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Una intoxicación acaba con todas las ilusiones de las selecciones

El pasado fin de semana será recordado como el más triste y dantesco de su carrera deportiva por los 36 integrantes de las selecciones españolas masculina y femenina sub-21. Todos ellos llegaban al Campeonato de Europa de la categoría que se celebraba en Valencia con la ilusión de colgarse una medalla en casa. Y acabaron viviendo una auténtica pesadilla. Un tercio de los 36 internacionales acabaron ingresados en el hospital y solamente 7 no se vieron afectados.

Una infección, seguramente vírica, puso en riesgo su salud. Un total de diez jugadoras y dos jugadores (el egarense Jan Lara y el madrileño Nacho Cobos) tuvieron que ser hospitalizados en los centros valencianos Vithas 9 d’Octubre y el Hospital Clínico La Salud respectivamente. Fueron hospitalizadas un total de treinta personas: doce chicas, trece chicos, tres miembros del "staff" técnico y dos árbitros que estaban en el mismo hotel de la delegación española.

Todo comenzó en la madrugada del viernes al sábado, cuando varios jugadores del equipo masculino español se sintieron indispuestos. La intoxicación se extendió como la pólvora entre sus compañeros, lo que llevó a los médicos de la Federación Española a solicitar un aplazamiento del partido masculino de semifinales ante Bélgica. En lugar de las 11.30, el choque se jugó a las 17.30. Se perdió la semifinal. Pero eso no fue lo peor.

En la madrugada del sábado al domingo fueron las integrantes del equipo femenino las que cayeron. Sólo 5 de las dieciocho internacionales se salvaron. Y diez de ellas tuvieron que ser hospitalizadas.

Lo que inicialmente se había catalogado como una intoxicación alimentaria, quizás una salmonelosis, está siendo investigado en estos momentos. Podría tratarse de una intoxicación de tipo vírico, puesto que se ha comprobado que posteriormente el brote afectó también a algunos padres de los jugadores y también a gente que no había comido en el hotel de concentración (donde no se cocinaba sino que se servía un cátering), que es distinto al que acogió a los directivos de la Real Federación Española de Hockey. En dos o tres días se conocerán los resultados de los cultivos y análisis que se están realizando y se sabrá el motivo de una intoxicación que dejó a los jugadores KO y les impidió jugar los partidos del domingo. Las chicas debían enfrentarse a Irlanda por la quinta plaza, mientras que los chicos iban a pelear por el bronce frente a la selección de Alemania.

Apoyo incondicional
Los jóvenes deportistas españoles recibieron numerosas y afectuosas muestras de apoyo que llegaron de todas partes. Se realizó un vídeo de ánimo para ellos en el que participaron todas las selecciones. Incluso el equipo alemán masculino, que subió al tercer cajón del podio, tuvo el detalle de hacerlo portando una bandera española en señal de solidaridad y apoyo a sus compañeros que no pudieron jugar el encuentro por el tercer y cuarto puesto a causa de esta intoxicación.

La tensión fue creciendo conforme pasaban las horas. Lo que parecía una indisposición pasajera se convirtió en todo un problema de salud pública que provocó la presencia de la Guardia Civil y la Policia Nacional en el hotel de concentración. Las idas y venidas entre el hotel y los dos hospitales eran constantes y aunque la mayoría de jugadores iban siendo dados de alta, otros permanecen ingresados. Es el caso de las madrileñas del Pozuelo Constanza y Flor Amundson, que evolucionan favorablemente y serán dadas de alta hoy. Ayer por la tarde abandonaron el hospital el jugador egarense Jan Lara, hijo del presidente del CD Terrassa, Marià Lara; y el madrileño Nacho Cobos. Han sido los dos jugadores más afectados de un equipo masculino que no pudo pelear por el bronce.

Jordi Alastrue, seleccionador español femenino, no había vivido nunca nada así. "Fue una auténtica pesadilla para todos. Ha sido una intoxicación masiva. Primero les pasó a los chicos y después a nosotras. El sábado por la noche, una jugadora ya no bajó a cenar. Otras dos no pudieron asistir a la charla técnica. Y durante la noche, los vómitos y las diarreas se fueron generalizando. Llamamos al 112 y trasladaron al hospital a las jugadoras que lo necesitaban", explica el seleccionador femenino español.

Alastrue espera conocer los resultados de los análisis que se han practicado para saber finalmente el tipo de intoxicación que sufrió la expedición española. Confía, asimismo, en que esta circunstancia no afecte al aspecto deportivo. En este sentido, el seleccionador no descarta nada. "Fueron los propios médicos del torneo los que vieron que no podíamos jugar el domingo contra Irlanda. Confío en que impere el sentido común y no nos veamos todavía más penalizadas. Pero incluso podrían aplicarnos un descenso de categoría", explica.

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