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Reaprendiendo a levantar trofeos

En los últimos años, el hockey terrassense parecía haber perdido protagonismo en el panorama español, cuando menos en lo que a la conquista de títulos se refiere. El RC Polo había adoptado, en este sentido, un papel predominante. Su modelo deportivo, centrado en confeccionar las mejores plantillas posibles a golpe de talonario, es el mismo que el del Club de Campo. Esta circunstancia, unida a la crisis económica, obligó a los equipos que siempre han cuidado la base, como el Egara o el Atlètic, a convertir su vocación en una obligación.

Las cosas, sin embargo, parecen estar cambiando. Las dos últimas Ligas han regresado a Terrassa y el pasado domingo, un Club Egara formado exclusivamente por jugadores de la cantera, algunos casi juveniles, levantó el decimoséptimo trofeo copero de su historia. Fue una especie de guiño al pasado, a esas etapas gloriosas en las que la ciudad donde nació el hockey español acaparaba todos los éxitos.

"Hemos demostrado que estamos ahí y nuestro modelo funciona. Ahora tenemos que confirmarlo con la Liga y en las próximas temporadas. Clubs como nosotros o el Atlètic, que defendemos la escuela y la formación como la base de todo merecen triunfar. Mientras otros clubs no copien nuestro modelo, que es un modelo que viene de muy lejos, no ganarán". Son palabras de Pere Marcet, el presidente de un Club Egara que pese a quedar eliminado de forma inesperada de la Euro Hockey League demostró en Valencia que ha reaprendido a levantar títulos, a sentirse importante, a no tenerle miedo a nada ni a nadie, a confiar en su modelo de hockey, un modelo que encarnan personas como Joan Comerma, que acaba de dejar su cargo de responsable de la escuela de hockey de la entidad en manos de una de las estrellas de la primera plantilla, Pau Quemada.

Motivación máxima
A priori, no muchos contaban con el Club Egara para ganar esta edición número 101 de la Copa del Rey, la competición más antigua del hockey español. Tenía un recorrido durísimo hasta la final. Pero los pupilos de Siso Ventalló superaron con nota todos los obstáculos que se les pusieron por delante y acabaron festejando un título que es más que un título, o que se celebró como si fuera más que un título, pero que sobre todo es un título, uno muy importante.

"No teníamos un camino fácil en esta Copa. Sólo nos ha faltado enfrentarnos al Júnior", bromea el presidente de la entidad. "En cuartos de final ante el Club de Campo jugamos un partidazo. Fue entonces cuando vi que podíamos ser campeones. Lo vi en los rostros de los jugadores, en las ganas que demostraban. El partido más complicado fue el de semifinales ante un Atlètic que tiene unas ganas de competir y unas fuerzas parecidas a las nuestras. Pero por suerte esta vez ganamos. Y en la final ante el Polo, las cosas se nos pusieron de cara con el 2 a 0. La verdad es que no sufrí demasiado", dice Marcet.

Para el presidente del Egara, este título conquistado tras nueve años de sequía copera marcará el camino a seguir. "Este éxito es muy importante para los jugadores más jóvenes, como Marc Recasens o los hermanos Gispert. También para muchos juveniles que subirán con fuerza. Los chicos ven que ganar es posible y eso es algo fundamental, que hace mucho bien al club".

Quico Cortès, el eterno portero del Club Egara, levantó el domingo su cuarta Copa del Rey. "Todo el equipo estuvo a un nivel brutal. Es el mejor fin de semana que hemos tenido. Pese a que el Polo nos atacó bastante en el último cuarto de la final, no sufrimos. Defendimos muy bien. Tuve una gran sensación de control", dice. Entiende Cortès que el modelo de cantera del club es innegociable. "Hay que seguir con este modelo. Tenemos que entrenar más y más duro que los jugadores de los clubs que cobran dinero por jugar. Ganar con gente de la casa es importante", apunta.

El camino más complicado
Para Pere Arch, otro de los "supervivientes" de la Copa de 2009, "todo fue rodado". El lateral derecho del Club Egara abunda en la sensación de control en la gran final que describe Cortès. "Quizás el Polo tenga menos jugadores decisivos que otros años, pero creo que fuimos muy superiores. Había que parar a David Alegre y lo hicimos bien. La gran defensa que mostramos en los tres partidos acabó siendo fundamental. Sólo nos marcaron tres goles y los tres fueron de penalti, explica un Pere Arch que festejó el título copero como un juvenil.

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