El entrenador egarense Roger Pallarols ha tomado la decisión de dar un cambio radical a su carrera. Tras no haber salido nunca de su club, que seguirá siendo el Atlètic, asume las riendas del primer equipo masculino del Júnior de Sant Cugat durante las dos próximas temporadas. No es, ni mucho menos una renuncia a sus orígenes, sino un paso adelante en su trayectoria en los banquillos. Después de un año sabático, Pallarols vuelve a la primera línea.
Por fin ha vuelto a los banquillos.
Sí. Soy un enfermo del hockey, uno de esos técnicos que necesita entrenar. Debía recargar las pilas, pero las he recargado más rápido de lo que yo mismo pensaba. Echaba de menos llevar un equipo.
¿Por qué el Júnior?
Buscaba un equipo competitivo. Y salió la oportunidad del Júnior, que es un conjunto en crecimiento, que me permitirá vivir el hockey de manera más profesional. Hasta ahora no me había movido de mi club de siempre, con todo lo que eso implica. Ahora toca un cambio de mentalidad, coger el chip más profesional y ayudar al club que me ha contratado a lograr sus retos. Significa también salir de la comodidad que significaba entrenar al Atlètic.
¿Qué le piden en el Júnior?
Nada en concreto. Y eso me ha quitado presión. Pero el Júnior es un equipo con muchos retos y muchas ambiciones por delante. No está en el "top 4" y para una persona ambiciosa como yo es un reto apasionante. El objetivo es que cuando yo me vaya, los jugadores hayan mejorado y el equipo haya crecido. Pero no me conformo sólo con eso. Una de las cosas que debo aportarle al Júnior es el pasito que le falta para clasificarse para la "final four". Ese es el reto que yo me pongo.
Ha firmado por dos años. ¿Le gustaría seguir más tiempo?
Decirlo ahora es complicado. Este fichaje es una sacudida para mí. Es una sensación que no he vivido nunca. Me tratan muy bien y seguro que estaré muy cómodo, pero he pensado que dos años estaba bien.
¿Habrá mucha presión en el Júnior?
La acepto. Se focalizará mucho sobre mí. Ya me gusta. Han fichado un entrenador que viene de ganar cosas con un equipo grande. El club está muy ilusionado y ahora debemos llenar esto con trabajo.
A mucha gente le habrá sorprendido que alguien tan "de club" como usted haya accedido a entrenar fuera.
Un factor muy importante para tomar la decisión ha sido que yo ni soy ni era el entrenador del Atlètic. Escogí desconectar y eso ha facilitado el cambio. Tengo un sentimiento de pertenencia al club que nadie va a quitarme. Sólo faltaría. Pero me cuesta muchísimo estar parado. Evidentemente ha sido una decisión muy difícil de tomar, pero me lanzo de cabeza.
¿Se arrepiente de haber dejado el Atlètic el año pasado?
Muchos me lo preguntan. Pero no. El hecho de que hayan ganado la Liga esta temporada refuerza todavía más la decisión que tomé. Me alegré muchísimo por todo el mundo. En siete años hicimos un muy buen trabajo, ganando tres Ligas con plantillas que nos iban desmantelando año tras año. Sigo pensando que hice bien dejándolo. Un ciclo tan largo no acaba siendo bueno para nadie, ni para el entrenador ni para los jugadores.
¿Se había vaciado en el Atlètic?
Cuando uno lleva tanto tiempo en un sitio debes cambiar cosas. Cuando me fui, el Atlètic tenía un grupo bastante estable. El cambio que había que hacer era yo. En este sentido no hay que ser egoísta.
Lo que menos le habrá gustado es tener que dejar el trabajo en el grupo de tecnificación del Atlètic.
Está claro. En este grupo llevaba el cadete, el juvenil y el Vallès. Me encantaba. Es lo que más me ha costado dejar, pero en el club hay gente sobradamente preparada para hacer este trabajo. Eso no podía ser un freno para tomar una decisión tan importante como la de llevar el primer equipo de otro club.
Pese a trabajar para el Júnior, usted seguirá siendo del Atlètic.
Evidentemente. Yo soy cien por cien del Atlètic. Pese a estar en el Júnior eso no cambiará en absoluto. Seré un profesional excelente del Júnior e intentaré hacerlo lo mejor posible. Pero mi sentimiento de club no cambiará. Ni en el propio Júnior me lo han pedido. Está claro que antes o después volveré al Atlètic. Ese es mi sitio.
¿Qué sentirá el primer día que se siente en el banquillo de Can Salas como entrenador rival?
Seguro que nos encontraremos en todas las competiciones. Evidentemente, será una sensación extraña. Deberé enfrentarme a jugadores que he visto crecer y a entrenadores con los que he convivido durante muchos años. Pero el reto del Júnior me obligará a estar al cien por cien. No tendré tiempo de pensar en esas cosas. Ya le ha pasado a otra gente, como Santi Freixa o Roc Oliva. No será ningún problema.
¿Cómo valora después del adiós su etapa en el Atlètic?
Muy positivamente. Hicimos un trabajo muy bueno. Más por el relevo generacional que por los títulos. Es de lo que me siento más orgulloso. Nos tocaron unos años de picar piedra. Al tercer año se me fueron siete jugadores. Si no has trabajado bien con la base, es imposible sobrevivir a algo así.
¿Qué le dijo el presidente Josep Maria Biosca al enterarse?
Me dio todo su apoyo. Buscaron la fórmula para que me quedara, pero ya no había vuelta atrás. Siempre hay gente que no lo entiende y te hace el comentario con el puñal en la mano. Pero la respuesta del club ha sido extraordinaria.
¿Esperaba entrenar tan rápido?
No. La oferta me hizo priorizar si era del Atlètic o era entrenador de hockey. Lo puse todo en la balanza y al ver que tenía el apoyo de mi familia y de mis amigos tomé la decisión. Y estoy encantado.
