Albert Oliver, jugador terrassense del Herbalife Gran Canaria, ha vivido un 2017 rico en éxitos deportivos. En el mes de octubre se cumplieron 20 años de su debut en la Liga ACB y en noviembre debutó con la selección española absoluta en dos partidos de clasificación para el Mundial de China. A sus 39 años es el jugador más veterano de la máxima competición española y disfruta del día a día sin pensar aún en la retirada. "No me lo planteo. Yo quiero jugar el año que viene seguro y el siguiente, en principio", explica en relación a sus planes más inmediatos. "Ahora mismo miro el día a día. Me cuido mucho tanto en alimentación como en descanso y no tengo problemas físicos. Eso hay que cuidarlo porque tengo una edad, pero lo hago porque es necesario y me gusta. Hay muchos ejemplos de jugadores que siguen en la elite a estas edades."
Por ello respira y vive cada capítulo de su presente de forma intensa. No quiere perderse nada. "Es natural, porque ves que esto se acaba. Yo intento que sea lo más tarde posible pero tengo 39 años y sabes que aunque puedo seguir jugando tampoco te queda tanto futuro y hay que saborear más y mejor todo lo que te pasa: los entrenamientos, los partidos, los viajes. No me cuesta el día a día, me gusta jugar, competir, entrenar. Lo disfruto."
Internacional
El capítulo más destacado de su trayectoria en los últimos meses tiene que ver con su debut en la selección española absoluta. Es el segundo jugador terrassense en la historia que lo logra dado que en el pasado sólo había vestido la camiseta del combinado estatal Guillem Rubio. Albert Oliver jugó dos partidos de clasificación para el Campeonato el Mundo, el primero en Montenegro (66-79) y el segundo en Burgos contra Eslovenia, campeona continental en el último Europeo (92-84). España presentó una selección inédita en esos partidos, dado que fueron emplazados en fechas en que se disputaba competición de Euroliga. Ni los jugadores que disputan ese torneo ni los que están en la NBA podían ser seleccionados.
"No es fácil llegar a la selección absoluta, eso explica que hayamos sido tan pocos en Terrassa", señala Oliver. "Tampoco ayuda que los equipos de la ciudad estén en las categorías en que están. Y también es cierto que yo he llegado en unas circunstancias especiales." Seguramente por ello, vivió cada momento con intensidad. "Era la primera vez que iba porque había estado en el pasado en la selección "B", pero hacía muchos años de eso. Te sientes un poco raro al principio, pero lo disfruté mucho: los entrenamientos, los partidos, las dos victorias. Ahora hay que esperar a ver qué sucede en el mes de febrero, en que hay otra ventana de partidos, y si todo sigue igual. Yo tengo ilusión de regresar."
Esa excepcionalidad nacida del conflicto entre FIBA y Euroliga hizo que la selección contase con jugadores desacostumbrados. Tanto es así, que ni los hijos de Oliver se creyeron inicialmente la noticia. "Me llamó el seleccionador y es verdad que mis hijos pensaban que era broma. Les tuve que explicar lo que pasaba entre la FIBA y la Euroliga para que lo entendiesen. La familia también disfrutó la experiencia porque vinieron a Burgos a ver el segundo partido. Fue muy especial."
Albert Oliver considera que es preciso que las grandes organizaciones acerquen posturas para que no se produzcan situaciones de coincidencia de competiciones. "Es absurdo, se trata de una guerra entre FIBA y Euroliga donde el perjudicado es el básquet. Se debe hablar y llegar a un acuerdo. Los jugadores estamos en medio y no podemos decidir."
En todo caso, el rendimiento de la selección española fue inmejorable con dos victorias que demuestran el alto nivel medio del jugador español. "Yo sé que no hubiese ido a la selección en condiciones normales. Había muchas dudas en relación a nuestras posibilidades, sobre todo desde fuera. El nivel del equipo no era el que tendría con todo su potencial, pero la ACB tiene un nivel muy alto y demostramos que tenemos posibilidades de competir. Ganamos a la actual campeona de Europa, con jugadores que lograron el oro, y nosotros no teníamos a ningún jugador del Europeo."
Trayectoria
La carrera deportiva de Albert Oliver ha sido exigente. Criado en la cantera del Sferic, emigró al Joventut de Badalona como consecuencia de su extraordinaria proyección. Debutó en la temporada 97-98 en el primer equipo pero tuvo que marcharse al Lleida ante la presencia en la plantilla verdinegra de dos bases como Raúl López y Rafa Jofresa. En su segundo año en Lleida ascendió a la ACB, pero no contaron con él en la máxima categoría. E inció una nueva etapa en Manresa en esa categoría, subiendo también a ACB. En Manresa se asentó en la elite del básquet español, pasando después por Valencia, Estudiantes, Joventut y Gran Canaria, club en el que milita desde 2013. En el conjunto canario ha ganado una Supercopa de España en 2016 y ha sido subcampeón de la Euro Cup y de la Copa del Rey.
"En el deporte de elite nadie te regala nada, te lo tienes que ganar", señala en relación a una carrera de mucho esfuerzo. "Cada uno tiene su camino. Hay quien llega antes, pero yo estoy muy satisfecho de lo que he hecho."
Aunque observa el futuro desde el día a día y habla en clave de presente, no niega que más allá de su etapa como jugador le gustaría seguir ligado al básquet. "Es lo que he hecho toda la vida. Es en lo que puedo dar el nivel, pero también hay que ver si alguien cree en ti. Es lo que he hecho en los últimos veinte años." Dentro de ese universo, tiene claro que no le disgusta el banquillo. "Me gusta el día a día, entrenar. Algo ligado a estar activo, no en un despacho".