Por inverosímil que parezca, el Terrassa FC podría cambiar de terreno de juego tanto para los amistosos que le quedan como para los partidos de Liga. Hastiado del mal estado en que se encuentra el césped artificial del Camp Olímpic y de las lesiones que produce (la última la del portero Uri Vives), el entrenador Cristian García se ha planteado muy seriamente el hecho de no jugar más en el Camp Olímpic y fijar el campo del Bon Aire como escenario de los partidos y entrenamientos del equipo. La plantilla ya se ejercitó en el Bon Aire esta pretemporada mientras se arreglaba el riego del Olímpic.
Ve el olímpic impracticable
Visiblemente contrariado, Cristian entiende que el césped está "impracticable" y está pendiente de reunirse con el presidente Jordi Cuesta y el vicepresidente Ildefons Doblas para tomar una decisión al respecto. "Como máximo responsable de la plantilla tengo una gran preocupación. Este campo es un peligro. Es para que los futbolistas sufran lesiones articulares de gravedad". El entrenador del Terrassa achaca al mal estado del césped las lesiones que la temporada pasada sufrieron él mismo, Borges, Xapi Arnau, Fran Ochoa y Vilajosana.
En esta misma campaña, Cristian ha perdido ya por tres semanas al portero Uri Vives, que se torció el tobillo ante el Llagostera. Frente al Prat, Amantini "se quedó clavado" y sufrió molestias en la rodilla.
"El campo está compactado y es un auténtico peligro. Es como jugar a la ruleta rusa. Incluso el balón bota mal. Es por eso que quiero llevarme al equipo al Bon Aire". Cristian es consciente de los inconvenientes que eso supondría para los socios, pero entiende que la salud de sus futbolistas es prioritaria. "Sabemos que en el Bon Aire no caben nuestro 600 o 700 seguidores fieles, pero es una cuestión de prioridad". Igual que hace un año, está previsto que a finales de mes los técnicos municipales "vengan a descompactar el campo", pero Cristian entiende que esa actuación será inútil.