Los Terrassa Reds escribieron el pasado sábado uno de los más bellos capítulos de su historia, coincidiendo con el año de celebración de su 25 aniversario. Por tercera vez se proclamaron campeones de la Lliga Catalana tras imponerse en el campo de Can Boada por 19 a 8 a los Barberà Rookies en un encuentro impecable. Este título se suma a los que consiguieron en los años 1996 y 2016 y a otros seis subcampeonatos. Dos décadas separan los dos primeros títulos. Para el tercero ha habido que esperar sólo dos años. Los Reds, además, han alzado el título tras firmar una temporada impecable, en la que sumaron un excelente balance de seis victorias y una única y ya intrascendente derrota.
Dani Maldonado, presidente de los Terrassa Reds, era el sábado tras la final uno de los hombres más felices del mundo. Él era uno de los capitanes que levantaron el título en esa primera final ganada hace ya 22 años, mientras que las dos últimas las ha vivido desde la presidencia. Sostiene Maldonado que más allá del éxito deportivo, esta tercera Lliga Catalana debe servir a los Terrassa Reds para seguir avanzando en su proyección como club. "Nos habíamos fijado el objetivo de ganar la Liga tras la decepción de caer en semifinales la pasada temporada y estamos tremendamente felices por haberlo conseguido. El ambiente en la grada ha sido espectacular. Este triunfo nos llena de orgullo, especialmente por lo que significa para la ciudad", explica Maldonado. Los Reds llevan dos años teniendo como casa el campo del Can Boada y conviven de forma magnífica con el otro usuario de la instalación, el CF Can Boada.
"Ese título supone un trampolín increíble para el club y un enorme orgullo para nuestra masa social. Llevamos dos años trabajando muy a fondo en temas no solamente deportivos, como el "merchandising" y el hecho de abrirnos y darnos a conocer más a la ciudad. Los éxitos deportivos nos permiten irnos retroalimentando", explica el presidente de los Reds.
El salto a la liga española
No descarta Maldonado poder disputar, en un futuro no demasiado lejano, la Liga Española, algo que no sería nuevo para la entidad. "Sabemos que requiere tiempo. A nivel deportivo, tenemos nivel para jugarla. Pero a nivel presupuestario ya es otra cosa. Necesitaríamos más dinero para los viajes. Y si queremos competir contra los grandes del fútbol americano español necesitaríamos tener extranjeros de cierta talla. Todavía no se dan estas circunstancias, pero es algo que no descartamos". La próxima temporada, los Terrassa Reds disputarán la Copa de España, un torneo por eliminatorias. Y no se descarta desde la junta directiva que dentro de dos años se pueda plantear la posibilidad de disputar la Liga española.
Los Terrassa Reds celebrarán este año su 25 aniversario. Están ya trabajando en la preparación de diferentes actividades, la más atractiva de las cuales será la disputa de un partido amistoso ante un rival extranjero de renombre. "Queremos montar una gran fiesta para celebrar este primer cuarto de siglo de nuestra historia", dice Maldonado.
Los Terrassa Reds cuentan en la actualidad con unos 220 socios, 157 licencias y ocho equipos en competición. Año tras año se sigue creciendo a nivel social y deportivo. Su intención es quedarse muchos años en Can Boada, donde pronto deberían comenzar las obras de construcción de vestuarios y oficinas en el gol norte.
Un cuarto de siglo de vida
Poco imaginaban los amantes del fútbol americano que fundaron los Reds en el año 1993 que llegarían al nivel de expansión que han alcanzado. El equipo se fue de Les Pedritxes y creó un club nuevo en Terrassa. "Al principio todo era muy complicado y muy caro. Costaba encontrar jugadores. Cuando empezamos cada temporada nos costaba 500.000 pesetas", explica Àngel Olmo, que se retira con tres trofeos. Y añade: "Ahora todo es mejor. Lo fundamental es lo bien que se está trabajando con la base. Tenemos equipos en todas las categorías menos en la júnior". Tras su retirada seguirá vinculado a una Federació Catalana de la que es vicepresidente. Ha ganado 3 de las 9 finales que ha disputado con los Reds. "Todos los títulos son especiales. Pero el último ha sido espectacular. Acaba el mundo. Hubiera podido morir en el campo junto a mis 39 compañeros. Estos recuerdos los guardaremos siempre. En el equipo somos como hermanos. Los Reds son una gran familia", dice.