había apostado por entonces por juntar a dos delanteros en el terreno de juego (Serramitja y Balboa) con el fin de disponer de mayor presencia en el área. Y el resultado no pudo ser más positivo. El técnico, además, pudo confeccionar una alineación con bastantes novedades, dando entrada de inicio a futbolistas como Pallàs (que ejerció de lateral izquierdo), Àlex Fernández, Carreón o Balboa y dejando fuera de la convocatoria a futbolistas del nivel de Savall o Arranz. No será extraño ver una alineación distinta esta tarde en Cerdanyola.
En línea ascendente
En todo caso, al Terrassa se le intuye más de lo que está ofreciendo. A ese abanico de posibilidades distintas se une la variedad de perfiles que junta en el terreno de juego, capacitados en lo colectivo para armar un equipo magnífico. Pero todavía anda en proceso de construcción, deshilvanado en algunas facetas y desmecanizado en sus movimientos. Es el peaje a pagar a estas alturas de la temporada, salvado con unos buenos resultados que le dan aire para no sufrir ninguna crisis de ansiedad derivada del nivel de exigencia que se ha autoimpuesto el club.
Una de las capacidades que ha mejorado el equipo en relación al año pasado es la referente a su capacidad defensiva. Únicamente ha encajado un gol en cuatro partidos y el sábado, por ejemplo, situó el partido durante casi todo el desarrollo del mismo en campo del Vilafranca. Alejado el balón de su área, Ortega casi no tuvo que intervenir en ningún momento y las ocasiones de gol del Vilafranca fueron inexistentes. Al equipo le faltó en el primer tiempo encontrar la velocidad adecuada en la circulación del balón, pero anduvo desahogado gracias a su solidez defensiva. Aunque ejerció el dominio y dispuso del balón durante más tiempo que el rival, pisó poco el área y se movió en las zonas que más interesaban al Vilafranca.
Dominio local
El partido, en todo caso, pudo haber tenido un desarrollo distinto si Nils hubiese acertado en el minuto 7 en una clara ocasión que debió haber significado el 1 a 0. El extremo se quedó en una posición inmejorable tras un excepcional pase de tacón de Balboa, que cuajó unos primeros minutos más que prometedores. Nils no ajustó bien el remate y el balón salió desviado cerca del poste. El Terrassa tuvo otras dos buenas ocasiones antes del descanso: un remate de Sergi Valls que Iván León despejó en una meritoria intervención y otro de Carreón al que volvió a responder con acierto el portero visitante.
Los egarenses mejoraron de forma colectiva en el segundo período. Supieron explotar mejor sus virtudes ofensivas, dieron a su fútbol un mayor ritmo y se apoyaron en la calidad de Guzmán y Àlex Fernández en el centro del campo para ir imponiendo sus virtudes. Coro, en una falta en la frontal del área, y Yaya, con un remate de cabeza a la salida de una falta, obligaron nuevamente a lucirse al portero del Vilafranca en los diez primeros minutos de este período. La entrada de Serramitja en el minuto 57 dotó al Terrassa de mayor capacidad ofensiva. Y de forma casi inmediata se produjo el tanto local. Ese gol aumentó la confianza de los egarenses y sacó al Vilafranca de su refugio, obligado ya a exponer algo más sobre el terreno de juego. En el minuto 64 Balboa estuvo a punto de anotar el segundo gol, pero su remate salió rozando el poste. Y cinco minutos después, Serramitja estuvo a punto de aprovechar un despiste de la defensa visitante.
La capacidad de respuesta del Vilafranca fue casi nula. Sólo en el tramo final tuvo un arranque de inconformismo al que le faltó contundencia. Ortega desbarató su única aproximación.
TERRASSA FC 1
FC VILAFRANCA 0
TERRASSA FC. Ortega, Dani Sánchez, Yaya, Sergi Valls, Pallàs, Guzmán, Àlex Fernández, Coro, Carreón, Balboa y Nils. Serramitja sustituyó a Coro en el minuto 57; Toledo a Balboa en el 73; y Ferreira a Carreón en el 84.
FC VILAFRANCA. Iván León, Óscar Sierra, Josep Díez, Boira, Gestí, Guti, Vadillo, Eric Via. Toni Calvo, Braima y Pelegrín. Riki sustituyó a Braima en el minuto 60; Rosillo a Calvo en el 68; y Escofet a Boira en el 77.
Árbitro. Enric Bureu Méndez. Amonestó a Óscar Sierra, Josep Díez y Boira.
Gol. 1-0, minuto 63, Serramitja.
Público. Unos 600 espectadores.
