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“Estamos en una posición envidiable, pero hay que seguir siendo prudentes”

El Centro Parroquial San Cristóbal puede vivir esta temporada el segundo ascenso de su historia a Tercera División. El primero se produjo hace 31 años y el equipo permaneció en la categoría por espacio de dos temporadas. En el año de su 60 aniversario, el club de Ca n’Anglada se ha empeñado en romper todos los pronósticos encabezando la clasificación del grupo segundo de Primera Catalana con cinco puntos de diferencia en relación al segundo clasificado, el Martinenc. A seis jornadas para que acabe el campeonato, el sueño parece al alcance de la mano. Mañana, a las 12 del mediodía, el Andorra pondrá a prueba la solidez de los parroquiales. Su presidente, Miguel Ángel Moreno Félix (Ciudad Real, 30 septiembre de 1962), analiza el presente y el futuro en un hipotético escenario en Tercera.

¿El presidente ya ha puesto el cava en la nevera o se alinea en el grupo de los prudentes?
Ni mucho menos, yo soy de los prudentes, de los que tenemos los pies en el suelo. Tengo la misma ilusión que los jugadores y que el barrio entero, pero hay que ir paso a paso porque no sabemos qué puede pasar en las jornadas que quedan. Faltan muchos puntos por jugarse y no hay nada decidido.

En todo caso, no me negará que la situación es envidiable.
Lo sabemos. Hay diecinueve equipos en el grupo que querrían estar en nuestra posición. Y eso es una consecuencia de la actitud de este equipo, que cada semana compite al máximo nivel con una intensidad extraordinaria.

¿Son conscientes de que se puede escribir una página histórica en la entidad?
Sabemos que desde 1989 el club no había estado en Tercera División. Claro que este es un momento histórico, aunque tiene poco que ver con el anterior ascenso. Ahora mismo el club no depende de un mecenas que venga a aportar cantidades astronómicas, aunque sí es verdad que los directivos ponemos dinero. Con el acuerdo que existe con el Jabac hay una línea marcada en relación al primer equipo, pese a que debo reconocer que el fútbol base no ha evolucionado como esperábamos. Ya subimos a Primera Catalana antes del acuerdo, pero traer a Oliver Ballabriga ha sido un acierto igual que a los jugadores jóvenes que hemos incorporado.

No quisiera desviarme de la línea del primer equipo, pero me dice que la evolución del fútbol base no ha sido la esperada. ¿Qué ha pasado?
Esperábamos tener más niños. Pero el cliente del Jabac no es el del San Cristóbal y nos equivocamos a la hora de poner el precio de la cuota al mismo precio que el Jabac. La gente no puede pagar aquí esas cantidades. Además, se dijeron muchas cosas que no nos beneficiaron, como que el Jabac buscaba nuestras instalaciones porque se iba a quedar sin Las Palmeras. Cosas que no tienen sentido pero que han hecho mella. De hecho, ahora estoy oyendo a gente que dice que hemos pedido el Camp Olímpic para jugar si subimos, algo que es falso y que no vamos a hacer porque nosotros tenemos nuestra casa. Mientras yo esté, el San Cristóbal no va a perder su esencia.

¿Usted se cree todo lo que está pasando o se tiene que pellizcar cada mañana viendo a su San Cristóbal por encima de entidades más potentes a nivel económico y social?
Esto es una realidad, eso nadie lo puede discutir. Y pienso que tenemos garantías de futuro en Tercera, no hay que pensar que se va a bajar al año siguiente de subir. Hay que saber gestionar los ingresos reales del club, porque no podemos ir pidiendo derramas a los socios ni hacer una ampliación de capital como podría ser en el caso de una sociedad anónima. El barrio no es el mismo que cuando se subió anteriormente a Tercera División ni tiene los mismos comerciantes que podían colaborar con el club.

¿Cuántos socios tiene el club?
Unos 150, después de haber hecho algunas ofertas especiales a distintos colectivos. Pero habíamos llegado a tener sólo 50.

¿Aumentar esa masa social o el número de espectadores sigue siendo una asignatura pendiente?
Es verdad que está viniendo más gente al campo gracias a la trayectoria del equipo. Pero conseguir que el barrio se involucre no es fácil, por la tipología actual del barrio. Se ha ido deteriorando, ha venido mucha gente de fuera y eso hace que no tengan un apego al club. En todo caso, si subimos a Tercera División debemos tener la capacidad de hacer ver que el San Cristóbal no sólo es el club de Ca n’Anglada. El distrito 2, sin ir más lejos, es muy grande.

Hace sólo dos temporadas el San Cristóbal estaba en Segunda Catalana. Subió, ganó la Copa Catalunya amateur, acabó cuarto y en el segundo año en la categoría tiene el ascenso en la mano. ¿Ha ido todo más rápido de lo previsible?
Dimos un paso atrás, aunque a veces es necesario para coger impulso. Quizás fui el primer presidente en Primera Catalana que no pagaba a los jugadores, sólo dábamos una prima por partidos ganados. Y siempre hemos creído en la gente de la casa. Lo hicimos con Quique Castro, con quien subimos a Primera Catalana, y después con Oliver Ballabriga, una persona vinculada durante toda su carrera al Jabac. Hemos confiado en los jugadores jóvenes y con un presupuesto bajo, pienso que el más bajo de la categoría, se ha llegado donde se ha llegado. Se ha logrado una piña entre cuerpo técnico y jugadores que es lo que explica nuestra trayectoria.

Pero si alguien le dice tras el descenso a Segunda Catalana que dos años después estaría peleando por subir a Tercera lo hubiese tomado por un insensato.
Por descontado, incluso hoy en día lo pienso. Primera Catalana ha sido la categoría en la que más tiempo hemos estado y pensar que un club de barrio podía pelear de igual a igual con clubs de ciudades importantes, con sus ayudas correspondientes, no te lo acabas de creer.

Me habla usted del entrenador, Oliver Ballabriga, como una de las claves de este éxito. ¿Va a seguir?
Él va a estar sea en Primera Catalana o en Tercera. Las dos partes estamos de acuerdo en eso, aunque no exista un compromiso formal.

Hagamos un poco de fútbol ficción y situemos ya al San Cristóbal en Tercera División. ¿Qué línea de trabajo van a seguir?
Aquí no vamos a perder la cabeza, lo he dicho en muchas oportunidades. Yo llevo más de 26 años en el San Cristóbal, siete como presidente, y he vivido situaciones muy difíciles. Lo que no podemos hacer es volver a repetir esos momentos. Cuando me hice cargo de la presidencia, la deuda era grandiosa. Y el presupuesto que había del primer equipo no se podía pagar. No podemos caer en el mismo error. Nuestra idea es seguir la misma línea de trabajo, con futbolistas jóvenes y dedicando a ello el dinero que seamos capaces de generar.

¿Eso es viable en Tercera División?
Pienso que sí. Ahora mismo, sin ir más lejos, muchos de nuestros jugadores podrían estar jugando en Tercera, la prueba es que tienen ofertas de clubs de esa categoría.

El riesgo del éxito es que el dinero de otros clubs le pueda desmontar el equipo.
Lo sabemos, pero ya le he dicho que existe una comunión muy grande entre entrenador y jugadores. Y si el técnico sigue es factible que muchos también lo hagan. Tenga en cuenta que buena parte de esos futbolistas están trabajando con él desde que eran juveniles.

Aunque la temporada deportiva ha sido impecable, el año ha estado salpicado de problemas. Sin ir más lejos, las dificultades económicas del Jabac derivadas de su problemática con el Ayuntamiento les ha afectado. Pero la plantilla ha cerrado filas con el club y de ese vestuario no se ha marchado nadie. Ese gesto es muy valorable.

El área deportiva, que formamos Joan Masana, Carles Mota y yo, reunimos a los jugadores en enero, les explicamos la situación y les dijimos que iban a cobrar. Actualmente van cobrando, poco a poco, y al 30 de junio se les liquidará todo. Si yo quedo con una persona que le voy a pagar en un momento determinado, no estamos hablando de una deuda. Lo sería a partir de esa fecha si no cumplimos lo prometido. Valoramos y agradecemos que la plantilla decidiese seguir todos juntos hasta el final.

¿La situación del Jabac condiciona el futuro del proyecto deportivo común?
A quien más penaliza lo que ocurre es al propio Jabac. Y todo el mundo está un poco cansado de la situación. El proyecto seguirá adelante y lo vamos a potenciar. El Viladecavalls, por ejemplo, será nuestro filial.

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