Jan Margarit confirma a cada paso que da su extraordinaria proyección en el universo de las carreras de montaña. A sus 19 años, este matadeperense que compite con el equipo Salomon es una realidad ya después de haber acabado en la tercera posición de la última Copa del Mundo de carreras de montaña.
¿Cómo se siente después de haber acabado en el podio de la Copa del Mundo?
Era la primera vez que la hacía al completo. Al principio no estaba previsto, sólo iba a hacer tres carreras cuando se necesitaban cinco para clasificar. Pero las primeras fueron muy bien y trabajamos a nivel de patrocinadores para hacer las cinco y estoy supercontento del resultado final. Nadie podía imaginar que pudiésemos conseguir este resultado. Firmo repetir el próximo año, aunque me quedó una cierta mala sensación en la última prueba en la que podría haber quedado mejor. Pero estoy más que contento con lo conseguido.
Deja el listón muy alto de cara a la próxima Copa del Mundo.
Será difícil superarlo, no cabe duda. Pero el objetivo de cualquier deportista es seguir mejorando cada año. Los resultados, en todo caso, no son lo más importante. Este año me he encontrado muy bien entrenando y compitiendo. He aprendido mucho y seguro que lo podré aplicar en el futuro para ser competitivo. Eso es lo que me conducirá de nuevo a los buenos resultados.
¿Es factible luchar por el título a corto plazo?
Es una posibilidad. Este año, por ejemplo, no pude ir a dos de las pruebas que más puntuaban mientras que los rivales sí pudieron hacerlo. Eso ha marcado en buena medida las diferencias entre los tres del podio. Espero el año próximo acudir a esas pruebas y tener más opciones.
Tiene 19 años. Y aparece en el concierto internacional con una fuerza extraordinaria que le convierte en centro de atención de cara al futuro.
Ser joven y estar entre los primeros te abre muchas puertas, pero somos bastantes los que estamos en una posición similar, aunque yo he hecho la temporada más regular y me he ganado un lugar. El próximo año es decisivo para dar el salto.
¿Su futuro seguirá centrado en las carreras de montaña?
Hace tres años me trasladé a Font Romeu para estudiar Staps, una especie de INEFC. Desde que empecé a entrenar aquí sí que me he interesado más por el esquí de montaña y de fondo. He competido en esquí de montaña, incluso con la selección, y me gustaría preparar el Campeonato de Europa del mes de febrero. A nivel competitivo no es lo que más me motiva, pero tener un objetivo en invierno es positivo. No haré doble temporada pero sí alguna prueba.
¿La decisión de venir a Font Romeu le ha permitido dar un salto de calidad?
Yo creo que sí, en primer lugar por la formación ya que las enseñanzas en cuanto a entrenamiento las puedes aplicar a tu vida diaria. El entorno es magnífico y en altura es muy positivo entrenar.
¿Cuántas veces ha oído decir que Jan Margarit puede ser el futuro Kilian Jornet?
Alguna vez, pero Kilian es mucho Kilian, es nuestro referente. Hace muchas cosas que sólo son asequibles para él. Además, a mí lo que me gustaría es que a alguien le dijesen en el futuro que puede ser el próximo Jan Margarit, es decir hacer mi propia carrera.
¿Qué encuentra en la montaña?
Correr me encanta. Aunque esté en pretemporada, sigo saliendo por la mañana. Miro al cielo, a las montañas y me digo: vamos a correr un rato. Estoy muy motivado por lo que hago y el simple hecho de hacerlo ya me aporta mucha felicidad. También me encanta el buen ambiente que existe en el mundo competitivo, tenemos la suerte de tener proyectos juntos y una muy buena relación. Es un deporte muy competitivo, pero la amistad y la montaña se mantienen.
¿Le motiva más disfrutar de su deporte o obtener resultados?
Yo soy muy competitivo y me gusta preparar las carreras. Pero se agradece salir a entrenar con gente con la que competirás una semana después o compartir viajes por una pasión común que es correr. Yo por ejemplo, no había cogido nunca un avión y desde que hace tres años cogí el primero, por un proyecto de Salomon con los jóvenes, no he parado. Eso se lo debo agradecer al deporte.
Para entender su trayectoria y su amor por la montaña es preciso situarse en su entorno de vida, en Matadepera.
Toda la culpa la tiene Matadepera y el Parc de Sant Llorenç del Munt. Mis padres viven al lado del bosque y con mi hermano y mis vecinos siempre hemos estado allí, haciendo nuestras aventuras. Yo jugaba a hockey, pero siempre me había gustado la naturaleza. Solíamos salir en bicicleta con mi padre y cuando empecé a correr me entusiasmó tanto que no he parado. Eso es lo que quiero seguir haciendo.