Este sábado puede ser un día grande, muy grande, para el hockey español. La selección española femenina buscará a partir de las tres de la tarde (hora española) ante Irlanda una plaza en la gran final del Campeonato del Mundo de hockey femenino que se disputa en Londres. Tras haber igualado ya el mejor resultado de la historia en una Copa del Mundo (la cuarta plaza de Madrid 2006), el combinado que prepara Adrian Lock, con cinco terrassenses en sus filas, tiene la moral por las nubes. Tras haber eliminado esta semana a dos potencias del calibre de Bélgica y Alemania, España quiere doblegar a Irlanda, que eliminó a India por "shoot-outs" en su partido de cuartos, para poder disputar la primera final de su historia (mañana a las 17.30 horas), lo que le aseguraría, cuando menos, la medalla de plata. De perder, el duelo por el bronce comenzaría a las tres de la tarde.
Todo está a favor de un grupo de jugadoras que partido a partido van creciendo en autoestima, en garra y en exigencia. Irlanda es el rival más asequible de los cuatro que se han clasificado para esta penúltima ronda del torneo. La otra semifinal enfrentará a las 17.30 horas a Holanda, que dejó fuera a la anfitriona (Inglaterra) con Australia, que batió a Argentina por 4 a 3 en los "shoot-outs" tras un 0-0.
"Somos conscientes de que estamos ante el partido más importante de nuestra historia reciente. La gente está ilusionadísima ante esta oportunidad de jugar una final y pelear por las medallas y vamos a seguir jugando como hasta ahora para intentar conseguirlo". Así se expresaba ayer el seleccionador español femenino, un Adrian Lock que se hizo cargo del combinado español en enero de 2013, hace ya más de cinco años. Tanto él como sus jugadoras, que se encuentran en plenitud de facultades para afrontar el choque, son conscientes de que están ante "su momento" y no están dispuestas a desaprovecharlo por nada del mundo.
A nadie se le escapa, y el propio Lock no tiene problemas en reconocerlo, que Irlanda es el mejor rival con el que cruzarse en las semifinales de un Mundial. No en vano, las irlandesas ocupan la decimosexta posición en un ránking mundial en el que España es undécima. Holanda, que parece la clara favorita para adjudicarse el título, es la primera potencia mundial, mientras que Australia es actualmente la quinta. Tras el extraordinario Mundial que están firmando las españolas, sin embargo, pronto ascenderán en el ránking de la FIH.
Cinco victorias este año
Irlanda es la selección a la que España se ha enfrentado más veces desde que Lock dirige al combinado nacional. El conjunto que prepara Graham Shaw, la mayoría de cuyas jugadoras militan en la Liga inglesa, se ha visto las caras hasta siete veces con España en menos de medio año, entre el 26 de agosto de 2017 y el 11 de febrero de 2018. Las de Lock se han impuesto en cinco de esas siete ocasiones, con goleadas tan expresivas como el 7-0 de Benalmádena o el 7-2 de Amsterdam en el Europeo del año pasado. Las irlandesas sólo han batido dos veces a las españolas: por 2 a 3 y por 0 a 2 el pasado mes de febrero en Benalmádena.
Pero no conviene confiarse ante un conjunto tremendamente físico y con jugadoras no exentas de calidad. Las irlandesas acabaron primeras en el grupo "B" y accedieron directamente a la ronda de cuartos de final, donde se impusieron a India en los "shoot-outs" tras empatar a cero durante los sesenta minutos reglamentarios. Irlanda acabó la primera fase con seis puntos, uno más que Inglaterra y por delante de India y Estados Unidos.
Un viejo conocido
Lock reconoce que ambos contendientes se conocen a la perfección. "Hemos jugado muchísimo contra Irlanda, pero también contra la mayoría de nuestros rivales. Saldremos a tope, como siempre. El sistema será el mismo, aunque variaremos pequeños detalles individuales, como hemos venido haciendo en algunos partidos", apunta. Al seleccionador español no le preocupa que den a España como favorita. "Afrontamos la semifinal como un paso más, un partido más que nos permite llegar al siguiente, que en este caso sería la final", comenta.
Se espera una temperatura de 33 grados a la hora del partido, algo que beneficia a las españolas. "Será como jugar en casa", bromea el seleccionador. "Tenemos algo tangible entre las manos. Podemos colgarnos una medalla y vamos decididamente a por ella", comenta.